La ‘pole’ de Pecco Bagnaia y los peligrosos baches del circuito de Austin
El piloto de Ducati saldrá desde la primera posición en el GP de Las Américas, por delante de Quartararo y Márquez en un fin de semana plagado de críticas por el estado de una pista que está impracticable
Pecco Bagnaia no piensa renunciar a nada. La clasificación general dice que está a 48 puntos del líder. Lejos, a juzgar por lo que queda: solo cuatro carreras. No tan lejos si uno advierte que no para de recortarle puntos al favorito, Fabio Quartararo, especialmente con dos victorias consecutivas en las últimas dos citas, en Aragón y Misano. Así que mientras se agotan sus opciones, él va tensando la cuerda. Lo hizo en Austin a fuerza de vuelta rápida. Se llevó la pole con un último giro de escándalo (2m02,781s). Y la ...
Pecco Bagnaia no piensa renunciar a nada. La clasificación general dice que está a 48 puntos del líder. Lejos, a juzgar por lo que queda: solo cuatro carreras. No tan lejos si uno advierte que no para de recortarle puntos al favorito, Fabio Quartararo, especialmente con dos victorias consecutivas en las últimas dos citas, en Aragón y Misano. Así que mientras se agotan sus opciones, él va tensando la cuerda. Lo hizo en Austin a fuerza de vuelta rápida. Se llevó la pole con un último giro de escándalo (2m02,781s). Y la presión la ejercerá especialmente este domingo (la carrera, a las 21.00 en DAZN) desde la primera fila de parrilla. Ocurre, claro, que el de Yamaha es mucho más duro de mollera este año que el pasado. Y se puso al límite para no perder de vista a la Ducati. Terminó con el segundo mejor tiempo. Y tomará la salida a la derecha de su rival.
Junto a Bagnaia y Quartararo formará en la primera fila de la parrilla Marc Márquez. El español fue el primero en ponerse delante y firmar una vuelta a toda mecha, con un Jorge Martín que alcanzó las 199 pulsaciones tratando de aguantar a rueda del hombre que más veces ha ganado en esta pista: seis consecutivas, entre 2013 y 2018. Aguantó Martín y le valió para acabar cuarto mientras el de Honda se conformaba con un tercero que le sabe a gloria en un año en que no ha sido capaz de adjudicarse ni una pole. Pero sí cuenta un triunfo, en Sachsenring, un circuito en el que se rueda a la izquierda, como Austin, terreno abonado para su pilotaje, aunque sea ahora mucho menos salvaje de lo habitual.
Márquez y su pelea personal contra el crono, esa en la que se ve envuelto cada fin de semana desde que volvió en abril de este año con carreras en las que se mide el físico y cuestiona la evolución de su moto, se colaron este sábado en la pelea por el título que protagonizan el italiano y el francés. Veremos si la historia se repite este domingo.
Más allá de Márquez, veloz desde el primer día, se ha hablado mucho del estado de la pista en el CoTA (Circuit of the Americas). El trazado de Austin ya estaba en el punto de mira de los pilotos y sus quejas obligaron a una actuación en el asfalto tras la carrera de dos años atrás (el año pasado no se celebró el gran premio con motivo de la covid). Ocurrió, sin embargo, que solo se volvieron a asfaltar las zonas que estaban en peores condiciones, de manera que este mes de octubre los pilotos se han encontrado una pista con distintos baches, pero los mismos problemas: una pista con grietas, grietas que fueron cubiertas, tipos de asfalto distintos y tantas alteraciones en el terreno como siempre. Una maravilla.
“Si no reasfaltan, no corremos en 2022”
Tras las primeras sesiones este viernes llegaron las primeras voces críticas. El estado del asfalto no superó la revisión de los pilotos de MotoGP. La mayoría, si pudiera, votaría no correr en la pista texana este domingo. Pero, a excepción de la baja (consentida y apoyada por Aprilia) de Maverick Viñales, destrozado psicológicamente tras perder a su primo Dean Berta el sábado pasado en una carrera de SPP 300 del Mundial de Superbike, ninguno puede forzar tanto la máquina con la de intereses que hay de por medio. Lo saben los pilotos. Y alzan la voz, que es el único recurso que les queda hasta el año próximo. “Si volvemos aquí el año que viene y no han reasfaltado, no vamos a correr. De ninguna manera. Y creo que hablo por todos los pilotos cuando digo esto”, se arrancó el campeón, Joan Mir. Y ese fue el compromiso que lograron arrancarle a la organizadora del Mundial, la empresa española Dorna, en la reunión de la Comisión de Seguridad del viernes: O se arregla la superficie del asfalto, como mínimo desde la curva dos a la diez, o no habrá carreras en 2022.
“Me encanta este circuito, pero los baches están en el límite. Ahora mismo es un circuito crítico. Cada año ha ido a peor. Para mí no es peligroso, pero no es agradable pilotar así. Hace que la moto sea inestable”, decía Marc Márquez, uno de los más suaves en público, más tolerante que el resto con una pista que domina al dedillo y que sabe puede regalarle alguna sonrisa este domingo.
El resto de rivales fue mucho más crítico con sus declaraciones. Le bastó con poco a Valentino Rossi, claro y directo: “Seguramente correr en una pista así, con tantos baches, acaba siendo peligroso”. Insistió Pol Espargaró: “El asfalto aquí no está al nivel del de un circuito de MotoGP. Los baches son demasiado bestias. Tengo el cuerpo destrozado. Me duele la muñeca, la espalda. Aguantar toda una carrera así va a ser muy duro. Técnicamente va a ser una odisea. Es imposible hacer dos vueltas iguales”.
Y fue especialmente duro Aleix Espargaró, sensible y especialmente afectado este año con los tres accidentes mortales que acumula el motociclismo. “Todo el circuito está muy bacheado, pero hay especialmente dos puntos en los que hay como una depresión en el asfalto y eso para mí es muy peligroso. Hace mucho tiempo que nos quejamos de este circuito. Hace muchos años que nos quejamos de este circuito. Y le vamos dando patadas al balón hacia delante hasta que un día pase algo. Y luego iremos todos a llorar y al minuto de silencio”, señaló en referencia a homenajes como el que el paddock rindió a Dean Berta el jueves, al llegar al circuito estadounidense.
“No he visto un piloto que salga de aquí con buena cara”, confesaba Raúl Fernández, tras lograr la pole de Moto2. “Esta pista no es segura para correr el domingo. De eso no tengo ninguna duda”, remató Aleix. Él acumula cuatro caídas en dos días. Pero correrá. Así funcionan las cosas. El año que viene será otra historia.
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