Casi nueve millones de personas sufren ya restricciones de agua por la sequía en España
Cataluña y Andalucía son las comunidades más golpeadas: al menos 600 municipios tienen el consumo limitado e incluso sufren cortes de suministro durante la madrugada
El millar de habitantes que residen en la localidad de El Borge (Málaga) sufren cortes de agua cada madrugada desde hace un mes. El grifo no echa ni una gota entre la medianoche y las siete de la mañana, para así dar tiempo a que el depósito municipal se recupere y pueda surtir a los vecinos a lo largo del día. “Esto es una ruina, no es un aviso, el lobo ya está aquí”, afirma pesimista el alcalde, Raúl Vallejo, ...
El millar de habitantes que residen en la localidad de El Borge (Málaga) sufren cortes de agua cada madrugada desde hace un mes. El grifo no echa ni una gota entre la medianoche y las siete de la mañana, para así dar tiempo a que el depósito municipal se recupere y pueda surtir a los vecinos a lo largo del día. “Esto es una ruina, no es un aviso, el lobo ya está aquí”, afirma pesimista el alcalde, Raúl Vallejo, que mira de reojo cómo el embalse del que beben, La Viñuela, está apenas al 8,6% de su capacidad, su mínimo histórico. Según los datos facilitados por Greenpeace, como ellos hay más de un centenar de pueblos y ciudades de Andalucía con algún tipo de restricción, a los que se unen algunos otros puntos aislados y los casi 500 declarados en estado de excepcionalidad en Cataluña. En total, más de 8,7 millones de personas se ven ya afectadas por alguna limitación con el uso del agua por la sequía. La mayoría están en Cataluña (cerca de 6,6 millones) y Andalucía (unos dos millones), pero también hay restricciones en mancomunidades de Extremadura, y municipios de Galicia, Baleares o Aragón (otros 150.000).
“El cambio climático y la mala gestión del agua están haciendo estragos, no solo en los campos y los ecosistemas del país, también entre las personas”, subrayan desde Greenpeace, organización que asegura que el uso que se hace de este recurso esencial en muchas partes del país está agravando la sequía. El sector agropecuario es el más perjudicado por la prolongada escasez hídrica, lo que supone un desastre económico para muchas familias, pero para los ecologistas, la agricultura y la ganadería intensivas están al mismo tiempo en la raíz del problema, pues “consumen el 80% de los recursos”. “Tenemos un modelo insostenible”, subraya Julio Barea, responsable de la campaña de agua de Greenpeace, quien cree que la situación solo va camino de empeorar ante la escasa previsión de lluvias, al menos, “hasta finales de septiembre”. La sequía también está afectando a la fauna —en Andalucía ya se instalan bebederos artificiales para evitar la mortandad por sed— y al turismo, por ejemplo, ante la imposibilidad de la práctica deportiva en embalses vacíos.
La sequía golpea de manera especial a Cataluña. 495 municipios de esta comunidad sufren ya algún tipo de restricción impulsada tanto por las cuencas internas gestionadas por la Generalitat como desde la Confederación Hidrológica del Ebro —que depende del Gobierno central— que abarca toda Lleida y parte de la provincia de Tarragona. Alrededor del 90% del territorio tiene ya algún tipo de restricción, con un abanico amplio: desde limitar el baldeo de calles con agua potable a riego de jardines o prohibir actividades como el lavado de coches, además de la disminución de la cuota para el campo. La falta de lluvias obligó esta semana a dar un paso más y declarar el estado de emergencia —el peor escenario posible— en 22 municipios de Girona. “Venimos de 30 meses de sequía”, afirmó el miércoles Samuel Reyes, director de la Agencia Catalana del Agua (ACA), porque ni siquiera las buenas precipitaciones de mayo y junio en buena parte de la comunidad han servido para recargar los acuíferos. “La situación podría empeorar aún más, ya que los municipios y ciudades servidas por los ríos Llobregat y Ter podrían también entrar en esta situación de emergencia en breve”, añaden fuentes de Greenpeace, que apuntan a que esto podría pasar alrededor de noviembre “si continúa sin llover”.
Cortes de suministro
La opción más drástica ha sido cortar el suministro durante varias horas cada madrugada, como ocurre en una cuarentena de municipios de la otra comunidad más golpeada, la andaluza. El mayor de ellos es el de Vélez-Málaga, cuyos 80.000 habitantes —cifra que se duplica durante las vacaciones de agosto— ven cómo cada noche no sale nada del grifo. “Los cortes dependen del consumo y de los depósitos”, contaba este jueves el concejal del ramo, Jesús María Claros, en rueda de prensa. “Son inevitables en estos momentos”, añadía el gerente de la empresa pública Aqualia, Javier Portero. La medida funciona. “Estamos consiguiendo que haya agua, que no es poco”, indican fuentes municipales. Los cortes arrancaron en el territorio veleño a primeros de julio a indicaciones de la Junta de Andalucía y con el objetivo de disminuir un 20% el consumo de este y otra media docena de municipios vecinos de la comarca de la Axarquía. Todos se surten del pantano de La Viñuela, con sus reservas prácticamente agotadas y vetadas a la agricultura subtropical desde hace casi un año. Hoy está al 8,66% de su capacidad —con solo 14 hectómetros cúbicos— y no hay seguridad de hasta cuándo se podrá seguir utilizando por motivos sanitarios.
