Otra cita con la historia
El Barcelona elimina al PSG y disputará el 16 de mayo ante el Chelsea su segunda final de la Copa de Europa en busca del primer título para un club español
Cuando se creó la Champions femenina, en la temporada 2001-2002, el Barcelona estaba a punto de incorporarse como una sección más del club; lo hizo en junio de 2002 pocos días después de que el Frankfurt derrotara al Umea en la final. Por entonces, ni en el más atrevido de los sueños las azulgrana se podían imaginar compitiendo en la élite del fútbol europeo, dominado en ese momento por escandinavas y alemanas. A la apuesta por el fútbol femenino se sumaron las francesas y hoy ya no hay dudas de que el Barcelona pertenec...
Cuando se creó la Champions femenina, en la temporada 2001-2002, el Barcelona estaba a punto de incorporarse como una sección más del club; lo hizo en junio de 2002 pocos días después de que el Frankfurt derrotara al Umea en la final. Por entonces, ni en el más atrevido de los sueños las azulgrana se podían imaginar compitiendo en la élite del fútbol europeo, dominado en ese momento por escandinavas y alemanas. A la apuesta por el fútbol femenino se sumaron las francesas y hoy ya no hay dudas de que el Barcelona pertenece a la aristocracia del fútbol continental. El conjunto azulgrana derrotó ayer al PSG en el estadio Johan Cruyff por 2-1 en la vuelta de las semifinales (1-1 en la ida) y el 16 de mayo jugará en Gotemburgo contra el Chelsea la segunda final de Champions de su historia. El conjunto inglés remontó la eliminatoria en su estadio (4-1) frente al Bayern, después de caer el pasado domingo en Múnich (2-1). Será la primera final para el conjunto de Londres. El camino del Chelsea es similar al del Barcelona. En 2004, dejó de llamarse Chelsea Ladies Football Club para afiliarse, definitivamente, al club de Abramovich.
El primer saltó de calidad lo hicieron en la temporada 2015 cuando conquistaron la Premier y la FA Cup. La pasada campaña, el cuadro de Londres elevó su presupuesto para dar el salto en Europa. Pagó lo nunca visto en el fútbol femenino, 350.000 euros, por el fichaje de Pernille Harder (Dinamarca) al Wolfsburgo. Además, en su plantilla cuentan con futbolistas como Magdalena Eriksson (Suecia), Ji So-Yun (Corea del Sur) y Samantha Kerr (Australia), todas nominadas entre las mejores jugadoras de 2020 según la FIFA. El Chelsea cuenta con un presupuesto de cerca de siete millones por los cuatro que invierte el Barcelona. El conjunto azulgrana se convirtió en profesional en 2016, después de ganar cuatro ligas consecutivas. Pasó algo paradójico en Sant Joan Despí: dejaron de gobernar en España para empezar a crecer en Europa. El Barça alcanzó la semifinal de la Champions en 2017 y 2020 y se consagró en 2019 como el primer equipo español en pelear por la orejona femenina. Pero la diferencia entre el Olympique de Lyon, siete veces ganador de la Champions, cinco consecutivas (2016 a 2020), y el Barcelona era inmensa. El equipo francés tardó media hora en marcar cuatro goles y sentenciar la final en Budapest. El duelo, finalmente, terminó 4-1, después de que la entonces Balón de Oro, Hegerberg, y compañía bajaran el pistón.
Pero a la hegemonía del Lyon la finiquitó, precisamente, el rival del Barcelona en la semifinal: el PSG. Y el cuadro azulgrana elevó su listón. Dominó al conjunto parisino en su estadio la semana pasada (1-1) y ayer supo aguantar las embestidas del potente equipo francés para cuidar el 2-1, que certificó el pase a una nueva final europea. No solo el Chelsea tiene un grupo potente; el Barcelona cuenta con una de las mejores columnas vertebrales del continente, con Paños, Mapi León, Putellas y Hermoso, a la que se le suman dos extremos internacionales como Graham y Martens, protagonistas en el duelo ante el PSG. La holandesa marcó los dos goles, uno tras una gran asistencia de Graham Hansen.
