El Alavés respira a costa de un Cádiz sin gol

El Alavés respiró con un vital triunfo ante el Cádiz, el primero lejos de Vitoria y el segundo de la temporada. Una victoria que se asentó en dos goles de Joselu al principio y al final de un choque donde el Cádiz empujó una barbaridad, sobre todo en la segunda parte, pero donde también mostró una terrible ineficacia. Los tres puntos del Alavés fueron muy trabajados y le dan aire a Javier Calleja, un técnico ahora mucho más tranquilo. El Cádiz lo intentó siempre, sobre todo en la ...

El Alavés respiró con un vital triunfo ante el Cádiz, el primero lejos de Vitoria y el segundo de la temporada. Una victoria que se asentó en dos goles de Joselu al principio y al final de un choque donde el Cádiz empujó una barbaridad, sobre todo en la segunda parte, pero donde también mostró una terrible ineficacia. Los tres puntos del Alavés fueron muy trabajados y le dan aire a Javier Calleja, un técnico ahora mucho más tranquilo. El Cádiz lo intentó siempre, sobre todo en la segunda parte, en la que ahogó a su rival, metido atrás y a merced de los andaluces. Guiado por un gran Perea, el Cádiz remató hasta 23 veces sobre la meta de Pacheco (cuatro a puerta) y sacó 14 saques de esquina para no hacer ni un gol. El conjunto de Álvaro Cervera no tuvo acierto y se queda con siete puntos, habiendo obtenido solo dos de los últimos 15. Unos números que colocan al Cádiz en una situación de crisis. El Alavés sigue en zona de descenso, pero respira y ve la zona de permanencia mucho más cerca (un solo punto).

El fútbol tiene estas cosas. El Alavés era el equipo menos anotador de las cinco grandes ligas de Europa con dos goles. A los cinco minutos del duelo ante el Cádiz, Alarcón cayó en la trampa de Joselu, que se giró en el área y se tiró al suelo nada más sentir el toque del centrocampista chileno. El propio Joselu convirtió el penalti con fuerza por el centro para adelantar al Alavés en el marcador. Una sensación desconocida en el cuadro vasco, que todavía no había podido marcar fuera de casa en tres encuentros. El oficio de su mejor hombre, Joselu, le ponía las cosas complicadas al Cádiz. El equipo andaluz sufre una barbaridad con el marcador en contra. El motivo es que está diseñado para robar y jugar al contragolpe, sin futbolistas con capacidad para desorganizar a un rival metido atrás. El mejor ejemplo es que su mediocentro es Fali, fantástico en las coberturas y en los cruces, aunque con muchos más problemas para distribuir juego.

Además, futbolistas que antes eran decisivos, caso de Negredo, tienen ahora muchos problemas incluso para entrar en juego. Con cierto orden, el Alavés fue capeando el temporal ante un Cádiz muy espeso, que fue incapaz de tirar entre los tres palos de la meta defendida por Pacheco en un primer tiempo muy flojo de los andaluces. El conjunto vasco vivió de las carreras de Pellistri, con un centro del campo más reforzado de lo habitual, aunque sin capacidad para tener el balón ni lograr el peligro necesario para hacer un segundo gol.

El Cádiz aceleró en el segundo tiempo. Hizo sufrir al Alavés, al que metió en su campo para someterlo a un gran acoso. Pacheco salvó una chilena de Negredo mientras Perea hacía diabluras por la banda. El Alavés realizó un ejercicio de supervivencia y aguantó el chaparrón como pudo. Laguardia salvó un balón bajo palos y el Cádiz lamentó su evidente falta de gol, lo que le lastra demasiado. Además, regaló un gol en el alargue en una mala combinación entre Ledesma y Aroyan. De la Fuente asistió a Joselu, que hizo su segundo tanto de la tarde para firmar una importante victoria. En un partido, el Alavés hizo los mismos goles, dos, que en los ocho partidos anteriores. Así es el fútbol. El Cádiz, lejos del buen momento que ofreció la pasada temporada, debe reflexionar y, sobre todo, recuperar a jugadores como Negredo y Lozano. Marcar es su gran asignatura pendiente, sobre todo cuando el marcador se le pone en contra.

Puedes seguir a EL PAÍS DEPORTES en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.