Victor Osimhen, el diamante que descubrió Amunike
El Nápoles pagó 75 millones por el delantero nigeriano, que destaca por su potencia y velocidad
El caos y la falta de recursos en Lagos, la ciudad más poblada de Nigeria, lleva muchas veces a los ojeadores de las selecciones juveniles a trasladar su trabajo a la capital, Abuya. No ayuda en África la estructura de las canteras. En algunos casos, los aspirantes a futbolistas se forman en clubes; pero, en otros, lo hacen en academias distribuidas por distintas ciudades del país. Sin demasiadas más herramientas que el ojo para captar talento, el exbarcelonista Emmanuel Amunike, entonces entrenador de la selección sub...
El caos y la falta de recursos en Lagos, la ciudad más poblada de Nigeria, lleva muchas veces a los ojeadores de las selecciones juveniles a trasladar su trabajo a la capital, Abuya. No ayuda en África la estructura de las canteras. En algunos casos, los aspirantes a futbolistas se forman en clubes; pero, en otros, lo hacen en academias distribuidas por distintas ciudades del país. Sin demasiadas más herramientas que el ojo para captar talento, el exbarcelonista Emmanuel Amunike, entonces entrenador de la selección sub-17 de Nigeria, realizaba pruebas “de sol a sol” para captar jugadores para la cantera. Era 2014. “No sé cuántos chicos había, seguramente miles. Después de pasar todo el día organizando partidos, teníamos que hacer la prueba de huesos para comprobar la edad de los chicos”, cuenta Amunike. Y no olvida a uno de esos niños. Era el delantero Victor Osimhen (Lagos, 23 años), hoy ariete del Nápoles, rival del Barcelona.
“Tenía muchísimo talento individual, pero había que enseñarle a jugar en equipo. Los leones cazan en manada”, cuenta el exazulgrana. Nigeria ganó el mundial sub-17 en Chile 2015. Osimhen marcó 10 goles en siete partidos y se quedó con la Bota de Oro, pero también con el Balón de Plata.
Su actuación en Chile le sirvió de trampolín al Wolfsburgo. Pero Osimhen se quedó seco en Alemania. En 2018, apareció el Charleroi y ya no falló: 20 dianas en 36 duelos. Y el Lille, donde siempre andan atentos a lo que pasa en Bélgica, pagó 22 millones de euros por su traspaso. “Era una apuesta muy importante para nosotros”, cuentan desde el área deportiva del conjunto francés. No era el único club que andaba tras los pasos de la nueva perla del fútbol africano. “Tenía ofertas de la Premier y de la Bundesliga”, explican las mismas fuentes. Osimhen descartó la proyección de la liga inglesa y el dinero de la alemana para apostar por un proyecto más ambicioso en lo profesional que en lo económico.
“En esas decisiones es cuando entiendes la personalidad del jugador. Hay chicos que prefieren acomodarse y ser suplentes en un grande de Europa y otros que aceptan el desafío de ser líderes”, cuentan en el club francés.
La actitud de Osimhen fue algo que siempre llamó la atención de Amunike. “Un campeón no se crea en el campo. Se forma en el día a día. Victor es muy competitivo en los entrenamientos y eleva el nivel de sus compañeros”, explica el extécnico de Nigeria. En el Lille recuerdan el poderío del delantero: “Cuando presionaba parecía que lo hacía por dos o tres jugadores. Es muy inteligente para jugar al espacio. No tiene un regate muy ortodoxo, se la puede llevar con el tobillo, con el pie o con lo que sea, pero siempre va directo a portería. No hace florituras. Y tiene una velocidad impresionante. Es un poco como Eto’o”. Otros, como el Gianfranco Zola, exdelantero del Chelsea y del Nápoles, comparan a Osimhen con Lukaku.
Amunike, en cambio, regatea similitudes. “A mí no me gustan las comparaciones. Eto’o es Eto’o y tiene su historia en el fútbol mundial, no solo en el africano. Lukaku también tiene la suya. Ahora le toca a Victor hacer su carrera. El talento lo tiene”, remata. Sus 18 goles en 38 partidos en la Ligue 1 pusieron en alerta al Nápoles, que desembolsó lo nunca visto en su historia: 75 millones. Pero como si el dinero tuviese una especie de gafe, cuando Osimhen llegó al equipo en 2020 le arrinconaron las lesiones: seis, cada una más inverosímil que la anterior. Pasó dos veces el coronavirus —en una se contagió en una fiesta en su país; “cometió un error y lo sabe”, le disculpó su entonces entrenador, Gennaro Gattuso—, se luxó un hombro, tuvo un traumatismo craneal y sufrió una fractura en un pómulo. Se ha perdido 39 partidos en sus dos primeras temporadas. Su paso por la enfermería no le borró, en cualquier caso, su memoria de gol: 21 en 50 duelos. “El talento de Victor es estratosférico. No sé hasta dónde puede llegar con ese potencial”, subraya Luciano Spalletti, técnico del Nápoles. Pero, matiza, “él es quien debe decidir en qué quiere convertirse”.
En el último partido, frente al Cagliari, Osimhen salió en el segundo tiempo para rescatar un punto y continuar su lucha por el scudetto. Ahora apunta al Barça.
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