Andy Murray: “Antes iba en vuelo privado, ahora en coche eléctrico”
El ex número uno, el tenista que tuteó a Nadal, Federer y Djokovic, compite con una cadera de titanio desde finales de 2020 y demuestra el compromiso de siempre
Cuando se le comentan las bondades de su país durante el paseíllo que precede a la entrevista, Sir Andy Murray (Dunblane, Escocia; 34 años) asiente. Pero matiza: “Los paisajes son maravillosos, pero llueve mucho y hace frío”. Futbolero, saca pecho el escocés cuando oye mencionar a los Hibs de Edimburgo: “Mi equipo”. Y luego, cuando la grabadora ya está en marcha, elabora y piensa meticulosamente la respuesta, haciendo varias pausas. Invitado en Madrid por la organización del torneo, el veterano que logró interferir en el reinado a tres bandas de Rafael Nadal, Roger Federer y Nova...
Cuando se le comentan las bondades de su país durante el paseíllo que precede a la entrevista, Sir Andy Murray (Dunblane, Escocia; 34 años) asiente. Pero matiza: “Los paisajes son maravillosos, pero llueve mucho y hace frío”. Futbolero, saca pecho el escocés cuando oye mencionar a los Hibs de Edimburgo: “Mi equipo”. Y luego, cuando la grabadora ya está en marcha, elabora y piensa meticulosamente la respuesta, haciendo varias pausas. Invitado en Madrid por la organización del torneo, el veterano que logró interferir en el reinado a tres bandas de Rafael Nadal, Roger Federer y Novak Djokovic habla sobre su viaje de ida y vuelta. Después de tocar la cima y ganar tres grandes, en 2019 se dio por supuesto su retiro con un amago de despedida en Australia, pero 20 meses después volvió y desde entonces compite con una cadera de titanio. Hoy disfruta en la Caja Mágica, aunque en el traslado sufrió un pequeño incidente en el aeropuerto.
Pregunta. ¿Ha conseguido recuperar ya las raquetas?
Respuesta. Sí, afortunadamente sí. Me perdí un entrenamiento, pero llegaron a tiempo para el siguiente.
P. ¿Puede llegar a imaginar un día sin raquetas ni tenis?
R. Bueno... [tarda cinco segundos en contestar] Sí. Estaré triste el día que eso ocurra, pero me quedan muchas cosas con las que ilusionarme el día que ya no juegue más, así que me lo puedo imaginar. Eso sí, me tiraría jugando 20 años más si pudiera, pero probablemente no vaya a ser así.
P. ¿Qué significa el tenis para usted?
R. Para mí ha sido una parte muy importante de mi vida. Llevo unos 30 años jugando; empecé a los cuatro. Siempre ha sido algo importante para mí, me ha dado una vida increíble, he visitado ciudades fascinantes, he conocido a gente increíble, he cumplido muchos de mis sueños… El tenis me ha dado muchísimo, ha sido muy importante en mi vida. Le he dedicado mucho tiempo y esfuerzo, y aunque le he exigido mucho a mi cuerpo, significa mucho para mí.
Soy el 80º del circuito, y eso que tengo muchas complicaciones físicas. Pocos serían capaces de jugar a este nivel con el problema que yo tengo
P. Es profesional desde 2005 y tiene casi 35 años. ¿Qué es lo que más le motiva para seguir adelante?
R. No busco un objetivo concreto, simplemente me gusta mucho jugar al tenis. Me gusta buscar la manera de mejorar, me gusta competir, me gusta la estructura que me aporta este deporte... Por supuesto que tengo mi ego y lo quiero hacer bien, pero no puedo controlarlo todo. No estoy contento con ser el 80 del mundo ni con el hecho de verme fuera de los torneos en las primeras rondas, pero trato de mejorar y afrontar la situación. Hay quienes me dicen que tendría que dejarlo, que mi carrera ha terminado, pero sigo siendo el 80º, y eso que tengo muchas complicaciones físicas; creo que hay pocos jugadores en el mundo capaces de competir a este nivel con el problema que yo tengo, con la lesión que yo tengo. Estoy orgulloso de lo que he logrado después de mi operación, con la cirugía, porque no es fácil. Voy a seguir tratando de hacer más y de hacerlo mejor, y si no lo consigo, pues también entra dentro de lo posible.
