Apenas quedan 142 ejemplares de visón europeo en España

Se trata del primer cálculo oficial de esta especie en peligro crítico de extinción. Sus depredadores son los visones americanos que se escapan de las granjas peleteras

Un ejemplar de visón europeo.Miteco

En España quedan 142 ejemplares de visón europeo, una de las siete especies declaradas en peligro crítico de extinción en 2018, indica la primera estimación oficial de la población que se ha realizado en el país. “Por fin tenemos un número específico de ejemplares, porque antes se pensaba que la población podría haber alcanzado los 500 individuos, pero solo se tenían las previsiones de las personas que participaban en la ge...

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En España quedan 142 ejemplares de visón europeo, una de las siete especies declaradas en peligro crítico de extinción en 2018, indica la primera estimación oficial de la población que se ha realizado en el país. “Por fin tenemos un número específico de ejemplares, porque antes se pensaba que la población podría haber alcanzado los 500 individuos, pero solo se tenían las previsiones de las personas que participaban en la gestión de la especie y no un procedimiento formal”, explica José Jiménez, investigador del CSIC en el Instituto de Recursos Cinegéticos y autor del cálculo. Para ello, se ha partido de un muestreo en el que se usaron 4.000 trampas para recoger pelo del que se encargaron técnicos de las comunidades autónomas implicadas, que se complementó con análisis genéticos posteriores realizados en Portugal por Raquel Godinho, del Centro de Investigación en Biodiversidad y Recursos Genéticos (CBIO).

El mal estado de la especie ha propiciado la puesta en marcha de diferentes medidas de protección, pero era necesario centrar de qué escenario se partía. Dentro de los planes de conservación se encuentra una estrategia nacional 2005 y un programa de cría en cautividad que se aprobó tres años después para liberar ejemplares en la naturaleza, que permite soltar en la actualidad entre 20 y 30 crías. Se trata de reforzar de esta forma las poblaciones, que se distribuyen en la parte alta de la cuenca del Ebro, en Álava, Guipúzcoa, Vizcaya, Navarra, La Rioja, norte de Castilla y León (provincias de Burgos y Soria) y algún pequeño núcleo en Aragón, en Zaragoza, indica el ministerio en un comunicado. “Es una actuación similar a la que se hizo con el lince, que dejó de estar en peligro crítico de extinción en 2015″, explica Paco García, miembro de la Sociedad Española para la Conservación y Estudio de los Mamíferos (Secem). “Pero faltan centros que se dediquen exclusivamente a la cría de visón”, plantea. En este sentido, el departamento de Teresa Ribera ha puesto en marcha la construcción de unas instalaciones de este tipo en la finca de Ribavellosa, ubicada en Almarza de Cameros (La Rioja).

“El visón europeo es una especie que colonizó España en épocas recientes; se describió por primera vez en 1950 y la realidad es que no se sabe exactamente cómo llegó, pero por los genotipos se ha determinado que el linaje procede de Francia”, aclara Jiménez. “Los análisis genéticos revelan que la entrada, desde el sur de Francia, fue relativamente reducida”, añade. Poco a poco, el visón colonizó las cuencas atlánticas y la parte alta de la cabecera del Ebro. Pero se topó con el visón americano, incluido en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras. Este no llegó a España de forma natural, sino que se introdujo para criarlo en las granjas peleteras, de donde salió por sueltas incontroladas llevadas a cabo por activistas y por escapes accidentales. Las primeras fugas de animales se pudieron producir en el año 1967 desde una granja instalada en El Espinar, en la provincia de Segovia, a lo que se añadieron sucesos como el ocurrido en 2001 cuando unos 13.000 visones escaparon de una instalación en Teruel después de que unos desconocidos abrieran las jaulas. “El visón americano está acabando con el europeo, si no se hiciera el trabajo de capturarlo es probable que el europeo ya se hubiera extinguido por completo. No se puede relajar el control”, mantiene Jiménez. Todavía no existe un estudio que confirme cuántos ejemplares de este mustélido procedente de Norteamérica existen en la naturaleza.

El visón americano es algo mayor de tamaño que el europeo y acaba con él directamente por predación, y también por desplazamiento o por transmisión de enfermedades. Su población está creciendo y ya ocupa todo el hábitat disponible del europeo, que vive en zonas de media montaña, entre los 700 y los 1.200 metros, en ríos bien conservados y con bosques de ribera. “Está claro que el americano se está expandiendo. En 2021 hice un seguimiento de la nutria en los ríos de la Comunidad de Madrid, y en el 50% encontré a visón americano”, comenta García, miembro de Secem.

El grupo de trabajo del visón europeo, en el que participa el Ministerio para la Transición Ecológica y las comunidades autónomas donde el visón europeo está presente, se marcó como una de las prioridades determinar de qué situación se partía, cuál era la distribución y población de la especie. El trabajo se realizó durante el otoño de 2022 instalando trampas de pelo, unos tubos de PVC con tiras adhesivas en los que entran los ejemplares atraídos por un cebo que se coloca en su interior. Se recogieron unas 700 muestras en las 4.000 celadas que se instalaron por el área de distribución en La Rioja, Álava, Aragón, Navarra, Burgos y Soria. El laboratorio colaborador del CBIO, en Portural, extrajo el ADN de los pelos y procedió a la identificación genética de las especies a las que pertenecían y a cuántos individuos.

Aproximadamente la mitad de las muestras eran de visón europeo, procedentes de tubos instalados en Álava, Aragón, Burgos, La Rioja y Navarra. El análisis genético posterior permitió reconocer la existencia de un mínimo de 87 ejemplares de visón europeo (50 hembras y 37 machos). El resto pertenecía a diferentes mustélidos (garduña, marta, comadreja, turón, visón americano) y otros carnívoros (gatos, gineta, zorro y, en un caso, mapache), así como a varias especies de roedores.

El Ministerio para la Transición Ecológica indica en un comunicado que “España ostenta una gran responsabilidad en la conservación de esta especie a nivel global, ya que solo sobreviven tres subpoblaciones en el mundo”. Se encuentran en el noreste de Europa (en Rusia, en zonas muy limitadas y una población reintroducida en la isla de Hiiuma, en Estonia), en el sureste del continente europeo (deltas del Danubio y del Dniéster, en Rumanía y Ucrania); y en Europa occidental (norte de España y área suroccidental de Francia). Para todas ellas, se ha estimado una reducción del área de distribución superior al 95% desde mediados del siglo XIX.

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