Karsten Warholm: “Cuando tienes miedo de algo y lo superas, te sientes bien”
En Tokio, el atleta noruego voló en los 400m vallas, la prueba de velocidad más dura y técnica que existe, pulverizando con 45,94s su propia plusmarca de 46,70s que había logrado este mismo 2021
Karsten Warholm (Ulsteinsvik, Noruega; 25 años) es la gran sensación del atletismo después de batir el récord mundial de los 400m vallas (45,94s, primera persona que baja de los 46s) en los Juegos de Tokio. Ahora acaba de cerrar un año en el que ha superado todas las expectativas, las suyas propias y las de una afición en la que despierta una pasión casi animal cuando corre los 400m vallas. En agosto en Tokio voló en la prueba de velocidad más d...
Karsten Warholm (Ulsteinsvik, Noruega; 25 años) es la gran sensación del atletismo después de batir el récord mundial de los 400m vallas (45,94s, primera persona que baja de los 46s) en los Juegos de Tokio. Ahora acaba de cerrar un año en el que ha superado todas las expectativas, las suyas propias y las de una afición en la que despierta una pasión casi animal cuando corre los 400m vallas. En agosto en Tokio voló en la prueba de velocidad más dura, más láctica, más cruel, brutal y técnica que existe, pulverizando su propia plusmarca de 46,70s que había logrado este mismo 2021 en Oslo. No solo acabó con un récord que duraba décadas, el de Kevin Young (46,78s) en Barcelona 92, sino que en Japón, Warholm elevó la prueba a un nivel desconocido junto al estadounidense Rai Benjamin (plata con 46,17s) y el brasileño Alison dos Santos (bronce, 46,72s), los más rápidos del planeta.
El pasado domingo 12 de septiembre, EL PAÍS entrevistó a Karsten Warholm en el Estadio Olímpico de Berlín, tras ganar su última competición de la temporada con una marca de 48,08s ante un eufórico público alemán que lo celebró como gran estrella en el centenario de la ISTAF, la reunión atlética más antigua del mundo.
Pregunta. En Tokio rompió su propio récord mundial con 45,94s. ¿Esperaba hacer una marca tan espectacular?
Respuesta. El récord fue algo muy especial y, sobre todo, por hacerlo en los Juegos Olímpicos, es una sensación increíble porque es todo para lo que has estado trabajando. Pero realmente quería terminar aquí en Berlín porque es un lugar histórico y muy especial para mí [en la capital alemana fue campeón de Europa en 2018].
P. Ha estado bastante cerca de lograr su objetivo de correr con 13 pasos entre cada valla hasta el final… ¿Cómo se prepara uno para conseguir algo tan difícil?
R. En los Juegos Olímpicos no lo logré, pero conseguí hacer un final muy rápido. Llegué en 15 pasos a la última valla, Rai Benjamin en 13. Ambos corrimos con tácticas diferentes. Antes estaba muy centrado en hacer todos los pasos, pero ahora me centro más en la carrera porque no creo que el número de pasos vaya a mejorar necesariamente el tiempo final, más bien se trata de encontrar una manera natural de correr y eso he sabido hacerlo muy bien este año: correr natural, mantener el ritmo y la velocidad. Es importante no perder velocidad porque, al final, llegas con las piernas muy cansadas y ya no te queda gasolina, así que tienes que mantener el flow.
P. ¿Se trata de morir lentamente?
R. [Ríe] Sí, exactamente. Tenemos unos sistemas de energía en nuestro cuerpo y se trata de usarlos correctamente. Ese es el equilibrio más delicado, por eso, sí, se trata exactamente de morir poco a poco…
P. Doble récord mundial y campeón olímpico, ¿ha sido esta la temporada perfecta?
R. Sí, este año no creo que pueda pedir más. Pero, aun así, era muy importante para mí ganar hoy [domingo 12 de septiembre] en Berlín porque no he perdido una sola competición desde 2018 y este año no me ha batido nadie tampoco en el 400 metros vallas, así que era muy importante ganar también aquí.
