El Guijuelo, un equipo jamón para el Atlético en la Copa
El club salmantino recibe más de la mitad de su presupuesto de la industria del cerdo
Los muy pocos que caminan por Guijuelo a la hora de la siesta van preguntándose lo mismo: “¿Vas al fútbol?”. Todos conocen a todos, incluso Jordi Fabregat, que es de Tortosa, un pequeño pueblo de Tarragona (Cataluña), y que entrena al equipo hace tan solo 10 días. La gente se acerca a desearle suerte. El encuentro de hoy (21.00, beIN) en la Copa del Rey ante el Atlético de Madrid revoluciona este pueblo, 50 kilómetros al sur de Salamanca. Hoy las calles estarán igual de vacías, porque casi todos se irán a la capital para quitarle el polvo a un casi abandonado Helmántico. Hasta ayer se habían vendido 15.600 de 17.000 localidades.
Guijuelo está rodeado por pueblos encantadores, árboles multicolores en otoño y verdes praderas. Quedan algunas casas antiguas, pero el lugar está invadido por fábricas. Son las bodegas de jamones que alimentan a gran parte del país y que, financian también al club. Su presidente Jorge Hernández, de 35 años, es el dueño de Beher, una de las más de 200 industrias existentes. “Somos un pueblo con 6.000 habitantes y llevamos diez temporadas consecutivas en Segunda B”, cuenta con orgullo. Está sobreexcitado y disperso por el encuentro, tanto que se queda sin gasolina en el pueblo y deja el coche allí, en medio de la calle, por unos minutos, hasta que alguien lo pudiera ir a buscar.
El entrenador del equipo, Jordi Fabregat, a sus 54, parece mucho más tranquilo. Se mira en la televisión, con una copa de vino tinto en una mano, y con la otra revisa en su móvil los artículos que hablan de él en la prensa. Es un tipo honesto, que se sale del típico libreto y que mantiene los pies en la tierra de cara al encuentro de esta noche. “Hemos jugado dos partidos, he puesto dos alineaciones y van a jugar los que no han jugado. La prioridad es la Liga”, anticipa.
La gente en el pueblo está, sin embargo, ilusionada. Una enfermera no sabe si llegará a su turno de guardia: “Si ganamos tal vez volvamos el jueves”. “O el viernes”, grita desde la otra acera un empleado de limpieza del Ayuntamiento. “Tampoco es que aquí haya accidentes todo el tiempo”, se justifica la enfermera. Nadie se quiere perder la gran cita. Fabregat aclara que también tiene expectativas: “Si no tuviera esa ilusión por enfrentarme a Simeone y al Atlético, esto perdería toda la esencia”.
“Irán nueve buses desde Guijuelo más todas las personas que van en coche y los chicos de la cantera”, cuenta Hernández en su fábrica, junto a miles de jamones en proceso de curado. “Necesitaremos de nuestra gente porque habrá mucho Atlético”, dice.
“Casi 150 fábricas apoyan al equipo”, confiesa el presidente del Club Deportivo Guijuelo. Tienen un presupuesto anual de 700.000 euros, de los cuales al menos 450.000 provienen de la colaboración de la industria del jamón, 150.000 del Ayuntamiento y 100.000 de los socios y venta de entradas y productos. Además, para hoy, se repartirá un bocadillo de jamón a cada espectador.
En Guijuelo, las fábricas del producto estrella del pueblo aparecen cada diez metros. “Mucha gente lo desconoce pero el jamón siendo ibérico es colesterol bueno. Cualquier deportista lo puede tomar”, aclara Hernández, para la tranquilidad del entrenador Fabregat, que había advertido: “Mientras no coman todos los días pan...”.
Los que acudan al Helmántico recibirán, con su entrada, un bocadillo de jamón. La mayoría de los fabricantes ha donado dos o tres patas para el evento. Serán 17.000 bocadillos. Ya está todo el cerdo loncheado. Esta mañana, según Hernández, trabajarán 40 o 50 personas para prepararlos. "Los de Beher serán los más ricos", bromean los empleados de la empresa.
Si todos los cerdos se alimentan con bellota, ¿cuál es la diferencia entre los jamones de cada una de las 200 fábricas de Guijuelo? “Cada uno tiene su propio método”, explica uno de los expertos de Beher, Bienvenido Roncero, que elabora lomos y embutidos hace 25 años. “También varía un poco por la calidad de la materia prima”.
Esa diferencia de calidad tal vez quede en evidencia este miércoles, pero entre los jugadores del Atlético y del Guijuelo, unos de Primera, los otros de Segunda B. “Para nuestros jugadores es una incógnita la diferencia que puede haber y por eso no pueden desconcentrarse”, indica su entrenador. “Hay algo de lo que estoy convencido: un partido se le puede ganar a cualquiera”.
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