Tarantino: “Viviría en cualquier época en la que no hubiera móviles”
El cineasta presenta, junto a Leonardo DiCaprio, Brad Pitt y Margot Robbie, en una multitudinaria rueda de prensa, su 'Érase una vez en... Hollywood', y se enfada por una pregunta sobre el personaje femenino
Han pasado 25 años de la Palma de Oro de Pulp Fiction, y Quentin Tarantino pisa esta edición de Cannes como si fuera dios en la Tierra. Érase una vez en... Hollywood ha dejado gente fuera de su sesión de gala —al parecer hubo reventa, cuando esas entradas no se ponen a la venta— y en la rueda de prensa —multitudinaria, como hacía décadas no se veía en el certamen—. Tarantino estuvo rápido de verbo, algo divertido (aunque, casi siempre, sus chistes solo le hacen gracia a él) y encantado de estar allí. Mucho más delgado, con las canas teñidas y realizando una declaración de amor a su esposa, Daniella Pick, sentada en la primera fila. "Desde que la he conocido he hecho balance. En fin, llegó en el momento adecuado". Y rodeado por el trío que da vida a los personajes principales de su película: Brad Pitt, Leonardo DiCaprio y Margot Robbie.
Pitt y DiCaprio se echaron flores mutuas. DiCaprio dijo: "Fue increíble trabajar juntos, porque somos de la misma generación ya que empezamos en la misma época", aunque él tenga 44 años y Pitt, 55. Pitt subrayó: "Fue lo mejor de lo mejor. Tenemos las mismas referencias, llegamos en el mismo momento al cine, acumulamos experiencias similares, fue muy divertido. Ojalá podamos repetir en una nueva ocasión".
Tarantino ha investigado durante años sobre La familia, la secta que lideraba Charles Manson, cuya matanza de Sharon Tate y sus amigos es el telón de fondo de Érase una vez en... Hollywood. "Cómo Manson lograba atraer a esos jóvenes para someterlos parece algo incomprensible, porque cuanto más aprendes de él, cuanto más le conoces, más oscuro se vuelve. La imposibilidad de entenderle de verdad es lo que causa fascinación", aseguraba. A su lado, Pitt apostillaba: "Cuando se produjeron los asesinatos de Manson, Estados Unidos vivía la época del amor libre, había nuevas ideas, el cine estaba cambiando. Y esos hechos, la trágica pérdida de Sharon y de otras personas, fue algo que lo cambió todo y aún hoy lo recordamos con horror. Ese momento trágico subrayó el lado oscuro de la naturaleza humana". Tarantino añadió: "Vivían en el rancho Spahn, en el que acompañaban a los turistas a dar paseos a caballo, conocían a los visitantes por su nombre de pila... Mi madre nunca me llevó, pero he fantaseado con aquel lugar realmente horripilante".
Ya centrados en la ficción, el creador confesó su amor a Sergio Corbucci (1927-1990), el director de Django o El gran silencio, uno de sus "cineastas favoritos", y a una época de la que lo sabe casi todo. Como subrayó DiCaprio: "Pocas personas tienen el conocimiento de Tarantino en cine, música y televisión. Es una base de datos viviente. El filme sirve como carta de amor a esa industria y a quienes se quedaron fuera de ella a finales de los sesenta". DiCaprio se siente muy cercano al personaje por el ambiente en el que se ha criado: "Yo crecí en la industria. Entiendo la posición que ocupa el personaje y su lucha contra el destino. Conozco a muchos amigos de la industria que no han logrado el éxito y solo puedo estar agradecido con mi inmensa suerte". Y aunque los tres actores no hubieran querido vivir en aquellos años, sino que se decantan más por la actualidad, Tarantino ha lanzado un quiebro: "Prefiero cualquier época en la que no hubiera móviles".
Sobre Roman Polanski, que era el marido de Tate cuando fue asesinada, Tarantino contó que han coincidido en un par de ocasiones. "Es uno de los grandes directores de cine de nuestra era. Soy especialmente fan de La semilla del diablo". Poco después aclaró que no ha hablado con él de esta película, no han tenido ningún encuentro. Y desveló un secreto de una película con la que aún está trabajando: "He sacado del montaje una secuencia en la que Rick Dalton, tras rechazar Steve McQueen La gran evasión, protagoniza la película de John Sturges. Era una secuencia estupenda, con nazis y todo. Es gracioso jugar a esas cosas, como imaginar una Casablanca con George Clooney".
La tensión llegó al final. Tras responder con un seco "no" a si había tenido dudas a llevar a la pantalla el asesinato de Tate y sus amigos, y regatear con un "yo no puedo realmente abordar eso" sobre la violencia en su filme con los personajes femeninos, saltó con una pregunta de una periodista de The New York Times que le cuestionó el poco tiempo que pasa Tate-Robbie en pantalla y el menos aún que habla: "¡Rechazo tu hipótesis!", gritó, antes de que Robbie suavizara el asunto: "Quentin me dijo que ella es el corazón de la historia. Ojalá tuviera en otras películas la posibilidad que he tenido aquí de desarrollar el personaje, más con la mirada que con las palabras. Siento que he honrado su memoria. Su tragedia significó el final de la inocencia". Y Tarantino se fue enfadado.
Babelia
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