P. Sus 45,94s en los 400 metros vallas en Tokio han generado muchas expectativas sobre lo que puede llegar a hacer en los 400 lisos, pero no se puede trasladar tan automáticamente una marca así a los lisos, ¿no?
R. Sí… Tengo muy buen potencial en 400 metros lisos pero eso será algo para más adelante porque el cuerpo no me da más… Creo que, de cara al futuro, la carrera que hice en Tokio podría traducirse fácilmente en 43 segundos [el récord mundial es del sudafricano Van Niekerk, con 43,03s] pero en la práctica no se sabe. Correr a ese nivel exige mucha dedicación porque es una prueba muy diferente, para ello tendré que entrenar un poco más para correr los 400 lisos al aire libre porque el ritmo es diferente. Los 400 metros vallas serán siempre mi prueba principal pero creo que en el futuro alternaré mucho más ambas pruebas.
P. En invierno, en pista cubierta corre de hecho los 400 metros lisos. ¿Cómo compagina el entrenamiento? ¿Cuánto tiempo le dedica a las vallas en la preparación invernal?
R. Entreno muchísimo con vallas y probablemente esa sea la razón por la que apenas pierdo tiempo al pasarlas en competición. Esa es la clave de esta prueba, tienes que ser rápido en el 400 y no perder mucho tiempo en el paso sobre el obstáculo para no perder velocidad. Y en eso es en lo que creo que soy mejor, en no perder velocidad al pasar las vallas. A lo largo del año hago, probablemente, miles de repeticiones sobre las vallas.
P. Después de Tokio se puede decir que usted, Rai Benjamin y Dos Santos han elevado la prueba a otro nivel. ¿Qué expectativas tiene ahora?
R. Solo hay una cosa mejor que una medalla de oro y es dos medallas de oro. Con repetirlo me doy por satisfecho… El jueves pasado [9 de septiembre] en Zúrich, lograr mi segundo título de Diamond League fue para mí tan satisfactorio como cuando batí el primer récord. La lucha por las medallas es suficiente motivación para mí.
P. Tiene una buena relación con su entrenador [Leif Olav Alnes], ambos tienen sentido del humor y dice que eso le ayuda a no dejarse abrumar por la presión…
R. Es importante tener nervios justo antes de la competición pero esos nervios pueden arruinarte o pueden darte una gran energía. Cuando sabes lo que tienes que hacer, puedes usar esos nervios a tu favor. Pero es igual de importante tener un entrenador con experiencia y con el que te lo pases bien, hay que ser profesional pero no hay necesidad de ser tan serios todo el tiempo, es importante tener un ambiente en el que te sientas seguro y puedas desarrollarte; de hecho, es algo importante en todos los aspectos de la vida porque te ayuda a ser mejor. Leí un estudio que decía que hacemos el 80 % del trabajo en un mínimo porcentaje de tiempo porque somos más creativos cuando tenemos mucha energía. Y eso es lo que intentamos hacer mi entrenador y yo, trabajar de manera que nos sintamos siempre felices y motivados.
P. Ha dicho que siente el cansancio en las piernas después una temporada tan larga pero mentalmente, ¿cómo logra mantener ese nivel de exigencia y concentración durante tanto tiempo?
R. Creo que el aspecto mental es el más difícil porque las piernas se recuperan pero cuando estás tan sumamente centrado de cara a unos Juegos Olímpicos, una vez pasan bajas los brazos y te relajas y es muy difícil volver a ese nivel de exigencia. Para mí fue un reto mantenerlo hasta la final de la Diamond League pero logré hacerlo y me encantan los retos.
P. Al 400 vallas lo llaman la “prueba asesina”. Rai Benjamin dice que se aprende a amarla, ¿Cómo se aprende a amar algo tan doloroso?
R. Es la sensación que tienes al terminar. Cuando tienes miedo de algo y lo superas, te sientes bien. Eso es correr los 400 metros vallas.
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