Las Tesis, autoras de ‘Un violador en tu camino’, lanzan un manifiesto feminista
El libro del grupo de artistas chilenas se distribuirá simultáneamente el 3 de marzo a ambos lados del Atlántico
Las Tesis, colectivo feminista de artistas chilenas que inspiró en 2019 a mujeres de todo el mundo a protestar en las calles con su performance Un violador en tu camino, publica este 3 de marzo, una semana antes del 8-M, Quemar el miedo. Se trata de un manifiesto editado por Planeta que saldrá el mismo día en América Latina y España, un libro que disecciona el machismo cotidiano desde el arte. “La subversión sumergida en belleza es revolución”, escriben.
Las Tesis es un grupo de cu...
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Las Tesis, colectivo feminista de artistas chilenas que inspiró en 2019 a mujeres de todo el mundo a protestar en las calles con su performance Un violador en tu camino, publica este 3 de marzo, una semana antes del 8-M, Quemar el miedo. Se trata de un manifiesto editado por Planeta que saldrá el mismo día en América Latina y España, un libro que disecciona el machismo cotidiano desde el arte. “La subversión sumergida en belleza es revolución”, escriben.
Las Tesis es un grupo de cuatro docentes y artistas residentes en Valparaíso (Chile). Dafne Valdés, Paula Cometa, Sibila Sotomayor y Lea Cáceres se juntaron en 2018 con el objetivo de difundir teorías académicas feministas a través de teatro, el collage o la performance callejera. “Ese deseo nace de constatar la falta de acceso a estas ideas en los canales de educación formal”, explican en el libro. “El arte es la trinchera de lucha y resistencia que hemos elegido”.
Entre las académicas que mencionan en el libro como inspiración están la italiana Silvia Federicci (que escribe de la relación entre machismo y capitalismo), la estadounidense Judith Butler (famosa por su trabajo sobre teoría queer y performance del género), o la argentina Rita Segato, enfocada en la violencia del Estado contra las mujeres.
En esta última autora se inspira Un violador en el camino, performance callejero que Las Tesis presentaron en noviembre del 2019 en medio de las masivas protestas en Chile contra la desigualdad. “El estado opresor es un macho violador”, dice uno de los versos. En pocos días, mujeres de más de 50 ciudades del mundo, como Ciudad México, Bogotá, Estambul o París hicieron su propia versión, y Las Tesis pasaron de ser figuras locales a un fenómeno global. El año pasado, la revista Time las eligió entre las 100 personalidades más influyentes del mundo. “El colectivo feminista chileno de performance muestra hoy lo popular que puede ser el arte para cambiar el mundo, no para entretener”, escribió entonces Nadya Tolokonnikova, del grupo activista ruso Pussy Riot.
“La experiencia de una es la experiencia de todas”, aclaran en las primeras líneas de su manifiesto, que nunca utiliza el yo sino el nosotras, y subraya que es un texto para todas aquellas que se identifiquen como mujer, independientemente de sus genitales.
Escrito con la colaboración de la periodista chilena Alejandra Carmona, se divide en siete capítulos, que van desde explicar la ira de las mujeres (“Rabia contra la impunidad histórica. Rabia y miedo de ser agredidas, asesinadas, olvidadas”), a la relación simbiótica del patriarcado con el capitalismo (“si el mundo fuera feminista, podríamos estar más cerca de un real Estado de bienestar”) o el derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo (“El instinto materno sigue siendo una imposición social y cultural”).
También detalla episodios de violencia que desató la performance del 2019: desde quienes difundieron falsamente que a Las Tesis las financiaba Hillary Clinton o Nicolás Maduro, hasta las denuncias de la policía chilena en su contra por “desacato a la autoridad” e “incitación a la violencia”, por sus críticas a las fuerzas del orden. “Esta acción solo demuestra el abuso de poder sistemático por parte de esta institución”, escriben, “equiparando la poesía con la verdadera violencia de la que son autores”.
¿Por qué aquella acción se volvió global? La pregunta ronda el libro. Las artistas lo vivieron como un fenómeno emocionante pero agridulce. “Si bien nos sentimos honradas, también nos sentimos decepcionadas y sumamente preocupadas de que en cada rincón del planeta las deudas con las mujeres y personas de las disidencias sean las mismas”, escriben.
Quemar el miedo es un manifiesto que nombra a todas aquellas que la violencia machista asesinó —Lucía Pérez en Argentina, Jesica Tejada en Perú, Ingrid Escamilla en México— y que viaja de los ataques de la policía en Chile contra las mujeres a las restricciones para abortar de Alabama (EE UU) o Francia. “Las sociedades de Occidente no se salvan”, escriben Las Tesis.
Adelanto del manifiesto feminista de Las Tesis
“Nos roban todo, menos la rabia”
La rabia, en el reino animal, puede contagiarse cuando un animal clava sus dientes en el cuerpo de otro. El virus viaja desde donde se produjo la herida hasta el cerebro. Primero, provoca una inflamación y, después, la muerte. Pero a esta inherente capacidad mortal de propagar la enfermedad incurable, podríamos sumar otro tipo de rabia. Una que lleva siglos sin cura. Un sistema atávico y rancio que también ataca el cuerpo. Nuestros cuerpos. Nos hiere, nos inmoviliza y nos mata.
Tenemos rabia. Rabia contra la opresión milenaria. Rabia contra la impunidad histórica. Rabia y miedo de ser agredidas, asesinadas, olvidadas.
El patriarcado late en las venas de gobiernos y poderosos, de los medios de comunicación, de la policía. Atraviesa los distintos sectores socioeconómicos. Se infiltra en tribunales de justicia. Cruza subterráneamente —y, a veces, tan obviamente— al Estado. Se convierte en la expresión de la furia del narco y las maras centroamericanas que usan a las mujeres como escudo y como botín de venganza, nefasta tradición ancestral que perdura hasta nuestros días. Todo lo que toca el patriarcado lo convierte en rabia.