Mercedes le hace el lío a Red Bull
Exhibición de Hamilton en Montmeló al cambiar de estrategia sobre la marcha para lograr su tercer triunfo. Sainz termina el séptimo y Alonso, el 17º.
Sombrerazo para Lewis Hamilton y Mercedes en Montmeló, donde el británico se adjudicó su tercera victoria de la temporada, la quinta consecutiva en el ‘Circuit’, a pesar de competir en un escenario muy distinto al de los últimos años, esto es, sin disponer de un monoplaza superior al resto. A sus 36 años y tras casi 15 en el Mundial, el actual campeón está conduciendo como nunca, y cuando las manos y el coche no le alcanzan, su equipo acude al resc...
Sombrerazo para Lewis Hamilton y Mercedes en Montmeló, donde el británico se adjudicó su tercera victoria de la temporada, la quinta consecutiva en el ‘Circuit’, a pesar de competir en un escenario muy distinto al de los últimos años, esto es, sin disponer de un monoplaza superior al resto. A sus 36 años y tras casi 15 en el Mundial, el actual campeón está conduciendo como nunca, y cuando las manos y el coche no le alcanzan, su equipo acude al rescate para salirse del carril y hacerle el lío al rival, en este caso Red Bull y Max Verstappen. El holandés ha crecido mucho, por más que aún le queda un largo recorrido antes de ponerse al nivel de Hamilton. El joven de Hasselt lo hizo todo bien: salió mejor que su rival, le superó antes de la primera curva y se mantuvo al frente del pelotón sin que le entrara la mínima tiritona, algo a tener muy en cuenta cuando por los retrovisores llega la Flecha de Plata, ahora teñida de negro, con el dorsal número 44 adherido al morro. Y sin embargo, todo esto no le bastó a Mad Max para imponerse en el trazado barcelonés porque el nivel de Mercedes y su buque insignia fue simplemente espectacular.
Superado el ecuador de la carrera, Hamilton circulaba el segundo, pegado al trasero de Verstappen, pero tanto él como su tropa se dieron cuenta de que no iban a ganar este domingo a menos que hicieran algo distinto. Y reaccionaron, y lo hicieron a lo grande. El corredor de Stevenage fue llamado a los talleres por segunda vez (vuelta 42), algo que inicialmente no estaba en los papeles –todo parecía dispuesto para que los primeros plantearan una estrategia a un solo cambio de gomas–, y eso pilló a trasmano a la marca del búfalo rojo, que se quedó paralizada y no reaccionó, dejando a su piloto a merced de la voracidad del heptacampeón del mundo. Nada más reincorporarse a la pista con un juego nuevo de neumáticos, Hamilton salió el tercero, 23 segundos detrás de su principal oponente en la gresca por el título, a 24 giros para la bandera de cuadros. “Según nuestros cálculos, te alcanzará en la última vuelta”, le dijeron a Verstappen, no se sabe bien si por tratar de tranquilizarle o porque no hicieron bien los números. Lo cierto es que al líder del campeonato le sobraron seis vueltas y a pesar de tener margen de sobras para adelantar a so oponente, lo hizo a la primera, a final de recta y como un obús. Nada que hacer para el de Red Bull, que poco después se adjudicó la vuelta rápida de la prueba para consolarse. Valtteri Bottas completó el podio, mientras que Carlos Sainz finalizó el séptimo y Fernando Alonso, el 17º.
El triunfo es el 98º en la hoja de servicios de Hamilton, que se queda a dos de los cien, la cifra de ‘pole’ que ya alcanzó este sábado. “Yo hice que el plan funcionara, pero la estrategia fue tremenda”, agradeció Hamilton, por la radio, a todos los miembros de la escudería. “Es lo que hay, somos demasiado lentos. No pude hacer nada para mantenerlo detrás. Cuando vi que Lewis paraba una segunda vez supe que la cosa se había acabado”, se resignó Verstappen.
Sainz: “Tenía coche para algo más que el séptimo puesto”
Fernando Alonso, 17º en su cuarta carrera tras su regreso a la Fórmula 1, una de las que más exigieron al corredor de Alpine. El equipo francés diseñó una estrategia como la de Red Bull con Max Verstappen, a una sola parada, que como en el caso de la marca del búfalo rojo se comprobó menos eficaz que la de aquellos que optaron por dos visitas a los talleres. El asturiano estuvo peleando por sumar un punto durante la mayor parte de la prueba, hasta que en las vueltas finales el rendimiento de las gomas de su bólido se desplomó. Eso le dejó completamente expuesto a merced de la jauría de lobos que se lo zamparon.
“Decidimos parar una sola vez, para tratar de sumar ese puntito, Fue una estrategia un poco suicida, pero cuando es solo uno punto el que pierdes tampoco es tanto”, respondió Alonso, que antes de cruzar bajo la bandera de cuadros llevó a cabo una segunda parada, esta completamente intrascendente a nivel de resultado, pero útil para recopilar más datos acerca del comportamiento del A521.
Carlos Sainz, por su parte, se mostró muy autocrítico tras finalizar el séptimo, a más de un minuto de Lewis Hamilton y a 20 segundos de Charles Leclerc, su compañero en Ferrari, que terminó el cuarto. “Lo que ha fallado ha sido la salida. No estoy contento porque creo que tenía coche para algo más que un séptimo puesto”, comentó Sainz tras una prueba en la que se vio “un poco frustrado”, al verse fuera de la posición natural del Ferrari.
La clave para entender el cabreo del madrileño hay que buscarla en la arrancada, en la que pasó de la sexta posición que ocupó en la parrilla de salida a la octava. “Esas posiciones que perdí en la salida han hecho que luchara por la séptima y la octava plaza en vez de por la cuarta o la quinta, que son las que corresponden al coche”, ahondó Sainz. “Tenemos que ver junto a los ingenieros qué podría haber hecho de forma distinta”, remachó el piloto de la ‘Scuderia’.
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