La Junta achaca la muerte masiva de peces en Huelva a las toxinas de dos algas mientras los ecologistas sospechan de los vertidos agrícolas
Ecologistas en Acción denuncia vertidos de productos fitosanitarios e industriales en el estero Domingo Rubio
El pasado 15 de octubre, el estero Domingo Rubio —una zona húmeda de alto valor ambiental en Huelva— apareció lleno de cientos de miles de peces muertos en una imagen dantesca. La Junta de Andalucía acaba de publicar su informe sobre esta catástrofe, de la que culpa a las toxinas de dos especies de algas, así como a las fuertes lluvias de esos días. La ONG Ecologistas en Acción, ...
El pasado 15 de octubre, el estero Domingo Rubio —una zona húmeda de alto valor ambiental en Huelva— apareció lleno de cientos de miles de peces muertos en una imagen dantesca. La Junta de Andalucía acaba de publicar su informe sobre esta catástrofe, de la que culpa a las toxinas de dos especies de algas, así como a las fuertes lluvias de esos días. La ONG Ecologistas en Acción, que denunció la aparición de los ejemplares flotando en las aguas, no comparte la versión oficial y apunta más bien a los vertidos de productos fitosanitarios e industriales en la zona protegida. El Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) tiene previsto emitir otro informe más adelante.
Los técnicos de la Delegación de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul de la Junta de Andalucía han analizado muestras del agua y de las especies muertas (lisas) y han llegado a la conclusión de que una marea inusualmente alta, unida a las fuertes lluvias registradas esos días, provocó que entrara en el estero mucha más agua de la habitual y con ella la llegada de más peces. La subida de la salinidad, la bajada del oxígeno por la cantidad de lisas y la presencia de las algas Prymnesium y Pseudonabaena catenate que han “proliferado de forma desproporcionada”, de acuerdo con la información facilitada por un portavoz de la Consejería de Sostenibilidad, explicarían la muerte masiva de los peces. La Junta no se plantea adoptar ninguna acción para erradicar o limitar el crecimiento de esos tipos de alga, de momento, al entender que lo sucedido hace poco menos de un mes es un “caso puntual” y no se han detectado “episodios parecidos”.
Las explicaciones no terminan de satisfacer a los responsables de Ecologistas en Acción, que el 25 de octubre constataron que ni aun en grandes mareas se producen entradas de agua salada en cantidades tan altas como para provocar la elevada mortandad de lisas ocurrida en el estero. También advierten de que la lisa es una especie habitual del humedal, que vive en agua dulce y salada y que nunca hasta ahora había protagonizado un episodio de mortandad semejante. “El fenómeno natural puede ayudar, pero no es el principal responsable de una mortandad de esta índole”, apunta Luis Domínguez, portavoz de Ecologistas en Acción en Huelva.
“Las explicaciones de la Junta, a falta de conocer su informe, no nos convencen del todo”, abunda Domínguez. “Llama mucho la atención que aguas arriba del estero no hayan muerto peces y no hayan aparecido algas” afirma. Aunque para el ecologista quedan cabos por atar. “¿Su proliferación podría estar relacionada con el exceso de vertidos de fitosanitarios? ¿Pudo desbordarse aquel día alguna de las balsas de agua que se encuentran en las zonas elevadas [aumentando aún más el nivel del mar en la zona]?”, se pregunta, apuntando a los distintos cabos sueltos que le suscitan las conclusiones de la Administración andaluza. Domínguez aguarda también a los resultados de las pruebas que también recogieron miembros del Seprona.
Desde la organización reclaman una investigación más exhaustiva y apuntan al acúmulo de fincas agrícolas que rodean el estero, a pequeñas instalaciones industriales o a posibles vertidos contaminantes de las fábricas que hay en el entorno portuario que las mareas podrían haber empujado hasta las aguas del estero. “Las escorrentías con restos de herbicidas, abonos y productos fitosanitarios acaban llegando hasta allí”, sostiene Domínguez.
Denuncia ante la Fiscalía
Todas estas preocupaciones han sido trasladas por Ecologistas en Acción a la Fiscalía de Huelva a través de una denuncia en la que solicitan que participe en las investigaciones abiertas por la Administración regional para depurar responsabilidades si se confirmara que hay infracción penal. En el escrito también llaman la atención sobre la importancia de la “transparencia e información respecto de las analíticas” de la Junta en un caso “donde hay intereses importantes que pueden afectar de lleno a la pervivencia de un espacio protegido como el estero de Domingo Rubio”.
El humedal protegido se encuentra en las aguas de la demarcación hidrográfica Tinto, Odiel y Piedras y es una zona de especial protección de aves (ZEPA) y lugar de Interés Comunitario (LIC) de la Red Natura 2000 de la Unión Europea. Su gestión corresponde a la Junta de Andalucía. Domínguez advierte del mal estado de conservación de ese espacio y responsabiliza a la Administración autónoma de la falta de implicación en su mantenimiento. “El lugar está hecho una guarrada, está abandonado y se ha convertido en una vía de paso para las fincas agrícolas que lo rodean”, sostiene. Desde Ecologistas en Acción consideran además que el hecho de que el estero se encuentre enclavado entre dos carreteras que se elevaron del terreno para evitar que se inundaran las fincas de la zona como consecuencia de las lluvias ha provocado una modificación de su dinámica hidrológica.
La organización reclama a la Junta medidas preventivas para evitar nuevos episodios similares y que se involucre en la gestión de las actividades de la agricultura intensiva industrial que rodea el estero Domingo Rubio. “En vez de anunciar a bombo y platillo las inversiones para incrementar los riegos en Andalucía, bien podría empezar a cumplir con sus obligaciones y al menos retirar los peces muertos”, señaló Ecologistas en Acción en un comunicado el pasado 25 de octubre. Entonces, 10 días después de que se hubiera denunciado la presencia de miles de peces muertos en el estuario, aún seguían restos flotando en sus aguas. La Junta explicó que, después de estar cuatro días trabajando en la limpieza del estero, lo que habían quedado son restos en descomposición que no afectan ni tienen consecuencias negativas para el humedal.
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