El Madrid esquiva otro desaguisado en Alcoy
Dos afortunados goles finales alivian a un equipo blanco ramplón que de nuevo sufrió ante el animoso Alcoyano, que le achuchó en la primera mitad y le empató en la segunda
Durante un cuarto de hora, en el mismo sitio, a la misma hora y casi a la misma altura del año, al Madrid se le aparecieron todos los fantasmas que le llevaron a uno de sus grandes patinazos de la época moderna en la Copa. Empató Dani Vega mediada la segunda parte y un equipo blanco hasta entonces muy ramplón se vio de nuevo con el agua al cuello en El Collao por su ilustre rival, que en el día a día no pasa de la mitad de tabla en la Primera Federación (la tercera categoría nacional...
Durante un cuarto de hora, en el mismo sitio, a la misma hora y casi a la misma altura del año, al Madrid se le aparecieron todos los fantasmas que le llevaron a uno de sus grandes patinazos de la época moderna en la Copa. Empató Dani Vega mediada la segunda parte y un equipo blanco hasta entonces muy ramplón se vio de nuevo con el agua al cuello en El Collao por su ilustre rival, que en el día a día no pasa de la mitad de tabla en la Primera Federación (la tercera categoría nacional), igual que el Castilla.
Por suerte para él, nunca mejor dicho, esta vez encontró a tiempo la llave. Porque fueron dos tantos afortunados en dos minutos los que desactivaron la crecida local, con unos aficionados que ya se restregaban los ojos de incredulidad ante la posibilidad de una segunda gesta consecutiva. No fue así. El Madrid les terminó aplicando la medicina del equipo grande en este tipo de bretes. Con ausencia absoluta de brillo, golpeó a su rival en las pocas ocasiones que dispuso. En el primer balón que fue bajo los tres palos del héroe local José Juan, el 0-1 de Militão, igual que la temporada pasada. Y tras la igualada, cuando más sudores fríos le recorrían por el cuerpo, temeroso de otro siniestro total en el mismo lugar del crimen, dos dianas seguidas en un par de rebotes le resolvieron la papeleta. Al final, hubo minutos hasta para Ceballos, recién salido de una grave lesión sufrida en los Juegos.
Tal vez advertido por los precedentes y consciente de las trampas de este tipo de excursiones a los campos populares, Carlo Ancelotti evitó convertir El Collao en el escenario de un casting. Pensó que no era una noche para oportunidades a los meritorios, sino para que el sostén de seguridad blanco (Militão, Alaba y Casemiro) evitara otro trompazo copero. Dijo que pondría el mejor equipo posible con todas las ausencias que arrastraba (Carvajal, Bale, Courtois, Benzema, Modric, Mendy, Vinicius y Jovic) y solo se guardó de inicio a Lucas Vázquez y Kroos.
El italiano no sesteó en la alineación, pero al Madrid le costó un mundo encontrar alivio. Ni cuando pareció haber hallado el camino lo tuvo hecho. A los cuatro minutos, Camavinga ya había sacado un balón que iba para dentro. La previsible animosidad del pequeño duró demasiado tiempo para los visitantes. Hasta el 0-1, el Alcoyano achuchó arriba, buscó los balones largos, las segundas jugadas y, si no, se replegaba atrás con eficacia. Un plan que hizo pupa a los blancos. Tanto que durante no poco tiempo su única salida fueron los pelotazos. Sin Kroos ni Modric, a sus sustitutos Camavinga y Valverde, especialmente al segundo, les costaba un dolor mandar en la medular, siempre atosigados por la presión local. Y desactivada la zona ancha, arriba no había ni migajas de Hazard, Rodrygo y Mariano.
Un tirito del brasileño y una acción resuelta por el hispanodominicano de forma tosca fueron las únicas jugadas de ataque de los visitantes hasta el tanto de Militão surgido de la nada. Lunin no tenía ningún paradón que anotarse en su lista de méritos, pero los focos estaban en él y no en José Juan, que vivió el primer tiempo en la hamaca hasta que el central blanco le colocó el 0-1.
