Los Juegos Olímpicos de Tokio permitirán hasta 10.000 espectadores en cada recinto

Si se decreta un estado de emergencia sanitaria u otras medidas de prevención contra la covid, las competiciones se celebrarán sin público

La presidenta del comité organizador de Tokio 2020, Seiko Hashimoto, y el presidente del COI, Thomas Bach, durante una reunión virtual celebrada este lunes.Rodrigo Reyes Marin (AP)

Se ha despejado la incógnita. Los Juegos Olímpicos de Tokio podrán tener público nacional. Con peros, con cautela, y con la advertencia de que la decisión es reversible. Pero a 32 días del arranque oficial, y en contra de lo que un muy amplio segmento de la opinión pública japonesa y las autoridades sanitarias llevan semanas pidiendo, los organizadores del evento multideportivo han anunciado que hasta 10.000 espectadores n...

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Se ha despejado la incógnita. Los Juegos Olímpicos de Tokio podrán tener público nacional. Con peros, con cautela, y con la advertencia de que la decisión es reversible. Pero a 32 días del arranque oficial, y en contra de lo que un muy amplio segmento de la opinión pública japonesa y las autoridades sanitarias llevan semanas pidiendo, los organizadores del evento multideportivo han anunciado que hasta 10.000 espectadores nacionales podrán asistir a los recintos de competición, siempre y cuando no vuelva a declararse un nuevo estado de emergencia.

La decisión, que estaba prevista que se tomase el pasado abril, se ha retrasado hasta este lunes debido a las “dificultades para evaluar la situación”, según declaraba la presidenta del comité organizador, Seiko Hashimoto, la semana pasada. El viernes, el experto en enfermedades infecciosas y principal asesor sobre la pandemia del país, Shigeru Omi, quien se ha mostrado crítico en reiteradas ocasiones con la decisión de seguir adelante con la cita estival, expresaba que lo mejor era que estos se celebrasen sin público para evitar la propagación de la covid. En abril, los organizadores ya habían anunciado que no se permitiría la llegada de público procedente del extranjero.

“De acuerdo con las restricciones del Gobierno para acontecimientos multitudinarios, hemos decidido fijar el límite de espectadores en el 50% de la capacidad de los estadios, hasta un máximo de 10.000 espectadores”, ha anunciado este lunes Hashimoto, en una comparecencia ante los medios. Esa cifra será, en todo caso, condicional. De declararse un nuevo estado de emergencia sanitaria, o decretarse otras medidas para impedir contagios, “se podrían aplicar restricciones en el número de espectadores, incluida la celebración de eventos sin público”, ha declarado la responsable del comité organizador y ex atleta olímpica.

El encuentro virtual de este lunes entre los presidentes del comité organizador de Tokio 2020, el Comité Olímpico Internacional (COI), el Comité Paralímpico Internacional, el Gobierno japonés y las principales autoridades tokiotas se ha producido tan solo un día después de que la capital nipona y otras ocho prefecturas suprimiesen el estado de emergencia ─el tercero decretado desde abril de 2020─. Aunque hasta el 11 de julio Tokio continuará aplicando medidas restrictivas para hacer frente a posibles rebrotes, se espera que después de esa fecha las instalaciones deportivas puedan acoger hasta el 50% de su aforo.

Antes de la reunión, el primer ministro de Japón, Yoshihide Suga, quien en reiteradas ocasiones se ha mostrado confiado con la seguridad del evento, reculaba en su discurso ante los medios y expresaba que los Juegos podrían celebrarse sin público en caso de que la situación pandémica empeorase en el país y se tuviese que declarar otro estado de emergencia. El mandatario nipón ha reiterado que tanto el Gobierno como los organizadores hacen todo lo posible para que las Olimpiadas sean seguras y ha recordado que la prioridad es la salud de la población. Por su parte, la gobernadora de Tokio, Yuriko Koike, ha expresado que “si se produce un cambio drástico en la situación de contagios, deberemos reconsiderar esta decisión y pensar en prohibir la entrada de público”.

Ante el temor de que la cita deportiva cuatrienal se convierta en un evento supercontagiador, parte de la población japonesa, sindicatos de personal sanitario y de médicos e, incluso de medios de comunicación, se han manifestado durante los últimos meses en contra de su celebración y han pedido a las autoridades que consideren aplazarlos un año más. Una encuesta realizada por el periódico Asahi Shimbun durante el pasado fin de semana concluía que el 53% de los votantes prefería que el evento se efectuase sin asistencia de aficionados. El 86% de los ciudadanos teme un aumento de los casos si se celebran los Juegos, según un sondeo de la agencia Kyodo publicado el domingo.

Desde el inicio de la pandemia, Japón ha registrado más de 776.000 casos de covid-19 y un total de decesos que supera los 14.200. Aunque las autoridades se hayan trazado la ambiciosa meta de vacunar a la mayoría de la población en tiempo récord, tan solo un 15% de la población ha recibido, al menos, una primera dosis.

Para garantizar la seguridad de las competiciones, y responder a la preocupación del público japonés, el comité organizador nipón ha anunciado una serie de estrictas medidas de comportamiento para los integrantes de las cerca de 200 delegaciones deportivas procedentes de todo el mundo. Saltarse esas reglas conllevará la expulsión de los Juegos. Entre otras medidas, los atletas no podrán celebrar fiestas ni beber alcohol en grupo, y deberán mantener la distancia de seguridad. Solo podrán quitarse la mascarilla para comer, dormir o durante la competición, y no podrán utilizar el transporte público para desplazarse. Tampoco podrán abandonar la Villa Olímpica, construida en una isla artificial en la bahía de Tokio, para hacer alguna otra actividad.

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