De la reproducción asistida a la crianza colectiva o los vientres de alquiler: tratado teatral sobre la maternidad en el siglo XXI
La dramaturga y directora argentina Lola Arias, referente mundial de la escena documental, estrena en España su gran obra sobre los nuevos modelos de procreación basada en historias reales interpretadas por sus protagonistas verdaderos
Paloma: fue madre a través del método ROPA, un tratamiento de fecundación in vitro diseñado para que parejas formadas por mujeres puedan implicarse por igual en la maternidad, para lo cual se fecundan ovocitos de una de ellas con semen de un donante y el embrión resultante se transfiere al útero de la otra. Eva: tiene un hijo biológico, otro adoptado y un tercero en acogida. Rubén: hombre trans que congeló sus óvulos antes de iniciar su cambio de género y logró dar a luz el año pasado. Candela: practica la crianza en tribu dentro de un colectivo donde todos sus miembros ejercen de padres y mad...
Paloma: fue madre a través del método ROPA, un tratamiento de fecundación in vitro diseñado para que parejas formadas por mujeres puedan implicarse por igual en la maternidad, para lo cual se fecundan ovocitos de una de ellas con semen de un donante y el embrión resultante se transfiere al útero de la otra. Eva: tiene un hijo biológico, otro adoptado y un tercero en acogida. Rubén: hombre trans que congeló sus óvulos antes de iniciar su cambio de género y logró dar a luz el año pasado. Candela: practica la crianza en tribu dentro de un colectivo donde todos sus miembros ejercen de padres y madres. Susana: abortó en Londres cuando en España estaba prohibido, otra vez ya en este país bajo el supuesto de daño psicológico, una última bajo el amparo de la ley de 2010 y ahora es madre. Silvia: dos hijos nacidos por reproducción asistida con óvulos de otra mujer. Pedro: padre mediante un vientre de alquiler. Besha Wear: inmigrante congoleña, su hija nació en España. Laura: no es madre ni quiere serlo.
Estas nueve personas son reales y sus historias también. Son muy diferentes, pero contrapuestas en un mismo relato conforman un fresco sobre las variadas formas que puede adoptar la maternidad en el presente. Más aún cuando los propios protagonistas se suben a un escenario para contarlas en carne y hueso. Lo harán a partir del viernes como intérpretes sobrevenidos del montaje teatral Lengua madre, creado por la dramaturga y directora bonaerense Lola Arias, la misma que logró poner frente a frente a veteranos argentinos y británicos de la guerra de las Malvinas en el aclamado espectáculo Campo minado, que la convirtió en referente mundial del teatro documental tras su estreno en el Royal Court de Londres en 2016 y que pudo verse en España en 2018.
Si Campo minado exploraba las secuelas emocionales de los conflictos bélicos, Lengua madre es un tratado viviente sobre cómo se practica la maternidad actualmente en distintos países y por ello cambia en función de donde se represente, pues sus protagonistas son ciudadanos anónimos seleccionados tras una investigación que Arias realiza in situ con el objetivo de reflejar lo más ampliamente posible la realidad de cada territorio. El año pasado la dramaturga lo hizo en la ciudad italiana de Bolonia y esta temporada el Centro Dramático Nacional y el Teatre Lliure de Barcelona se han aliado para coproducir su versión española, que se representará del 11 de marzo al 10 de abril en el teatro Valle-Inclán de Madrid y del 22 de abril al 8 de mayo en el Lliure, después de un proceso que comenzó con medio centenar de entrevistas a personas con experiencias particulares, psicólogos, sociólogos, legisladores, activistas y expertos en temas como la reproducción asistida y continuó con un taller en el que participaron una veintena de seleccionados del que finalmente salieron los nueve protagonistas de la obra.