981 aficionados
El triunfo se celebró a lo grande en el Johan, algunas bailaban y cantaban en el túnel, otras en el vestuario, todas fueron a saludar a su afición. No estuvieron solas las muchachas de Lluís Cortés en el Johan Cruyff. El Barcelona ya lo había probado en un partido del Barça B ante el Cornellà y ayer, por primera vez en la temporada, la afición azulgrana pudo ver al femenino. Sin embargo, debido a las restricciones sanitarias, solo pudieran acceder 981 espectadores. El pasado 22 de abril, el Barça sacó entradas para los socios. Se agotaron en media hora. Este pasado viernes, colocaron otras 50 que sobraban de los compromisos protocolares. Duraron cinco minutos. “Estuvimos en la semifinal de 2019 contra el Bayern en el Mini, siempre que podemos venimos al Johan, y no podíamos faltar a este partido”, explicaba una aficionada azulgrana, en Sant Joan Despí, junto a sus dos hijas.
El Johan Cruyff explotó el tras el pitido final. El Barça vuelve a colarse en un final de Europa y esta vez no va de paseo. Tras volver a reinar en la Liga, quiere traer la primera Champions femenina a España.
“Somos muy buenas, esta vez la Copa puede ser nuestra”
Lieke Martens llegó a Barcelona en el verano de 2017 con el cartel de la mejor jugadora de Europa después de que su selección se coronara en el Europeo. Sin embargo, a la holandesa le costó lidiar con el peso de tanto protagonismo. “Me he tenido que reencontrar conmigo misma. Entrevistas, contratos, personas con diferentes expectativas… Fue pasar de cero a 100”, recordaba en una entrevista en este periódico el año pasado.Esta Champions le sirvió de catarsis a la número 22. Comprometida en defensa en la ida en París, ayer se liberó en ataque y marcó las dos dianas que sellaron el camino del Barcelona a la final de Suecia.
“Fue un partido realmente muy especial para mí. Pero lo más importante que es volvemos a estar en una final de la Champions. Este año, somos un muy buen equipo. La segunda parte no fue fácil, si ellas marcaban nos quedábamos fuera. Fue un rival muy duro”, aseguró Martens. “Lo merecimos por todo el trabajo que llevamos haciendo. Es cierto que hemos concedido un gol de córner, uno más, pero al final lo importante es que hemos sabido aguantar y sufrir. Somos justas vencedoras de la eliminatoria y estoy orgullosa de este equipo. Estamos convencidas de que este año puede ser nuestra y toca preparar la final con todos los sentidos”, se sumó Aitana Bonmatí.
El entrenador del Barcelona, Lluís Cortés, habló del crecimiento de sus jugadoras: “Son muchas horas de trabajo y muchos días de entrenamientos desde la final de Budapest y teníamos muchas ganas de volver cuanto antes mejor. Este equipo está preparado para jugar en todos los contextos. Cuando hablo de la madurez de este equipo es esto. Estamos en la final de manera muy merecida”.
Barcelona, 2; PSG,1
Barcelona: Paños; Torrejón, Pereira (Hamraoui, m. 75), Mapi Léon, Ouahabi; Bonmatí (Oshoala, m. 80), Guijarro, Putellas; Graham Hansen, Hermoso y Martens (Mariona, m. 72). No utilizadas: Coll; Codina, Serrano, Losada, Mariona, Crnogorcevic, Jana y Vilamala.
PSG: Endler; Lawrence, Paredes, Dudek, Morroni (Bruun, m. 87); Dabritz, Geyoro, Formiga (Nadim, m. 75); Baltimore, Katoto y Bachmann (Huitema, m. 75). No utilizadas: Voll; Pinguet; Simon, Cook. Fazer, Folquet, Hurtre y Le Guilly.
Goles: 1-0. M. 8. Martens. 2-0. M. 31. Martens. 2-1. M. 34. Katoto.
Árbitra: Pustovoitova (Rusia) amonestó a Lawrence, Dudek, Pereira, Paños, Mariona y Putellas.
Johan Cruyff. 981 espectadores.
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