El Real Madrid vuelve a contratar a Carlo Ancelotti como entrenador
Tras la dimisión de Zidane, Florentino Pérez confía el banquillo al ganador de la décima Copa de Europa en la final de Lisboa de 2014, despedido en 2015
El acuerdo al que llegaron este martes el Real Madrid y Carlo Ancelotti no fue el primero entre ellos. Ni siquiera el segundo que cerraron Florentino Pérez, presidente del club blanco, y el técnico italiano de 61 años; sino el tercero. Cinco días después del anuncio de la dimisión de Zinedine Zidane, Ancelotti se comprometió este martes como nuevo entr...
El acuerdo al que llegaron este martes el Real Madrid y Carlo Ancelotti no fue el primero entre ellos. Ni siquiera el segundo que cerraron Florentino Pérez, presidente del club blanco, y el técnico italiano de 61 años; sino el tercero. Cinco días después del anuncio de la dimisión de Zinedine Zidane, Ancelotti se comprometió este martes como nuevo entrenador del Madrid durante tres años, en la que será su segunda etapa en el club, que ya lo contrató en el verano de 2013 para suceder a Jose Mourinho. Pérez siempre ha visto en el hasta ahora técnico del Everton una solución a la medida de los requerimientos del banquillo del Real Madrid. La primera vez, en 2006, fue fallida, pero Ancelotti guardó durante años aquel precontrato en una caja como una reliquia.
Entonces, entrenaba al Milan de Berlusconi y el Madrid le ofreció un contrato de 15 millones de euros por tres años, alrededor del doble de lo que cobraba. “No fue una decisión difícil”, recuerda en su libro de memorias publicado en 2009. Después de unas negociaciones en las que no llegó a reunirse en persona con Pérez, el club le envió un precontrato de seis páginas por fax a su casa de Felegara, a las afueras de Parma. “No había pedido la luna, pero casi”, reconoce. Lo firmó y lo devolvió, también por fax. Aunque no todo estaba hecho: el documento incluía una cláusula que solo lo hacía efectivo si el Milan consentía en dejarlo ir. Adriano Galliani, el director general, se negó, y Ancelotti conservó entre sus objetos más preciados aquel documento sin el escudo del Real Madrid. “Un souvenir de un periodo agradable y cargado de adrenalina”, dice el italiano.
El acuerdo cerrado este martes resultó mucho más rápido y menos tortuoso. El Madrid se puso en contacto el lunes con Ancelotti, que no dudó. Además, su contrato con el Everton incluía una cláusula liberatoria, de manera que la desvinculación del club inglés, con el que le restaban tres años de acuerdo, no fue obstáculo para una operación fugaz.
El italiano explicó sus razones en el comunicado oficial emitido por el club de Goodison Park, con el que terminó la temporada en décima posición, a tres puntos del Tottenham, clasificado para la Conference League: “Aunque he disfrutado estar en el Everton, se me ha presentado una oportunidad inesperada que creo que es el movimiento para mí y para mi familia en este momento”, dice. Según fuentes cercanas a la operación, la sorpresa fue genuina, ya que no se habían producido contactos hasta el lunes, después de que el club descartara las opciones de Antonio Conte, que despertaba pocos entusiasmos en la plantilla, y de Mauricio Pochettino, que ya había explorado en otras ocasiones. Sin embargo, el actual empleador del argentino, el Paris Saint-Germain, convertía en inviable la contratación.
El club francés ha cambiado mucho en su celo con los contratos en vigor desde que Florentino Pérez sacó precisamente de allí a Ancelotti la primera vez que lo fichó, en 2013. Entonces el club salía del desgaste emocional de los tres años de Mourinho con sus tres semifinales de Champions, y el italiano elevó aquello un peldaño. La temporada terminó con el histórico giro de guion del gol de Sergio Ramos en el minuto 93 de la final de la Copa de Europa en Lisboa contra el Atlético. El empate in extremis y la victoria en la prórroga (4-1) le dieron al italiano su tercera orejona —dos con el Milan—, con Zidane como ayudante. Entonces Ancelotti y Paisley, con el Liverpool, eran los únicos entrenadores con tres. Más tarde se les sumó Zidane. El italiano fue despedido al final de la temporada siguiente.
Si en 2013 Ancelotti fue contratado para apaciguar las brasas prendidas por Mourinho, esta vez tiene por delante el desafío de calmar las heridas de la abrupta salida de Zidane. A eso se suma esta vez la tarea pendiente de reconstrucción del equipo, en el que se prevén movimientos importantes y numerosos. En la primera etapa heredó un equipo armado que se encontraba a un paso de romper a ganar.
Tiempo después del primer intento fallido, Florentino Pérez y Ancelotti se encontraron un día, y según cuenta el italiano en sus memorias, el presidente madridista le dijo: “Carlo, un día serás mi entrenador”. Ya van dos veces.
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