Misión imposible: salvar un canal de cine clásico en tiempos del ‘streaming’

Steven Spielberg, Martin Scorsese y Paul Thomas Anderson, entre otros gigantes de la industria, se movilizan para exigir que Turner Classic Movies siga con vida en momentos de recortes

Ingrid Bergman y Humphrey Bogart, en una escena de 'Casablanca' (1942).Archive Photos (Getty Images)

La realeza de Hollywood se moviliza. Steven Spielberg, Martin Scorsese y Paul Thomas Anderson se han erigido recientemente en guardianes de la memoria del momento más brillante de la industria en la que son gigantes desde hace varios años. Los directores han unido sus fuerzas en los últimos días no para promocionar una película propia, sino para defender que las fabricadas por decenas de sus antecesores se sigan viendo. Turner Classic Movies (TCM), un canal de cable de cine clásico, corre peligro en tiempos de austerid...

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La realeza de Hollywood se moviliza. Steven Spielberg, Martin Scorsese y Paul Thomas Anderson se han erigido recientemente en guardianes de la memoria del momento más brillante de la industria en la que son gigantes desde hace varios años. Los directores han unido sus fuerzas en los últimos días no para promocionar una película propia, sino para defender que las fabricadas por decenas de sus antecesores se sigan viendo. Turner Classic Movies (TCM), un canal de cable de cine clásico, corre peligro en tiempos de austeridad para los estudios. Ante el peligro, los tres cineastas han unido sus fuerzas para evitar que el hacha de la crisis acabe con una de las ventanas al cine de ayer más populares en Estados Unidos.

El conflicto se originó en un despacho. Warner Bros. Discovery, el gigante del entretenimiento que nació de una fusión en 2021, llevó a cabo el 20 de junio una serie de despidos. Entre el centenar de despidos anunciados aquel día iban los de la cúpula de TCM, que se nutre del catálogo de cine clásico cuyos derechos fueron adquiridos por el magnate Ted Turner. El canal de cable, lanzado en 1994, se quedó sin Pola Changnon, que era su gerente general, y sin Charles Tabesh, el programador principal, que llevaba 25 años en el canal. La compañía también ordenó eliminar dos terceras partes de los sueldos de TCM.

De izquierda a derecha, Paul Thomas Anderson, Martin Scorsese y Steven Spielberg.AP

La noticia pasó inadvertida para la mayoría. Era el primero de la ola de recortes que llegarán a lo largo del verano a los canales de cable de la empresa, que alguna vez fue un titán de la televisión privada, pero recientemente se ha visto obligada a adaptarse con velocidad a los tiempos de los contenidos bajo demanda con su plataforma Max. Lo mismo ha sucedido con otros estudios, que llevan meses navegando en un entorno económico adverso y pérdidas de sus plataformas tras la pandemia. Disney concluyó en mayo el despido de 7.000 trabajadores y ha metido el freno a nuevas producciones. Netflix ha prescindido de cientos de empleados desde el año pasado. Se calcula que unas 17.000 personas del sector mediático han sido despedidas en lo que va de 2023, de acuerdo a Business Insider.

La decisión ponía en un camino incierto a TCM, un escaparate que funciona las 24 horas del día mostrando sin cortes de publicidad películas de la era dorada de los estudios. Ahí pueden encontrarse títulos de culto, cine mudo, cortometrajes, cintas extranjeras o consideradas de arte. Nació a mediados de los noventa, cuando ya el vídeo era un aparato común en las salas de casa pero los videoclubes ofrecían sobre todo novedades y estrenos. Sintonizarlo era casi la única opción para ver entre semana clásicos como Ciudadano Kane, El halcón maltés, Cantando bajo la lluvia, Lo que el viento se llevó (que fue víctima de los nuevos tiempos de corrección política), Casablanca o Luz de gas, entre otras. Su amplio catálogo llegaba hasta los años setenta, justo antes de que las producciones independientes transformaran el negocio.

En un comunicado, Warner Bros. Discovery informó de que TCM, cuya financiación depende de los suscriptores de los servicios de cable y satélite, quedaría bajo cargo de un ejecutivo que lleva también los canales de animación, Adult Swim y Cartoon Network, y la programación familiar. “Los cambios nunca son fáciles y pueden crear un sentimiento de incertidumbre, pero les puedo asegurar que seguimos comprometidos con este negocio y con la marca TCM”, dijo en un comunicado Kathleen Finch, la encargada de contenidos de la compañía.

El escueto comunicado hizo saltar las alarmas. El movimiento no pasó por alto para Steven Spielberg, Martin Scorsese y Paul Thomas Anderson, que han dedicado sus trayectorias, además de dirigir filmes, a restaurar obras y carreras de creadores que los precedieron. El director de Tiburón y más recientemente Los Fabelman ya había dado muestras anteriormente de su activismo en este terreno. En 2018, reprobó públicamente la decisión de los nuevos dueños de AT&T de cerrar FilmStruck, un servicio de streaming de TCM y The Criterion Collection amado por los aficionados al cine de arte y clásico. Pero no solo ellos han levantado la voz. El conocido actor Ryan Reynolds ha tuiteado que el canal es “un rincón sagrado de la historia cinematográfica”. “Por favor no lo jodan”, escribió en las redes sociales el intérprete de Deadpool.

Orson Welles, en 'Ciudadano Kane'.

David Zaslav, el consejero delegado de Warner Discovery, llamó a Scorsese para explicar el ajuste y tranquilizarlo. En una llamada, le aseguró que él se contaba entre los ardientes seguidores de la programación de TCM. En abril, Zaslav apareció junto con Spielberg y Anderson en un festival de cine organizado por el canal en Los Ángeles. El director de Taxi Driver llamó a Spielberg y este llamó al creador de Magnolia, según el relato de la revuelta publicado por The Hollywwod Reporter. Los tres se conectaron con el ejecutivo en una videoconferencia en la que, en tono constructivo, los directores mostraron interés por involucrarse más con el contenido y la programación del canal. Su implicación podría frenar la sangría de televidentes que sufre la televisión desde hace varios años.

Como muestra del buen sabor de boca que dejó la reunión entre las partes, los directores emitieron un comunicado conjunto en el que aseguraron que el objetivo es que la programación de TCM “no sea tocada y quede protegida”. En su mensaje calificaron el canal de “piedra de toque cultural”, y también reconocieron las “presiones” y “realidades” por las que atraviesa Warner Discovery.

La reunión dio resultado. Del otro lado llegaron concesiones. La empresa dio marcha atrás y comunicó este miércoles el retorno de Tabesh, el programador jefe del canal. También corrigió la estructura, poniendo TCM en manos del área cinematográfica de Warner Bros. y no con las marcas de animación. El trío de directores, además, se verá involucrado en la organización de programas y ciclos especiales, de acuerdo a portavoces de la compañía. Es uno de esos finales felices por los que Hollywood tiene debilidad. A ver cuánto dura en tiempos de crisis.

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