Ventanas en lugar de paredes

Aunque los ocho pisos de este edificio —una cooperativa de propietarios levantada en Madrid— comparten una rotunda estructura de madera, que permite casi despojarlos de paredes, estos ocho tríplex están hechos a medida. No tuneados, a medida. No acabados al gusto del consumidor, pensados, medidos, planeados para satisfacer al futuro inquilino.

Son los inquilinos los que deciden el nivel de privacidad, la cantidad y calidad de los cerramientos de su piso y, sobre todo, la relación con el exterior o exposición al sol y a la vegetación circundante del lugar donde viven. La estructura porta...

Aunque los ocho pisos de este edificio —una cooperativa de propietarios levantada en Madrid— comparten una rotunda estructura de madera, que permite casi despojarlos de paredes, estos ocho tríplex están hechos a medida. No tuneados, a medida. No acabados al gusto del consumidor, pensados, medidos, planeados para satisfacer al futuro inquilino.

Son los inquilinos los que deciden el nivel de privacidad, la cantidad y calidad de los cerramientos de su piso y, sobre todo, la relación con el exterior o exposición al sol y a la vegetación circundante del lugar donde viven. La estructura portante de piezas prefabricadas de madera CLT de abeto y pino escocés permite trabajar sin acabados. Esa madera sirve para la estructura, para parte el mobiliario e incluso para suelos y techos. Y es la estructura portante la que organiza una serie de estantes que se pueden utilizar a modo de celosía, también para controlar la iluminación, para ocultar sistemas de almacenaje y armarios, para ubicar zonas de trabajo o camas, para colocar la cocina o como estanterías al uso.

Los arquitectos del estudio madrileño SUMA, que capitanean Elena Orte y Guillermo Sevillano, definen los ocho pisos de este edificio como casas-estantería. Veamos por qué. Cada tríplex tiene tres habitaciones. Y el ascensor se para en todas las plantas, no solo en las de acceso. Cada vivienda tiene también una zona exterior —jardines en las plantas bajas y terrazas en las altas— ¿Cómo es posible? Gracias a un ingenioso juego de sección: cada vivienda tiene tres alturas diferentes. Eso deja espacio para los jardines, abajo, y para las terrazas, arriba. Además, el edificio cuenta con garaje, un jardín común y una piscina para todos. Y está organizado con esa densa estructura de madera que funciona como un mecano prefabricado, ayuda al aislamiento térmico, facilita la rapidez de la construcción y hace posible un bajo consumo energético. Es ese mismo elemento, la estructura, lo que se emplea para decidir la privacidad o exposición de las estancias abriéndolas, al exterior, o aprovechando la trama como estantería, mesa, cama o armario.

Además, el control térmico del inmueble está resuelto con ventilación controlada. El agua de lluvia se recoge para el riego de los jardines y las terrazas y para uso en los baños. El resto de la energía proviene de paneles solares que captan hasta el 72% de la energía que consume el inmueble. Hay otras maneras de construir vivienda. Las paredes pueden ser ventanas. Suma arquitectura lo ha demostrado.

Coste: 1.432 euros por metro cuadrado, según los arquitectos.