Shermadini, martillo y escudo del Tenerife ante el Joventut
El pívot georgiano encabeza el pase de los isleños a semifinales ante la Penya, que despertó demasiado tarde (62-64)
El Club Baloncesto Canarias, ahora Lenovo Tenerife, se impuso al Joventut de Badalona en el partido inaugural de la Copa del Rey de Granada (62-64) y alcanzó las semifinales por cuarta vez en las últimas cinco temporadas. Shermadini encabezó primero la sacudida y después la resistencia de su equipo ante un rival que arrancó hipotenso y después pagó el esfuerzo de la persecución y no pudo completar la remontada.
Cuestión de inercias y biorr...
El Club Baloncesto Canarias, ahora Lenovo Tenerife, se impuso al Joventut de Badalona en el partido inaugural de la Copa del Rey de Granada (62-64) y alcanzó las semifinales por cuarta vez en las últimas cinco temporadas. Shermadini encabezó primero la sacudida y después la resistencia de su equipo ante un rival que arrancó hipotenso y después pagó el esfuerzo de la persecución y no pudo completar la remontada.
Cuestión de inercias y biorritmos, el Joventut llegó a la Copa con un punto de distensión, ajustándose el maillot para la foto después de conseguir el billete a Granada con un notable balance de 10 victorias (incluida una en La Laguna tinerfeña) y cuatro derrotas en su efervescente inicio de temporada en la ACB. A cambio, el Tenerife tuvo que sudar su presencia en el torneo en el sprint final, enderezando el rumbo con tres triunfos consecutivos (el último de ellos en Badalona cuatro días antes con 16 puntos de holgura) tras salir de un atolladero de cinco pinchazos entre diciembre y enero. Y, en el cruce de miradas entre la sonrisa de autocomplacencia y la mandíbula apretada, los isleños demarraron sin mirar atrás.
El conjunto de Vidorreta marcó territorio con una puesta en escena intensa y aplicada, con el doble martillo de Doornekamp y Shermadini marcando el ritmo del partido (10-21, m. 10). Cuando el Joventut rompió a sudar ya estaba abocado a una empinada persecución. Aun sin Fitipaldo y con un discreto Marcelinho (dos asistencias y seis pérdidas en la primera mitad), el Tenerife sacó de rueda a su rival a base de contundencia (con un 7 de 12 en triples en los primeros 20 minutos).
Tomic y Brodziansky se pusieron a tirar de su equipo, pero no encontraron gregarios para sostener la pedalada. Ni siquiera para hacer la goma. Con tantas recuperaciones como pérdidas y un pobre 1 de 10 en triples al descanso, la Penya sufrió jugando a contraestilo y a contrarreloj y el Tenerife siguió ampliando la ventaja (15-31, m. 17).
El propósito de enmienda del Joventut en la reanudación pasó por multiplicar la abnegación en defensa a la espera de encontrar la fluidez en ataque. Pero la sístole y diástole en cada meta volante siempre le salía a deber, en la pista y en el marcador. Del 25-41 al 34-46 y, en un santiamén, otro estirón inmisericorde del Tenerife antes de entrar en la recta de meta (34-51, m. 29).
Pero esta vez fue el Tenerife el que empezó demasiado pronto a ajustarse el maillot. El desenlace no estaba escrito. Un triple de Willis y una canasta de Tomic evitaron la sentencia anticipada. Y, después, abrazados al carácter de Joel Parra y a los puntos de Brodziansky, los verdinegros construyeron un arrebato de orgullo en forma de 18-3 de parcial (52-54, m. 35). Tras unos instantes de sesteo, el propio Parra alcanzó incluso la remontada momentánea con tres tiros libres (59-57) a un minuto del final. Pero un triple de Salin y cuatro tiros libres de Shermadini remediaron la pájara del Tenerife, que ganó la etapa rumbo a semifinales.
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