La bióloga Ana Crespo será la primera presidenta de la Real Academia de Ciencias desde 1847
La investigadora, especializada en líquenes, ha recibido el apoyo del 80% de los académicos
La Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de España ha elegido con un respaldo masivo a la bióloga Ana Crespo como presidenta, según explican fuentes de la institución a EL PAÍS. Será la primera mujer que tome las riendas de la academia desde su fundación en 1847. Crespo, nacida en Santa Cruz de Tenerife hace 76 años, es catedrática de Botánica de la Universidad Complutense de Madrid y está especializada en la investigación de líquenes, los organismos fruto de la simbiosis de hongos y algas.
Crespo cogerá el relevo de grandes figuras de la ciencia española, como el matemático José Echegaray, que ganó el Nobel de Literatura en 1904, siendo presidente de la Real Academia de Ciencias; el inventor Leonardo Torres Quevedo (1928-1934) y el físico Blas Cabrera (1934-1938). El actual presidente, desde 2018, es el matemático Jesús María Sanz Serna.
La bióloga ha recibido 37 de los 46 votos emitidos (el 80%). La proclamación de la presidenta electa se comunicará de manera oficial el 26 de junio, en una sesión extraordinaria del Pleno de la Real Academia de Ciencias, en Madrid.
La institución estuvo cerrada a las mujeres durante mucho tiempo. La primera académica numeraria fue la bioquímica Margarita Salas, elegida en 1986. La segunda fue la matemática Pilar Bayer, electa en 2004. Y la propia Ana Crespo fue la tercera, en 2010. La Real Academia de Ciencias, fundada en el reinado de Isabel II, tiene desde entonces la tarea de fomentar la investigación en matemáticas, física, química, geología y biología. Además, asesora al Gobierno en asuntos de política científica y otros temas relacionados con sus especialidades. Cuenta con 48 académicos numerarios, como la bioquímica Ángela Nieto, el virólogo Luis Enjuanes, el químico Avelino Corma, el biólogo Miguel Delibes, la geóloga Caridad Zazo y el físico Juan Ignacio Cirac.
Ana Crespo, también investigadora asociada del Museo Field de Chicago (EE UU), ha codirigido campañas científicas por medio mundo en busca de líquenes, como las realizadas desde 2005 en Sudáfrica, Marruecos, Kenia, Perú, Estados Unidos y Australia. Ha descubierto nuevas especies, como la bautizada Parmelia barrenoae, y sus colegas le han dedicado nombres científicos, como el género Crespoa y las especies Poa anae, una gramínea de los Andes peruanos, y Punctelia anae, un liquen sudafricano. En el campo político, Crespo fue directora general de Universidades entre 1991 y 1993, en un Gobierno del socialista Felipe González.
La experta considera los líquenes “una suerte de maravilla de la evolución”, ya que la asociación simbiótica obligada de un hongo con un alga unicelular hace que se vuelvan productores de oxígeno, según explicó en un reciente artículo divulgativo en EL PAÍS. “¿Por qué la evolución ha facilitado la aparición de ese ser mezcla de dos? Se sigue investigando para entender mejor su éxito evolutivo, pero seguramente será porque sirve para muchas cosas. Es muy útil para muchos insectos, sirve para refrescar la corteza de los árboles o para colonizar rocas”, expuso Crespo. La desaparición de los líquenes, alertaba, es un potente indicador de contaminación ambiental.
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