P. Nadal ha comentado alguna vez que le preocupa su salud y el día de mañana. ¿Tiene algún tipo de temor similar?
R. Mmm… [hace una larga pausa]. No, realmente no. Si me preocupase la posibilidad de hacer un daño permanente a mi cuerpo, no seguiría jugando, y esperaría que las personas con las que trabajo me aconsejasen no seguir. Sé que con la operación que he tenido en algún momento fallarán las partes de metal que me han puesto y que tendrán que cambiarme la cadera por completo, pero cuando hablo con los cirujanos, con mi equipo, con los médicos y los fisioterapeutas, me dicen que así es la vida y que, una vez que acabe de aguantar la cadera, ya no podré jugar al tenis. Pero mientras pueda, lo voy a intentar. En unas semanas cumplo los 35 [el 15 de mayo] y físicamente me siento bien.
P. ¿Cómo le gustaría que se le recordara cuando lo deje?
R. Bueno, he tenido un poco de mala suerte, según cómo se mire. Evidentemente, si nos fijamos en lo que han conseguido los tres que están por encima de mí [Nadal, Federer y Djokovic], para algunos lo que yo he ganado parecerá insignificante. Y lo entiendo. Nunca diré que estaba al mismo nivel de ellos, me hago cargo de lo que han ganado, pero sí pienso que hubo momentos en mi carrera en los que estaba jugando a su mismo nivel; fui capaz de ganar contra ellos en algunos de los torneos más grandes, y algunos dirán que, de no haber tenido una lesión tan importante en el momento en que era el número uno del mundo y estaba jugando mi mejor tenis... La lesión me hizo perderme dos o tres años muy buenos. De repente, se paró mi tenis cuando estaba al máximo nivel, fue muy difícil.
P. La inmensa mayoría firmaría tener su palmarés. ¿Está satisfecho?
R. Pienso que lo que he logrado con mis tres grandes, los dos oros olímpicos, la Copa Davis, muchas finales en los grandes torneos... es un gran logro. De haberme tocado otra época, creo que habría hecho mucho más. No sé, me gustaría que se me viera como alguien que dio todo lo que tenía al deporte, que se preparó mucho, que trabajó muy duro, que dio todo lo que tenía. Me gustaría terminar mi carrera y mirar atrás sin lamentar demasiado. Creo que todo el mundo lamenta cosas, no las podemos cambiar, pero no sé con exactitud cómo quiero que me recuerden.
Hay mucha división política en el Reino Unido y en el mundo, parece que no hay término medio; hay mucha gente en los extremos, y eso no me gusta
P. Tiene cuatro hijos. Cuando mira a su alrededor y ve guerras, violencia, pobreza, ¿le preocupa el legado que puedan recibir las nuevas generaciones?
R. Sí. Últimamente he estado leyendo cosas en torno a estos temas y me parece que en algunos casos las cosas están peor, pero en otros están mejor. La gente vive más años, y en la mayoría de los lugares viven en mejores condiciones que hace 40 o 50 años. Pero hay áreas que no van bien, desde luego en mi país, no sé cuál es la situación política en España… En los últimos años he visto cosas, hay mucha división. Ocurre lo mismo en Reino Unido, parece que no hay un término medio, la gente se sitúa en los extremos del espectro político, también en Estados Unidos. No me gusta.
P. Pero, ¿qué se puede hacer?
R. Prefiero que la gente se junte y encuentre soluciones, que haya un terreno compartido. Por ejemplo, en el tema del clima y el medio ambiente; aquí siento que tengo una mayor conciencia. Lo he hablado con mi mujer y hemos dicho: cuando nuestros hijos tengan 15 años les enseñarán estas cosas en el colegio, y si nosotros sabemos ahora que esto es un problema y no cambiamos nada en nuestras vidas, cuando ellos lleguen a esa edad y nos pregunten qué hicimos o qué cambiamos, sabiendo que existía este problema, y les dijéramos que nada, que seguíamos haciendo las cosas como siempre, creo que ellos pensarían que ha sido muy egoísta por nuestra parte. Intento hacerlo algo mejor. Conduzco un coche eléctrico, hubo un tiempo en que volaba en avión privado y ya no lo hago nunca; también he cambiado algunos de mis hábitos de alimentación. Tengo más conciencia de esto pensando en mis hijos, más que en las otras cosas que usted ha mencionado.
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