“Zidane es muy pesado para que pise área, estará feliz”
Casemiro, autor de otro gol que sirve para abrir el marcador, revela la insistencia del entrenador francés a la segunda línea para que se incorpore al ataque
El Madrid-Granada se disputó en la víspera de Nochebuena, en este obligado Boxing Day a la española, pero durante un buen rato tuvo la pinta de una esas tardes otoñales de los blancos en casa en las que llegaron a meterse varios trastazos serios. Ahora, sin embargo, es invierno y la cuesta es hacia abajo. Sexta victoria seguida.
Si la cosa no fue a mayores se debió, sobre todo, a un pequeño chispazo activado por Asensio, que había salido unos minutos antes en lugar de Rodrygo, y que actuó de desperta...
El Madrid-Granada se disputó en la víspera de Nochebuena, en este obligado Boxing Day a la española, pero durante un buen rato tuvo la pinta de una esas tardes otoñales de los blancos en casa en las que llegaron a meterse varios trastazos serios. Ahora, sin embargo, es invierno y la cuesta es hacia abajo. Sexta victoria seguida.
Si la cosa no fue a mayores se debió, sobre todo, a un pequeño chispazo activado por Asensio, que había salido unos minutos antes en lugar de Rodrygo, y que actuó de despertador de su equipo. Una espuela maravillosa al inicio de la segunda parte que mandó al palo desató un mini tornado de tres oportunidades seguidas, en un minuto, que acabó con el gol de cabeza de Casemiro a centro, precisamente, del balear.
“El míster estará el más feliz porque a los medios siempre nos pide que pisemos el área desde la segunda línea. Es muy pesado con nosotros. Me pide que dé equilibrio, pero también que llegue al área. Me dice que tengo buen remate de cabeza”, confesó sonriente el brasileño. Razón no le falta. Hace dos semanas, otro testarazo suyo empezó a rendir al Atlético en el derbi y en Alemania, ante el Gladbach, descolgó del aire un balón que acercó a los blancos a un empate clave en Champions. Al Madrid no se le caen los goles del bolsillo y los va rascando de todas las esquinas. La aérea es una de sus preferidas: ningún equipo ha metido más por arriba que él (ocho).
Su diana le puso el lazo a las primeras señales de vida de Asensio tras varias semanas mustio, sumido en una melancolía que empieza a ser marca de la casa. En cuanto se puso a punto al inicio de temporada, Zidane le concedió un trato de privilegio y le dio pista en varios encuentros consecutivos para desgracia de Vinicius o Rodrygo, por ejemplo. Sin embargo, su aportación en aquella serie de citas resultó tan escasa que regresó al banquillo: cero goles, cero asistencias y una influencia en el juego muy pobre. “Dejadle jugar”, llegó a exclamar Zidane. Este miércoles se apuntó su primer pase de gol del curso -llevaba 19 encuentros sin marcar ni asistir, la peor racha de su carrera en la élite- y, lo más importante, intervino de forma decisiva para despertar a su equipo. Apenas fueron unas migas, una aparición fugaz, pero resultó suficiente para que el Madrid resolviera un choque que lo tramitó de forma engorrosa.
El récord de Lucas Vázquez
Hasta ese momento, los blancos se habían presentado con su clásica modorra del periodo de entreguerras. A los 30 segundos, ya habían concedido una oportunidad muy clara que Antonio Puertas la mandó con dirección al aeropuerto. Y, a los diez minutos, Kenedy no concretó tras una mala salida de Courtois. Hasta el descanso, el conjunto de Zidane se movía de forma pesada, como quien se acaba de levantar de la cama. La espesura en su juego era total y, para acompañar, solo faltaba la niebla en el Di Stéfano. Ni rastro del garbo de Ipurua.
Al borde del intermedio, la tuvo, incluso, uno de los suyos, Jesús Vallejo. El central confesaba en la previa que debería mejorar su agresividad en ataque, y así lo evidenció en un amago de cabezazo que terminó siendo un hombrazo sin trascendencia. Se trató del tercer aviso del cuadro de Diego Martínez.
”Si roto, porque roto. Si no roto, porque no roto”, se quejó Zidane con su clásica sonrisa en la previa. Y ante los andaluces siguió sin mover apenas el cesto. El francés, que hizo de las alineaciones una noria, especialmente de mitad del campo para arriba, su matasellos, ha decidido en este momento tocar lo menos posible. Respecto al Eibar, solo un cambio obligado: Valverde por el lastimado Modric. Luego llegó la sustitución forzada de Rodrygo, con una lesión en la parte posterior del muslo derecho, por Asensio. Pero cuando le volvieron a preguntar después del partido por las rotaciones, se rebrincó sin sonrisas: “Tú eres impresionante, buscas siempre la misma cosa”, espetó.
De esta continuidad, quien más ha salido ganando es Lucas Vázquez, que acumuló su decimocuarta titularidad seguida. Es su mejor registro desde que llegó al Madrid. Entre diciembre de 2018 y febrero de 2019 alcanzó las 13. Una buena reivindicación para un jugador cuyo futuro es una incógnita. Cumple contrato el próximo verano y, a juzgar por sus palabras, no las tiene todas consigo. “Es un tema complicado. En el fútbol no solo depende de una parte”, afirmó hace unas semanas. Su paso ante los andaluces, sin embargo, resultó tan inocuo que a falta de un cuarto de hora fue relevado por Vinicius.
El que ni calentó fue Hazard, que había vuelto a una convocatoria casi un mes después por su enésimo problema físico. Contra el Granada festejó hace un año su primer tanto. Entonces ya parecía que empezaba a llegar tarde al Madrid. Más de un año después, aún se le espera. “Era un partido complicado, no quería arriesgar”, comentó Zizou.