La covid de Enric Mas, último golpe al peor Tour de Francia del ciclismo español desde 1981
El líder del Movistar abandona la carrera a tres días del final cuando ocupaba la 11ª plaza, dejando al veteranísimo Luis León Sánchez, 15º, como mejor clasificado
Suspiraba Enric Mas la víspera, el jueves por la noche, como uno que, acabadas las montañas, los Pirineos, ha pasado lo peor en un Tour de Francia en el que su actuación, y la de su equipo, el Movistar, estaba siendo decepcionante dadas las expectativas con las que llegaba. Las principales preocupaciones del mallorquín, undécimo en la general a falta de tres etapas, incluida una contrarreloj de 40 kilómetros, alejado de su objetivo de podio o de ...
Suspiraba Enric Mas la víspera, el jueves por la noche, como uno que, acabadas las montañas, los Pirineos, ha pasado lo peor en un Tour de Francia en el que su actuación, y la de su equipo, el Movistar, estaba siendo decepcionante dadas las expectativas con las que llegaba. Las principales preocupaciones del mallorquín, undécimo en la general a falta de tres etapas, incluida una contrarreloj de 40 kilómetros, alejado de su objetivo de podio o de top 5, eran, a corto plazo, el calor y la pesadez de la etapa del viernes, la travesía llana del Midi hacia Cahors a tutta en un paisaje de escasa vegetación, flores silvestres del campo y hierbas medicinales salvajes, una nueva paliza, y, a medio plazo, la recuperación psicológica, la superación del bloqueo mental y fisiológico a la que le condenan el estrés generado por el miedo en los descensos. Su participación en la Vuelta, como líder del equipo junto a Alejandro Valverde, depende de ello.
Ambos problemas quedaron aparcados momentáneamente al amanecer del viernes cuando un test de antígenos positivo le obligaba a retirarse por primera vez de un Tour de Francia. Es el último golpe al Tour casi transparente de su equipo, que lucha para no descender a segunda división, lo que le dejaría fuera de la selección automática para las grandes carreras, y que no sumará los 150 puntos que aportarían la 11ª plaza del mallorquín. Las caídas bajando de Mas en la Tirreno, la Itzulia y Dauphiné, carreras en las que tenía asegurados el podio o una plaza entre los seis primeros, significaron ya una pérdida en primavera de 600 puntos. “Pese a la infección, Mas está en buen estado de salud”, ha comunicado su equipo. El mallorquín ya anunció al comenzar el Tour en Copenhague que si daba positivo, aunque se sintiera bien y fuera asintomático, se retiraría. “Dados los efectos de la covid sobre el corazón, creo que es peligroso hacer grandes esfuerzos estando infectado”, dijo. “Así que sí, abandonaría si diera positivo”.
El Tour de la renovación en la dirección técnica del Movistar, con la puesta al frente de Patxi Vila en sustitución del director la última década, José Luis Arrieta, despedido, será para el mejor equipo español, y hasta hace nada uno de los mejores del mundo, uno de amargo recuerdo, y un reflejo tanto de su magra temporada como de la crisis del ciclismo español. Un Tour de tan escasa cosecha para ambos –cero etapas; mejor español, el veteranísimo, de 38 años, Luis León Sánchez, 15º; mejor Movistar, Matteo Jorgenson, 21º– no se daba, exceptuando el de 1998, el Tour Festina, que todos abandonaron, desde 1981, en el que el primer español clasificado, Alberto Fernández, fue el 21º. Dos años después, la aparición en el Tour del Reynolds de Ángel Arroyo y Perico Delgado, tuvo el valor de una revolución.
El Reynolds, justamente el antecesor por línea directa del Movistar, acostumbró a la afición a unos nombres, también Indurain, claro, y a unos triunfos tan espectaculares que hasta los últimos buenos años del equipo de Eusebio Unzue, triunfo en la clasificación por equipos, podios de Nairo y Valverde, pelea de Landa, victorias de etapa varias en los tiempos en los que dirigía Arrieta al equipo, eran vistos como menores por los más exigentes. El equipo luchaba entonces por la victoria final y tenía un peso en el desarrollo de la carrera que ha perdido. Cuatro décadas después, y en unos tiempos en los que el ciclismo habla en inglés, los presupuestos se han multiplicado y la masa salarial de los corredores ya no es prácticamente el único gasto –la tecnología, el material, contratación de ingenieros, nutricionistas, analistas de big data, entrenadores, gastos en concentraciones en altura cada vez más repetidas: el modelo Jumbo o Ineos–, el Movistar se ha quedado en un nivel inferior. El del ciclismo español.
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