Lesión de Mariano
La desventaja pareció amainar al Alcoyano tras la pausa. Ya no encimaba tanto, ni presionaba tan arriba. El desánimo y, probablemente el cansancio, le hicieron recular unos metros, circunstancia que el Madrid agradeció para sentirse menos incómodo, aunque no más fino. Mariano se había lesionado en la primera acción del segundo acto y Ancelotti dio entrada a Asensio, recolocando a Hazard como falso nueve. Sin embargo, la entrada de un jugador más de toque no le reportó a los blancos más luz en ataque. Las mejores ocasiones, todavía con 0-1, fueron dos tiros lejanos de Alaba.
No había claridad, pero la sensación sí era de mayor control blanco. Hasta que Dani Vega sacó de rueda a todo el Madrid e hizo saltar la banca por un rato. Recibió una descarga con el pecho de Mourad, le ganó en carrera a Casemiro, dejó sentado a este y a Militão, y la colocó de maravilla con la izquierda al segundo palo.
Un año después, el Madrid volvía al mismo escenario: sin tregua del Alcoyano, cada vez con más titulares en el campo y con pocas respuestas. Pero, a diferencia de hace un curso, sí las suficientes en el momento justo. Ya con más espacios, un tiro de Asensio en la frontal rebotado en Raúl González calmó a los blancos, que a los dos minutos sentenciaron en una acción muy atropellada. Fallaron los locales en un despeje y, entre un buen control de Isco y el toque sin querer hacia atrás de José Juan mientras arrollaba al malagueño, finiquitaron el asunto. La tiritona blanca había durado un cuarto de hora en un momento muy delicado del choque. La falta de lucidez, toda la noche.
Ancelotti: ”Hicimos lo que debíamos. Si no luchas, pierdes, como hace un año”
Con la mascarilla subida en muchos momentos del partido, Carlo Ancelotti siguió con la misma calma de siempre la nueva película de intriga que le esperó al Real Madrid en El Collao un año después. Esta vez, eso sí, con final feliz para sus intereses. Según el análisis del técnico italiano, era lo que esperaba. “Habíamos preparado un partido diferente, con los duelos, el balón parado... Hemos marcado en un córner y hemos luchado. Hemos hecho el partido que teníamos que hacer”, aseguró en dos ocasiones, subrayando la idea de que no se había imaginado otra cosa de su paso por Alcoy más que una victoria sin brillo, pero imprescindible.
Admitió, eso sí, que había sufrido. “Claro que sí”, afirmó. “Han igualado el partido en una acción individual muy buena, de calidad. Después no hemos perdido la cabeza y hemos seguido jugando el partido, no se podía jugar otro encuentro. Este es el que habíamos preparado”, añadió.
“Hemos cumplido. No es nuestro tipo de partido porque meter la calidad en este tipo de días no es posible. Hemos mostrado la cara de un equipo que habitualmente juega con calidad y que hoy la ha puesto abajo y ha luchado. Es lo que tenía que ser. Repito: si no luchas aquí, pierdes, como el año pasado”, subrayó el entrenador italiano. Durante un rato, la derrota del curso anterior (2-1 en la prórroga ante un jugador menos) sobrevoló las mentes de todo el mundo en el estadio de Alcoy.
A diferencia del domingo en Getafe, la jornada copera fue el momento para volver a ver otra vez de inicio a Hazard por la izquierda, aunque su actuación no salió, en el mejor de los casos, de la discreción. “Los jugadores de calidad han sufrido más que los otros. Lo ha intentado, luego también como nueve, igual que Isco, que ha marcado y estoy contento por él. Todo el equipo ha cumplido. Hazard, Rodrygo y estos jugadores con más calidad han sufrido más que otros. Espero ver pronto al Hazard con confianza. Tiene que tener más confianza porque cuenta con calidad para hacerlo. Poco a poco creo que volverá”.
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