Cuchilladas, espionajes y traiciones políticas: Calixto Bieito invoca a todos los reyes de Shakespeare en un solo espectáculo
El director condensa los dramas históricos del autor inglés en un montaje teatral con José María Pou en el reparto y resonancias inesperadas tras el estallido de la guerra interna en el PP
Jueves 17 de febrero. Siete de la tarde en el teatro Arriaga de Bilbao. Se presenta en castellano Erresuma / Kingdom / Reino, un espectáculo dirigido por Calixto Bieito que sintetiza los dramas históricos de Shakespeare, estrenado una semana antes en euskera en el mismo escenario. Sobre las tablas se suceden conspiraciones, espionajes, asesinatos de reyes, traiciones, conjuras, destierros. Una batalla fratricida...
Jueves 17 de febrero. Siete de la tarde en el teatro Arriaga de Bilbao. Se presenta en castellano Erresuma / Kingdom / Reino, un espectáculo dirigido por Calixto Bieito que sintetiza los dramas históricos de Shakespeare, estrenado una semana antes en euskera en el mismo escenario. Sobre las tablas se suceden conspiraciones, espionajes, asesinatos de reyes, traiciones, conjuras, destierros. Una batalla fratricida por el poder en la Inglaterra del siglo XV entre dos familias emparentadas, los Lancaster y los York, que desembocó en la Guerra de las Dos Rosas. Mientras tanto, la vida política en la España del siglo XXI parece ese jueves un calco de lo que ocurre en escena, aunque sin la poesía de Shakespeare: desde primeras horas de la mañana vuelan los cuchillos entre otras dos familias hermanas por el control del Partido Popular. Es imposible no pensar en ello durante la representación.
Realidad y ficción convergen con fuerza inusitada en esta función, pero con Shakespeare nunca nada es casual. Por algo es el clásico universal por excelencia: cada hecho histórico o emoción humana parece encontrar un reflejo en alguno de sus textos. Más aún en este ambicioso espectáculo que selecciona las escenas cruciales de ocho obras: Ricardo II, las dos partes de Enrique IV, Enrique V, las tres partes de Enrique VI y Ricardo III. Es la gran apuesta de Calixto Bieito esta temporada para el coliseo bilbaíno, cuya dirección artística ejerce desde 2016, en paralelo a la del teatro Basilea en Suiza. Tan radical, heterodoxa y salvaje como se espera de los trabajos de este creador que ha logrado fama internacional precisamente por eso. En escena hay 11 intérpretes, todos procedentes de la fértil cantera de actores vascos menos el veterano José María Pou, que a sus 77 años se mete por primera vez en la piel de un personaje que le va como un guante, el pendenciero y fanfarrón Falstaff. Es la tercera vez que Pou participa en uno de los muchos shakespeares estrenados por Bieito tanto en el teatro como en la ópera: en 2004 protagonizó su Rey Lear y en 2012 participó en Forest, otra locura que mezclaba varios textos del bardo entresacando solo los pasajes que transcurren en bosques.
Vemos ahora a Ricardo II (interpretado por Eneko Sagardoy) encerrado en una cárcel tras ser destronado por su primo Enrique IV (Joseba Apaolaza) y presintiendo ya que va a ser asesinado: “Tengo los ojos llorosos; no veo. Con todo, mis lágrimas no los ciegan tanto que no vean a un hatajo de traidores”. Presenciamos el momento en el que Enrique V (Lander Otaola) es coronado y reniega del que hasta entonces había sido su mentor y compañero de parranda, el Falstaff de Pou, con una sentencia tajante: “No te conozco, anciano”. Vemos también a Enrique VI (Koldo Olabarri) derrotado por Juana de Arco (Ainhoa Etxebarria) y a su esposa, la feroz Margarita d’Anjou (Ylenia Baglietto), gran instigadora de la Guerra de las Dos Rosas. Y finalmente Ricardo III, encarnado por una actriz (Miren Gaztañaga) que le da una vuelta de tuerca al famoso monólogo final del más malvado de los malvados de Shakespeare, antes de caer en combate: “¡Un caballo, un caballo, mi reino por un caballo!”. Con su muerte terminó el enfrentamiento entre los Lancaster y los York, pero no porque ganara ninguno de los dos bandos, sino porque sus luchas fratricidas los consumieron y una tercera familia, los Tudor, aprovechó para instalarse en el trono. Aviso a navegantes.