El resultado es un diccionario sobre la reproducción humana en estos tiempos en el que cada entrada da un nuevo sentido al significado tradicional y monolítico de la palabra madre. “¿Es solo madre la mujer que da a luz? ¿Y qué son las que donan sus óvulos para que otras lo gesten? ¿Y las que gestan para otros? ¿Y las que adoptan? ¿Y las que crían en colectividad? Son cuestiones que van surgiendo a lo largo de la función a través de las vivencias que nos cuentan sus personajes y que nos sitúan en el centro de algunos de los grandes dilemas políticos y éticos del mundo contemporáneo: los derechos reproductivos, el aborto, los vientres de alquiler, los límites de la reproducción asistida, las formas de crianza, los modelos de familia… Porque no nos engañemos: esas decisiones que uno cree íntimas son en realidad eminentemente políticas”, resume Arias en una conversación tras un ensayo del espectáculo.
De lo íntimo a lo colectivo y de lo personal a lo político. Ese es el juego dramático sobre el que se sustenta Lengua madre. Con una delicada dirección de Lola Arias que logra que intérpretes no profesionales casi lo parezcan y con un gran sentido del ritmo y del espectáculo, la fuerza que alcanzan esas historias reales al ser revividas sobre el escenario por sus verdaderos protagonistas con muchas emociones todavía a flor de piel consigue derribar prejuicios e ideas fijas sobre la maternidad, invita a repensarla y pone al descubierto muchas paradojas. Empezando por las que encarnan sus personajes. Silvia, por ejemplo, es la escritora Silvia Nanclares y ya había relatado su contradictoria experiencia con la reproducción asistida y la ovodonación en su novela autobiográfica Quién quiere ser madre: “De alguna manera tuve que elegir entre mis ideas políticas que cuestionan la explotación reproductiva de las mujeres y mi necesidad de ser madre. Fue muy difícil habitar esa contradicción, pero no quise meterla debajo de la alfombra y por eso después la conté en un libro y ahora la expongo (y me expongo) directamente en esta obra”.
Los protagonistas no se confrontan solo consigo mismos, sino también entre ellos. Un debate controvertido es el de los vientres de alquiler, que se abre de manera natural entre los personajes de la obra cuando Pedro relata su experiencia. Pero no es una discusión enconada. “Mi intención no es confrontar ideologías, sino exponer los conflictos en todos sus matices”, aclara Arias. Se desarrolla también la necesidad de que las legislaciones y las burocracias pensadas mayoritariamente para modelos tradicionales de familia se adapten a nuevas realidades como la de Rubén, que no ha conseguido inscribirse legalmente como padre como es su deseo, sino como madre. O la de Paloma, que cuando fue a solicitar el libro de familia junto a su pareja tuvo que demostrar a los funcionarios que las atendían que era ya legal en España que las dos figuraran como madres.
¿Y qué diferencias ha encontrado Lola Arias entre Italia y España en todos estos asuntos? “Son países muy parecidos en bastantes aspectos, como la influencia de la religión católica en la educación sexual y la configuración del concepto de familia, pero en cuestiones como la reproducción asistida hay distancia. España es líder mundial en estas tecnologías y eso desata nuevas problemáticas, desde dilemas morales hasta el llamado turismo reproductivo”. La dramaturga reproducirá la investigación el próximo otoño en Berlín, ciudad que conoce bien porque ha vivido varios años allí, donde augura nuevas singularidades: “Por ejemplo, el aborto en Alemania no está penalizado pero no es libre ni gratuito, la legislación es más restrictiva con la reproducción asistida y está más extendida la colectivización de la crianza y las relaciones de parentesco”.
Posiblemente dentro de unos años Lengua madre se habrá replicado en muchos países distintos y entonces el conjunto no será ya un diccionario nacional, sino una monumental enciclopedia mundial sobre la maternidad. Una enciclopedia viva y cambiante como el propio concepto.
Lengua madre
Texto y dirección: Lola Arias. Intérpretes: Paloma Calle, Rubén Castro, Susana Cintado, Pedro Fuentes, Eva Higueras, Silvia Nanclares, Laura Ordás, Candela Sanz y Besha Wear. Teatro Valle-Inclán de Madrid, del 11 de marzo al 10 de abril. Teatre Lliure de Barcelona, del 22 de abril al 8 de mayo.