Los papiros de Herculano revelan una pista sobre el lugar donde se encuentra la tumba de Platón
Las nuevas tecnologías logran descifrar hallazgos inéditos sobre la vida del filósofo en los papeles carbonizados enterrados en la ciudad destruida por la erupción del Vesuvio
La tumba de Platón se encontraba en un jardín privado en la Academia de Atenas. Este es el último hallazgo en la ciudad de Herculano, enterrada junto a Pompeya por la catastrófica erupción del Vesubio del año 79 que arrasó la bahía de Nápoles, y que, como su ciudad hermana, no deja de aclarar misterios históricos a me...
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La tumba de Platón se encontraba en un jardín privado en la Academia de Atenas. Este es el último hallazgo en la ciudad de Herculano, enterrada junto a Pompeya por la catastrófica erupción del Vesubio del año 79 que arrasó la bahía de Nápoles, y que, como su ciudad hermana, no deja de aclarar misterios históricos a medida que la tecnología avanza. Los papiros carbonizados encontrados en una de sus mansiones acaban de responder otra cuestión milenaria: la localización de la sepultura del filósofo en la antigua Academia de Atenas.
Los investigadores han logrado revelar alrededor de unas 1.000 palabras nuevas de esos papiros —un 30% más que en 1991—, donde se cuenta, entre otros hallazgos, que la famosa sepultura se encontraba en el jardín reservado al filósofo, un espacio privado destinado a la escuela platónica, cerca de un santuario consagrado a las musas. Hasta ahora solo se sabía que estaba enterrado genéricamente en la Academia. Así lo reveló este martes el papirólogo Graziano Ranocchia, de la Universidad de Pisa, al presentar la primera fase de los resultados del proyecto de investigación Escuelas griegas realizado con el Consejo Nacional de Investigación italiana (CNR) en la Biblioteca Nacional de Nápoles.
Los papiros estaban en la única librería íntegra que ha llegado desde la antigüedad hasta el presente sobreviviendo en la llamada Villa de los Papiros, una inmensa mansión palaciega de una rica familia romana —la mayoría de los investigadores creen que perteneció al suegro Julio César—, situada en la ciudad de Herculano, si bien tenían un aspecto más cercano a troncos requemados que a libros cuando los hallaron. Durante décadas, estos rollos habían representado un desafío que ahora ha empezado a desmarañarse gracias a la inteligencia artificial, aunque con la supervisión de papirólogos, filólogos, historiadores y físicos. La investigación ha utilizado rayos X, tomografía, imágenes infrarrojas y microscopía digital de alta resolución para repasar detalle a detalle los escritos. El proyecto, que comenzó hace tres años, se extenderá hasta 2026.
Más detalles sobre la vida y muerte de Platón
Los investigadores, además, explicaron más detalles sobre la vida de Platón, detallada en los papiros que cuentan la Historia de la Academia escrita por el poeta y filósofo Filodemo de Gadara. Según su narración, Platón había sido esclavo en la isla de Egina quizás ya en el 404 antes de Cristo, cuando los espartanos conquistaron la isla o, alternativamente, en el año 399 a. C., inmediatamente después de la muerte de Sócrates. Hasta ahora se creía que el filósofo griego había sido vendido como esclavo en el 387 a. C. durante su estancia en Sicilia en la corte de Dionisio I de Siracusa.
Gracias al relato de los rollos de papiro se ha revisado, además, el episodio de la última noche de Platón y la visita al caldeo, dado que el diálogo era diferente a cómo se creía, explicó el equipo. Ahora se describe que Platón, pese a sufrir de fiebre, desprecia en uno de sus últimos comentarios las habilidades rítmicas de un músico bárbaro de Tracia. Los papeles señalan quién habla y en qué momento. Este significado, así como el de algún nombre histórico, ha cambiado gracias al hallazgo del millar de palabras de los papiros. A veces son palabras nuevas y otras veces han sido leídas de distinto modo a como se hizo hace 30 años. Los textos revelan, por ejemplo, una nueva teoría para contar cómo se desarrolló la corrupción del oráculo de Delfos por parte del filósofo académico Heraclides Ponticus.
A diferencia de Pompeya, Herculano fue destruida por una lluvia de barro y gas a altísimas temperaturas, lo que permitió que mucha materia orgánica se salvase, como los papiros o cuantiosos restos de madera. La Villa de los Papiros, actualmente cerrada al público, fue uno de los primeros yacimientos excavados por los arqueólogos borbónicos en el siglo XVIII que se encontraron con todo tipo de sorpresas cuando empezaron a hurgar entre las ruinas que alcanzaban a través de túneles: sacaron estatuas, algunas extraordinariamente procaces —una mostraba al dios Pan copulando con una cabra—; pinturas, muebles, pero también la biblioteca que lleva dos mil años esperando poder ser leída.