Al día siguiente de la función, en un encuentro con este periódico, Calixto Bieito, Ylenia Baglietto y José María Pou tratan de digerir todavía el contexto político que envolvió de manera inesperada el estreno. Ávido lector de periódicos, Pou lo tiene claro: “Sin duda, la lectura que pudieron hacer ayer los espectadores tuvo que verse influida por lo que estaba pasando fuera. A veces se dan esas coincidencias y es maravilloso porque le da más sentido a lo que hacemos”. Baglietto le secunda y añade: “Esto nos demuestra una vez más que lo que Shakespeare escribió puede encajarse a la perfección en cualquier situación de la vida”, subraya la actriz. Pero Pou continúa: “Al hilo de esto tengo otra reflexión: la realidad en los últimos años parece que siempre supera a la ficción y la consecuencia es que el público ya no se asombra de nada cuando va al teatro, al cine o a un museo. Por mucho que quieras provocar, estimular o incluso cabrear, no lo consigues. No porque la realidad sea más dura o violenta que antes, no hay más que ver lo que escribía Shakespeare, sino porque los medios de comunicación nos la retransmiten en directo cada día. ¿Cómo competir con espectáculos como el asalto al Capitolio? ¡Claro que dan ganas de comprar palomitas para ver los telediarios! Pero todo eso nos ha adormecido como espectadores”.
En persona, Bieito parece la antítesis de sus espectáculos. Habla poco y comedidamente, casi susurrando: “No me gusta hacer teatro para decirle a la gente lo que tiene que pensar. Mi versión no está en realidad centrada en las luchas por el poder, sino más bien en los personajes. En cómo un gobernante puede perder la cabeza cuando está en el poder. En todo caso, tiene muchas capas para que cada persona extraiga sus propias conclusiones”. En el texto que escribió para el programa de mano del montaje el director desarrolla esa misma idea: “Es hermoso que alguien te explique un cuento. Uno lo interpreta y alguien lo volverá a interpretar y así hasta una infinita cadena de fantasías, ilusiones, traumas, sueños... que volverán a escribir nuestro imaginario, ahora ya profundamente inmerso en la era digital”.
Nada más lejos de la intención del director que modular un mensaje político con este montaje. En palabras de Pou, lo que hace es construir “un magma artístico” abstracto en el que invita a zambullirse tanto a los actores como al público para reinterpretar la realidad como si se observara por primera vez. En Erresuma / Kingdom / Reino, título que reproduce la misma palabra en euskera, inglés y castellano por la implicación de los tres idiomas en la producción, con adaptación al euskera de Bernardo Atxaga, convierte el escenario en una especie de caja blanca que se va llenando de sangre a lo largo de la función. “Lo concibo como una sala de museo donde se van sucediendo diferentes cuadros”, explica el director. Comienza con todos los actores sentados alrededor de una mesa. No se sabe si todo ha ocurrido ya o está a punto de ocurrir porque los vivos se confunden con los muertos, pero el conjunto desprende una sensación de abatimiento profunda. “La vida es un proceso de demolición”, resume Bieito citando a Scott Fitzgerald.
Antes de que todo empiece vemos proyectado de fondo el comienzo de un partido de fútbol histórico, la final del Mundial de 1966 entre Inglaterra y Alemania, que ganaron los ingleses con un gol dudoso que causó gran polémica. “El mayor robo de la historia del fútbol”, recuerda Bieito. Es simbólica la imagen de la reina Isabel II presidiendo ese partido, que pone en conexión las monarquías de todos los tiempos.
Erresuma / Kingdom / Reino estará en cartel hasta el domingo en el Arriaga y después iniciará una gira por España cuyas próximas paradas serán Pamplona, Madrid, A Coruña, Getxo, Santander y Sevilla. Antes de eso, Bieito estrenará el próximo sábado en Hamburgo Canto di Speranza, que define como “una instalación artística para dos cuerpos y una orquesta filarmónica”, mientras prepara una nueva puesta en escena de Tristán e Isolda para la Staatsoper de Viena.
Erresuma / Kingdom / Reino
Versión, dirección y espacio escénico: Calixto Bieito. Adaptación al euskera: Bernardo Atxaga. Reparto: José María Pou, Joseba Apaolaza, Lucía Astigarraga, Ylenia Baglietto, Ainhoa Etxebarria, Miren Gaztañaga, Iñaki Maruri, Koldo Olabarri, Lander Otaola, Eneko Sagardoy, Mitxel Santamarina. Hasta el 27 de febrero en el teatro Arriaga de Bilbao. Gira: Pamplona, Madrid, A Coruña, Getxo, Santander, Sevilla, Valladolid, San Sebastián, Vitoria y Las Palmas de Gran Canaria.