Para paliar la situación, la zona recibe ya suministros de las provisiones de Málaga y desde las captaciones del río Chíllar, en Nerja, que en Ecologistas en Acción denuncian ya sobreexplotadas. Son insuficientes para el consumo de la población y se agravará en el futuro, por eso el Gobierno anunció hace unas semanas la construcción de una desaladora en la zona, en la que invertirá unos 100 millones de euros. Ya ha firmado un convenio con la Junta de Andalucía, pero está todo por hacer: ni se sabe su ubicación, ni hay plazos.
La malagueña ha sido la última gran capital en unirse a las restricciones. Este mismo viernes ha anunciado que las duchas de las playas no estarán operativas a partir del próximo martes, siguiendo el ejemplo de todos los municipios de la costa oriental malagueña —a excepción de Nerja— y otros puntos del litoral de Huelva y Cádiz —como Ayamonte, Tarifa o La Línea de la Concepción—. En Málaga, estas instalaciones suponen apenas el 0,24% del gasto hídrico de la ciudad, según los datos municipales, pero fuentes del Ayuntamiento creen que la medida servirá para concienciar a una población cuyo abastecimiento está garantizado, según ha informado Penélope Gómez, concejal del Área de Sostenibilidad Medioambiental del consistorio.
Campañas de concienciación
La sensibilización es uno de los puntos clave tanto para los municipios como para las empresas responsables de distribuir el agua. “Es un bien escaso”, recordaba hace días Aurelio Fernández, presidente de Aguas de Lucena y alcalde de esta ciudad cordobesa que sufre cortes de agua. Otros 24 municipios del norte de esta provincia llevan meses con problemas en el abastecimiento desde el pantano de La Colada. También sufren cortes una decena de pueblos de la Sierra de Aracena. La empresa pública Giahsa informa en sus redes sociales de los cortes que afectan a los municipios y sus horarios, que van variando en función del tiempo necesario para recuperar los niveles mínimos de los depósitos. En algunos casos, el abastecimiento se lleva a cabo con camiones cisterna.
Tampoco tienen suministro nocturno en Casariche, en Sevilla, donde la capital ya decretó la alerta por sequía el otoño pasado, aunque de acuerdo con las previsiones de empresa municipal de abastecimiento y suministro de agua (Emasesa) hay reservas suficientes para el abastecimiento de la ciudad para los próximos 12 meses, informa Eva Saiz. El nuevo alcalde de Sevilla, el popular José Luis Sanz, ha indicado, no obstante, que será en septiembre cuando se revise el plan municipal contra la sequía. En la actualidad, las medidas para el ahorro de agua se circunscriben a la prohibición de uso de agua potable de la red para riego de zonas verdes, el riego de calles o la imposibilidad de llenar piscinas sin circuito cerrado, entre otras. En 2021, Sevilla puso en marcha un plan para incentivar el ahorro del consumo de agua para lograr rebajar de 116 a 90 los litros de agua por habitante. De momento se ha conseguido reducir a los 112.
Por otro lado, en Galicia, en cuatro municipios de la comarca de A Mariña, en el norte de Lugo, se ha prohibido el uso de agua potable para actividades no esenciales como regar jardines, llenar piscinas o lavar coches. Se trata de Barreiros, Xove, O Valadouro y Alfoz. A la escasez de lluvias de los últimos meses se une el fuerte incremento del consumo en la época turística, informa Sonia Vizoso.
En Extremadura, los nueve municipios de la mancomunidad de Tentudía (Badajoz) sufren cortes nocturnos en el suministro de agua potable tras la activación de la fase III del Plan de Emergencia por Sequía, que prevé también cortes en extrarradios y la prohibición de regar jardines y zonas verdes, llenar fuentes o limpiar las calles. Tampoco se pueden lavar vehículos ni llenar piscinas públicas ni privadas, una medida que sufren desde hace tiempo los 21 municipios de la Mancomunidad de Llerena (Badajoz), en los que el consumo de agua se ha limitado a 189 litros por persona y día.
Los efectos de la sequía y del incremento de la población durante el verano en el Pirineo aragonés han obligado a abastecer de agua a algún pueblo que carece de recursos suficientes de suministro en estos días mediante un camión cuba del Servicio de Prevención, Extinción de Incendios y Salvamento (SPEIS). Según ha informado la Diputación de Huesca, el camión ha comenzado esta semana a colaborar con todas las poblaciones que han solicitado este apoyo. Además, el 1 de agosto, los bomberos del servicio suministraron a los habitantes del núcleo de Nachá con 21.000 litros de agua, y el jueves trasladaron otros 14.000 litros a la población de Aguinaliu.
Desde el viernes, el Ayuntamiento de Deià, en Mallorca, en Islas Baleares, mantiene cortado el suministro de agua a los grandes consumidores, como hoteles, y las viviendas alejadas de la zona urbana. El aumento de la demanda por el incremento de población y el turismo en los meses de verano han hecho que el agua disponible sea insuficiente, según ha anunciado el Ayuntamiento. El consistorio tiene ahora solo 170 toneladas de agua de la Font des Molí y el consumo actual es de 600 toneladas diarias. Además, la dotación para el abastecimiento con camiones cisterna está prácticamente agotada, por lo que no se puede asegurar el abastecimiento de toda la población y la corporación municipal ha decidido cortar el suministro de agua, informa Lucía Bohórquez. Asismismo, en Menorca, el Consistorio de Ciutadella ha interrumpido temporalmente el servicio de duchas y lavapiés en las playas del municipio.
Puedes seguir a CLIMA Y MEDIO AMBIENTE en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal