El Real Madrid explora la zona cero
Tras dos cursos cayendo en octavos, los blancos visitan Bérgamo, el lugar donde hace un año se disparó la pandemia que paró todo
El Real Madrid comparece este miércoles en Bérgamo (21.00, Movistar Liga de Campeones), la considerada zona cero del coronavirus, para la ida de los octavos de final de la Champions, de algún modo también la zona cero del club en la Copa de Europa si se atiende a las dos últimas temporadas. Después de tres orejonas seguidas, el Madrid cayó en esta ronda en marzo de 2019 contra el Ajax con Solari en el banquillo, y en agosto de 2020 contra el Manchester ...
El Real Madrid comparece este miércoles en Bérgamo (21.00, Movistar Liga de Campeones), la considerada zona cero del coronavirus, para la ida de los octavos de final de la Champions, de algún modo también la zona cero del club en la Copa de Europa si se atiende a las dos últimas temporadas. Después de tres orejonas seguidas, el Madrid cayó en esta ronda en marzo de 2019 contra el Ajax con Solari en el banquillo, y en agosto de 2020 contra el Manchester City ya con Zinedine Zidane de regreso. “La Champions para mí empieza ahora, y son los partidos que queremos”, dijo este martesToni Kroos.
Para el Atalanta, el partido de este miércoles supone la segunda etapa del insólito viaje de un equipo minúsculo y contracultural, que el año pasado pisó por primera vez en su historia la fase de cruces de la Champions. Aquel estreno no solo permanecerá indeleble en la memoria de la ciudad lombarda, sino en la de todo el mundo del fútbol y la de media Europa. Acaba de cumplirse un año de ese 19 de febrero en el que el Valencia se presentó en Milán para jugar contra el Atalanta, cuyo estadio carecía entonces de la homologación de la UEFA.
La pandemia se cocinaba esos días en la región. Unas 40.000 personas viajaron desde Bérgamo a Milán para el partido, mientras el resto de sus 120.000 habitantes se juntaba para verlo por televisión en casas y bares, con las reservas completas un mes antes (este miércoles los bares deben cerrar tres horas antes del encuentro). Cuando semanas después la región descolló como el lugar con mayor mortalidad de Europa, los epidemiólogos describieron el encuentro como “bomba biológica”. A partir de ahí, al menos de manera simbólica, puede trazarse la venida del confinamiento y el parón general de la vida y el fútbol.
De aquello, el Atalanta emergió en agosto en los cuartos de final en Lisboa, donde se vio a poco más de cinco minutos de tumbar al PSG y colarse en la semifinal. El Madrid, por su lado, fue a estrellarse a Mánchester sin Ramos, sancionado, en una noche calamitosa de Varane. A partir de aquello también puede trazarse el embotellamiento del calendario al que algunos atribuyen en parte el abarrotamiento de la enfermería del Madrid, que se presenta en Bérgamo de nuevo sin Ramos. Pero también sin Hazard, Benzema, Carvajal, Valverde, Rodrygo, Marcelo, Militão y Odriozola: nueve lesionados. Si repite el once del último partido de Liga, Zidane solo tendrá en el banquillo un jugador de campo de la primera plantilla, Isco, acompañado de Chust, Miguel, Arribas, Blanco y Hugo Duro. “Sabemos las bajas que tenemos pero hay jugadores para entrar al campo a intentar ganar. Nunca nos vamos a contentar con menos. Es una final”, dijo el francés.
Enfrente de ese batallón en las raspas, y apuntalado por una colección de nuevos meritorios en el momento más crítico de la temporada, un equipo nada italiano, puro desmelene al ataque. El Atalanta es el conjunto italiano más anotador este curso entre todas las competiciones, con 2,18 goles por partido, más que la Juve (2,03) y que el Inter (2,09). Un equipo lanzado al intercambio de golpes por su entrenador, Gasperini, que ni siquiera echa en falta la huida de su estrella, el Papu Gómez. Ante ese arrebato, Kroos receta: “Queremos hacer un partido más controlado. Vamos a intentar hacer nuestro juego”, aportó como fórmula para no perecer de nuevo en la misma zona cero de las dos últimas Champions.