La salud de Ozzy Osbourne dice basta: la leyenda del ‘heavy’ se retira de las giras

El cantante, que tenía previsto actuar en España en mayo, comunica que “no está preparado físicamente para viajar”

Ozzy Osbourne en una de sus últimas presencias en concierto. Fue en California, en septiembre de 2022, en el descanso de la final de la NFL.KEVORK DJANSEZIAN (Getty Images)

“Lo raro es que usted esté vivo”. Fue lo que le dijo su médico de cabecera hace ya un par de décadas. Y en lugar de tomarse la vida con tranquilidad, Ozzy Osbourne ha visitado desde entonces el hospital con frecuencia: una caída en un quad en la que se fracturó la clavícula, siete costillas rotas, una neumonía, otro accidente donde se dañó la columna vertebral... Después de cancelar hasta cuatro veces su gira No More Tours 2 (donde tenía previsto actuar junto a Judas Priest el 10 de mayo en Madrid), Ozzy Osbourne (Birmingham, Inglaterra, 74 años) ha decidido retirarse definitivam...

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“Lo raro es que usted esté vivo”. Fue lo que le dijo su médico de cabecera hace ya un par de décadas. Y en lugar de tomarse la vida con tranquilidad, Ozzy Osbourne ha visitado desde entonces el hospital con frecuencia: una caída en un quad en la que se fracturó la clavícula, siete costillas rotas, una neumonía, otro accidente donde se dañó la columna vertebral... Después de cancelar hasta cuatro veces su gira No More Tours 2 (donde tenía previsto actuar junto a Judas Priest el 10 de mayo en Madrid), Ozzy Osbourne (Birmingham, Inglaterra, 74 años) ha decidido retirarse definitivamente de las giras. Hoy miércoles ha publicado un comunicado que empieza así: “Esta es probablemente una de las cosas más difíciles que he tenido que compartir con mis fieles seguidores”. Y continúa: “Como todos ustedes saben, hace cuatro años tuve un grave accidente en el que me dañé la columna vertebral. Mi único propósito durante este tiempo ha sido volver a los escenarios. Mi voz está bien. Sin embargo, después de tres operaciones, tratamientos con células madre, interminables sesiones de fisioterapia y, más recientemente, un innovador tratamiento, mi cuerpo sigue estando físicamente débil”.

El músico reconoce en el texto que no está “preparado físicamente para viajar”. “Nunca habría imaginado que mis días de gira acabarían así”, sentencia. El cantante más enloquecido de la historia del heavy metal (también el más carismático) ya no se subirá más a un escenario de forma itinerante y por el mundo. En el escrito deja una esperanza a poderlo ver en directo, aunque ahora mismo resulta una posibilidad remota: “Mi equipo está buscando ideas para poder actuar sin tener que viajar de ciudad en ciudad y de país en país”.

En septiembre de 2022, Osbourne publicó su último trabajo, Patient Number 9, un álbum excelente donde colaboran Eric Clapton, Duff McKagan (Guns N’ Roses), Robert Trujillo (Metallica) o Chad Smith (Red Hot Chili Peppers). También mete su guitarra Jeff Beck, en una de sus últimas grabaciones, ya que falleció el pasado 11 de enero. Otra de las estrellas invitadas en el disco es Tony Iommi, su compañero de los tiempos de Black Sabbath, el grupo donde Osbourne comenzó su carrera.

Osbourne, que siempre suplió la potencia vocal (no es, por ejemplo, Rob Halford, de Judas Priest) por un tono personalísimo, fue parte fundamental en la creación del heavy metal; ya en solitario contribuyó de forma fundamental al auge del rock duro en los ochenta con discos como Blizzard of Ozz o Diary of a Madman; y resurgió en los 2000 como estrella televisiva y pionero de los reality shows con The Osbournes.

Desde los ochenta estuvo siempre acompañado por la afilada empresaria Sharon Osbourne, su mujer, su manager y su salvadora: ella fue la que le rescató de una drogodependencia y de un alcoholismo que le llevaron a su médico a decirle: “Lo raro es que esté usted vivo”. El cantante, como otros grandes rockeros de vida canalla (Keith Richards es uno), siempre se tomó con humor sus adicciones, dejando celebradas frases por sus seguidores como esta: “Tras la rehabilitación me tomé muy en serio lo de reformarme. Perdí un montón de peso. Y fui a un cirujano plástico para que me quitase 44 de las 45 papadas que tenía. Lo único que hizo fue abrir un agujerito, meter una aspiradora y extraer toda la grasa. Fue genial. Aunque debo reconocer que si lo hice fue, en parte, para que me tratasen con Demerol, que me parecía la mejor droga que existe”.



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