Ledesma salva al Cádiz ante un Celta gris
El portero argentino detuvo un penalti a Santi Mina y el empate (0-0) apenas satisface las aspiraciones de ambos equipos
El Cádiz sigue sin ganar en su estadio. Son ya 13 los partidos en los que no conoce el triunfo en el Nuevo Mirandilla. Uno de la pasada temporada y 12 en el presente curso (siete empates y cinco derrotas), donde poco a poco va cavando su tumba sin que muestre síntomas de mejoría. El Cádiz sacó un punto ante un Celta muy gris. Pudo ser peor. En el minuto 84, Ledesma detuvo un penalti a Santi Mina después de un grave error defensivo del cuadro andaluz. Tan extraño era el panorama que Cou...
El Cádiz sigue sin ganar en su estadio. Son ya 13 los partidos en los que no conoce el triunfo en el Nuevo Mirandilla. Uno de la pasada temporada y 12 en el presente curso (siete empates y cinco derrotas), donde poco a poco va cavando su tumba sin que muestre síntomas de mejoría. El Cádiz sacó un punto ante un Celta muy gris. Pudo ser peor. En el minuto 84, Ledesma detuvo un penalti a Santi Mina después de un grave error defensivo del cuadro andaluz. Tan extraño era el panorama que Coudet, técnico celeste, había sacado del campo al especialista y máximo goleador de los gallegos, Iago Aspas. Mina tuvo la ocasión más clara del partido en sus pies y la desaprovechó. El Celta no estuvo fino. Sí se defendió bien y solo sufrió en una buena ocasión de Lozano que salvó Dituro. Nada más se contabilizaron dos opciones claras, una por cada equipo, en un partido muy espeso, saldado con un empate a cero que sirve poco en las aspiraciones de ambos conjuntos. El punto es insuficiente en la pelea por no bajar del Cádiz, mientras que tampoco le sirve al Celta en su lucha por intentar la clasificación europea.
La derrota ante el Mallorca le ha sentado como un tiro al Cádiz. La mano de Sergio González no se nota en un equipo asustado, lleno de precauciones, más empeñado en no encajar que en buscar el área contraria. Y solo el triunfo puede animar a un equipo andaluz a cinco puntos de la salvación. Tampoco es el Celta el mejor rival para un equipo en apuros. El conjunto de Coudet sabe tener el balón, aunque muchas veces da la impresión de ser más bonito que bueno. Con el Cádiz convertido en un flan, incapaz de dar dos pases seguidos, con Negredo y Lozano como auténticos náufragos en la delantera, el Celta fue incapaz de lanzar la puerta de Ledesma en un primer tiempo muy espeso.
Sergio intentó dinamizar a su equipo con futbolistas como Idrissi en la banda o Alarcón en el centro. Pero poco se puede hacer cuando un equipo juega con tanto miedo. El primer acto fue un ejercicio de paciencia del Celta, incapaz de hincarle diente a este Cádiz que se parecía mucho más al de Álvaro Cervera que al que agitó Sergio. El poco espectáculo en el Nuevo Mirandilla estaba en la grada, donde varias pancartas denunciaron una presunta injusticia arbitral hacia el equipo andaluz. Alguna de ellas, como la de “árbitro guapetón”, era bastante graciosa. En el césped, eso sí, había un árbitro de garantías como Mateu Lahoz.
La segunda parte fue algo más movida. Al menos llegaron las dos únicas ocasiones de gol del partido. La primera la tuvo el Cádiz. Su juego es tan limitado que sacó mucho provecho un saque de banda en largo de Luis Hernández sobre Negredo. La dejada del delantero a su compañero Lozano fue excelente, como lo fue también la parada de Dituro al hondureño. Negredo, que ha perdido mucha velocidad, todavía guarda instinto y toque. Perea, Alejo y Lucas Pérez, los cambios de Sergio, le dieron cierto aire al Cádiz. Sin embargo, la tragedia sobrevoló el Nuevo Mirandilla. Un error de Espino en su cesión de cabeza a Ledesma fue bien aprovechada por Mina, derribado por el portero argentino cuando se internaba en el área. El propio Mina lanzó el penalti con Aspas en el banquillo y Ledesma respondió con una buena parada. Era el minuto 84. Todavía hubo tiempo para que Dituro sacara con el puño un remate de Akapo ante la llegada de Alcaraz en la última acción del partido. Mateu detuvo después el juego sin saber nadie muy bien por qué. Dialogó con Espino y Mallo y pitó el final de un partido donde reinó el miedo. Nervioso el Cádiz y gris el Celta, el empate a cero fue un resultado lógico.
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