El crítico Javier Villán, premio Nacional de Tauromaquia Joaquín Vidal

El jurado destaca su “irrenunciable independencia” y su defensa de “la pureza de la fiesta”

Javier Villán, en el centro, en la presentación de los premios nacionales de teatro de Amithe.

El periodista, poeta, crítico teatral y cronista taurino Javier Villán (Torre de los Molinos, Palencia, 77 años) ha sido reconocido con el Premio Nacional Universitario en Tauromaquia Joaquín Vidal, en su XV edición, que concede el Círculo Taurino Universitario Luis Mazzantini, presidido por el profesor Javier López-Galiacho y con sede en el Colegio Mayor Universitario San Pablo de Madrid.

“Con la concesión de este premio, el más importante, por no decir el único, que se entrega en la universidad española”, en p...

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El periodista, poeta, crítico teatral y cronista taurino Javier Villán (Torre de los Molinos, Palencia, 77 años) ha sido reconocido con el Premio Nacional Universitario en Tauromaquia Joaquín Vidal, en su XV edición, que concede el Círculo Taurino Universitario Luis Mazzantini, presidido por el profesor Javier López-Galiacho y con sede en el Colegio Mayor Universitario San Pablo de Madrid.

“Con la concesión de este premio, el más importante, por no decir el único, que se entrega en la universidad española”, en palabras del presidente del jurado, “hemos querido valorar la contribución indiscutible de Javier Villán a engrandecer el género literario y periodístico de la crónica y del ensayo taurino, desde un irrenunciable postulado de independencia y servicio a la integridad del espectáculo taurino, coincidiendo en el tiempo y en idéntico objetivo con el referente que fue Joaquín Vidal”.

“Más que un crítico y ensayista taurino, poeta y dramaturgo, Javier Villán goza de la catadura de ser un intelectual ocupado y preocupado por su tiempo”, dice el acta del jurado. “Con una brillante escritura en las formas”, añade, “este palentino siempre militó en el fondo en el bando de los críticos taurinos que luchan por la pureza de la Fiesta, y así lo demostró no solo en sus crónicas en El Mundo durante varios lustros, sino también en su variedad de obras con la tauromaquia como protagonista”.

Entre estas, destacan Curro Vázquez, sombra iluminada, César Rincón, de Madrid al cielo, la recopilación de poemas El fulgor del círculo o José Tomás. Luces y sombras. Sangre y triunfo”.

Como poeta ha publicado Parábolas palentinas; Indicios y desmemorias; Sonetos de la impostura, El corazón cruel de la ceniza (Antología poética, 1975-2006) y Aquelarre de sombras, con el que ganó el Premio de la Crítica de Castilla y León en 2011. Asimismo, es autor de retratos de la sociedad de su adolescencia y juventud, como son las obras Sin pecado concebido y Memoria sentimental de España, a las que hay que unir el libro de juegos Tole, catole, cuneta; Y llegaron las suecas y ¡Derecha, ar!. Otros libros suyos son Rumbo a Santiago, crónica viva del camino, el ensayo Umbral de la escritura absoluta, Caneja. Una mirada del siglo XX —biografía del pintor palentino Díaz Caneja—.

Hace unos años, en una entrevista en el blog Opinionytoros.com, Villán se definía como “un poeta apasionado de los toros” y añadía que “escribir de la corrida" era parte de su profesión de periodista; "la crónica me sigue apasionando; y divirtiendo”. “Los taurinos han conseguido lo que parecía imposible, que el aficionado haya perdido credibilidad sobre la fiesta, sin duda alguna, el peor de los males”, apuntaba en otro momento.

Preguntado entonces sobre la figura de Joaquín Vidal, señaló que “había sido un gran crítico y un gran escritor". "Y un excelente amigo. Procuramos ser siempre neutrales y, sobre todo, independientes. Pero yo sufría cuando tenía que escribir mal de Curro Vázquez o de Antoñete. Aunque no lo crean, los críticos también tienen su corazoncito. Mi debilidad sigue siendo el arte”.

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