El Benfica anuncia el traspaso de Darwin Núñez al Liverpool
El club inglés, que aún no ha hecho oficial el fichaje, pagaría 100 millones de euros por el jugador, el más caro de su historia
Silvia Ribeiro dice que le compró un par de botas con el dinero que ahorró recolectando botellas y cartones para reciclar en las calles de Artigas, ciudad uruguaya situada a 600 kilómetros de Montevideo. Este lunes su hijo Darwin, de 22 años, se convirtió en el futbolista uruguayo más caro de la historia.
El Benfica comunicó la transferencia a la Comisión Nacional del Mercado de Valores Mobiliarios de Portugal y lo publicó en su portal oficial de madrugada. El comprador será el Liverpool, que según los medios ingleses ha batido el récord en su escala de traspasos. Entre la cantidad fija...
Silvia Ribeiro dice que le compró un par de botas con el dinero que ahorró recolectando botellas y cartones para reciclar en las calles de Artigas, ciudad uruguaya situada a 600 kilómetros de Montevideo. Este lunes su hijo Darwin, de 22 años, se convirtió en el futbolista uruguayo más caro de la historia.
El Benfica comunicó la transferencia a la Comisión Nacional del Mercado de Valores Mobiliarios de Portugal y lo publicó en su portal oficial de madrugada. El comprador será el Liverpool, que según los medios ingleses ha batido el récord en su escala de traspasos. Entre la cantidad fija de aproximadamente 80 millones de euros y las variables de unos 20, el atacante uruguayo superará la barrera de los 100 millones tras someterse a la revisión médica, prevista para este lunes, y el acuerdo se formalice por completo.
Darwin Núñez se presentó ante el Liverpool en los cuartos de final de la Champions, el pasado abril, con aura de buen rematador. Enérgico, potente y dotado de una fervorosa ambición de gol, empleaba todos sus registros para llegar al espacio de la definición. Sin exhibir una coordinación descomunal, era capaz de desequilibrar en el desmarque lo mismo que en el regate, y aunque empleaba la zurda cuando no tenía más remedio, dominaba tanto los espacios que no precisaba de gran destreza técnica para ganar ventaja. Le bastaba el radar insertado en su cerebro para controlar la situación de los defensas y el portero, lo mismo en la superficie que en el aire. Ese don maravilló a Jürgen Klopp cuando le vio desde la banda a lo largo de los dos partidos del cruce, saldados con dos goles del uruguayo, uno en la ida y otro en la vuelta.
“Un muchacho extremadamente guapo, ¿eh?”, dijo el técnico alemán. “¡Y un buen jugador también! Realmente bueno, habría que decir. Ya lo conocía. Pero ahora lo he visto delante de mí librar una dura batalla con Konaté. Físicamente fuerte, rápido, sereno en el área de penalti. En la definición hace una pausa impresionante. Si se mantiene sano, tiene una gran carrera por delante”.
Darwin se crió en Pirata, un asentamiento de Artigas tan metido en la cuenca del río Cuareim, que en tiempos de crecida se inundaba irremediablemente. Su padre, Bibiano Núñez, de profesión albañil, apenas podía mantener a la familia. Con 14 años hizo la primera prueba en Peñarol. Con 15 lo aceptaron. Con 16 se rompió los ligamentos cruzados y el menisco. Lo operaron dos veces. En su tercera temporada en el equipo profesional metió tres goles en tres partidos en la Liga Intermedia. Sus números no eran especialmente deslumbrantes cuando en 2019 lo compró el Almería por algo más de diez millones de euros. Hizo 16 goles en 32 partidos en Segunda antes de que lo fichara el Benfica por 23 millones, en 2020.
Esta temporada en Lisboa sumó 34 goles en 41 partidos en todas las competiciones. Emigra a la Premier con el título de máximo goleador de Portugal. Según Transfermarkt, portal de referencia, los 100 millones de su traspaso equivalen al tercer fichaje más elevado que hace un club inglés en la historia, por debajo de los dos anteriores plusmarquistas, ambos contratados hace un año: Jack Grealish (117 millones pagó el City al Aston Villa) y Romelu Lukaku (113 millones pagó el Chelsea al Inter). Hasta ahora, el fichaje más caro que había realizado el Liverpool había sido Virgil van Dijk, por el que pagó unos 85 millones de euros en 2017.
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