El Athletic bombardea al Atlético
Los de Marcelino remontan el gol de João Félix con dos tantos a balón parado, uno de los males que han instalado a los madrileños en una crisis galopante
Por arriba y a balón parado, el Athletic ahondó en el coma defensivo, de juego y de resultados que tiene inmerso al Atlético en una crisis galopante. Tuvo fe el equipo de Marcelino para remontar el tanto de João Félix. Supo oler la sangre en la blandengue defensa rojiblanca. Si este Atlético de Simeone es irreconocible lo es entre otras cosas por esa falta de solidez y contundencia en su propia área. La inoperancia ofensiva con la que se maneja ha sido habitual en otras temporadas, pero esta endeblez defensiva crónica nunca le había asomado en los 10 años del preparador argentino en el banquil...
Por arriba y a balón parado, el Athletic ahondó en el coma defensivo, de juego y de resultados que tiene inmerso al Atlético en una crisis galopante. Tuvo fe el equipo de Marcelino para remontar el tanto de João Félix. Supo oler la sangre en la blandengue defensa rojiblanca. Si este Atlético de Simeone es irreconocible lo es entre otras cosas por esa falta de solidez y contundencia en su propia área. La inoperancia ofensiva con la que se maneja ha sido habitual en otras temporadas, pero esta endeblez defensiva crónica nunca le había asomado en los 10 años del preparador argentino en el banquillo rojiblanco. Fue justo ganador el Athletic, más decidido a romper un duelo cerrado pese a su arranque trepidante.
El partido madrugó con vértigo. Con los dos equipos más dispuestos a exhibir poderío en las transiciones que el rigor defensivo que tratan de imponer sus entrenadores. En menos de cinco minutos a João Félix le anularon un gol por fuera de juego, el luso convirtió un remate franco en un ensayo de rugby, Correa estrelló una pelota en el lateral de la red y el Atlético reclamó penalti de Berenguer sobre Lemar. No se quedó cortó el Athletic en ese fútbol de ida y vuelta. Sancet plantó a Iñaki Williams ante Oblak con un globo por encima de la defensa rojiblanca y también reclamó un penalti por pisotón y empujón de Kondogbia.
Ese arranque frenético lo plasmaron dos equipos dispuestos a imponer más por talento y velocidad que por la severidad de las pizarras. Cuando esta entró en escena, el duelo se marchitó. Debieron asustarse Simeone y Marcelino ante tanto frenesí. Atlético y Athletic se tornaron temerosos. Recularon y se encomendaron a tareas defensivas más gremiales. A uno y a otro equipo les asomó el defecto que les lastra. Les cuesta mucho atacar en estático. El Atlético se embolicó en circulaciones que ni Kondogbia ni Koke lograban acelerar, cuando no se solapaban en el mismo plano. En el Athletic, desaparecieron Berenguer y Sancet, Iñaki Williams ya no veía espacios para correr y Muniain no encontraba socios para sus afiladas intenciones. En la nadería reservona se llegó al descanso. Un partido que había nacido veloz y trepidante se fue diluyendo para transformarse en un duelo cerrado.
Del vestuario salió el Atlético sin Marcos Llorente, reemplazado por Lodi. No cambió Simeone el dibujo de los tres centrales y dos carrileros pese a que el brasileño no acaba de cuajarse en ese puesto. También sostuvo Marcelino su cartesiano 4-4-2. Las revoluciones también fueron elevadas en el arranque del segundo acto, aunque sin la dinamita de los primeros minutos del encuentro. Por la lesión de Kondogbia, Simeone se vio obligado a realizar su segundo cambio. Entró De Paul, que le dio cierto empaque a los rojiblancos. Con todo, no había jugadas amenazantes en las áreas. Los goles solo podían aparecer como suelen hacerlo en partidos con tantos grilletes y tan poca sutileza con la pelota. Los saques de esquina fueron la panacea. João Félix cazó uno pasado enguantado por Lemar. El cabezazo cruzado, pero manso, no acertó a despejarlo Yeray, tocó en la base del poste y entró tras rebotar en la espalda de Unai Simón. Un golpe de fortuna, al que no tardó en responder el Athletic. Primero con un cabezazo de Iñigo Martínez en una falta lateral que embolsó Oblak. La acción ya delató la vulnerabilidad del Atlético en esta clase de jugadas que se han convertido en una cruz en lo que va de temporada. Williams también exigió al meta esloveno armando un disparo rápido y duro. Marcelino ya había movido ficha dando entrada a Vesga, Nico Williams y Raúl García. El pequeño de los Williams también se encontró con la mano de Oblak en un disparo duro, aunque escorado. Sería Yeray, en un córner preciso ejecutado por Muniain, quien enganchara un testarazo contundente que no supieron defender Koke y Lodi.
Con el empate y algo más de un cuarto de hora por jugarse, el Athletic pareció tener claro que de los centros al área podía sacar petróleo. Otro córner rematado limpiamente otra vez por Iñigo Martínez rebotó en un jugador del Athletic. La pelota le cayó a Nico Williams, que la embocó con un toque sutil al rincón. En menos de cinco minutos el Athletic mandó a la lona al campeón de Liga, que sangra por no dominar lo que antes era una pura rutina.
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