La protección de João Félix

Simeone diseña estrategias para evitar el juego duro sobre el luso al que ve en su mejor momento como rojiblanco

João Félix golpea el balón durante el Getafe-Atlético disputado el lunes en el Coliseo Alfonso PérezJUAN CARLOS HIDALGO (EFE)

“La temporada que viene João y diez más”, proclamaba convencido Diego Pablo Simeone tras detectar en el último tramo del curso que emergía el jugador que buscaba, pero al que también pudo echar a perder en varias ocasiones por su insistencia en sacarlo de posición. De alguna manera se han convencido el uno al otro después de algunos episodios que generaron fuertes tensiones internas en el vestuario y en el club.

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“La temporada que viene João y diez más”, proclamaba convencido Diego Pablo Simeone tras detectar en el último tramo del curso que emergía el jugador que buscaba, pero al que también pudo echar a perder en varias ocasiones por su insistencia en sacarlo de posición. De alguna manera se han convencido el uno al otro después de algunos episodios que generaron fuertes tensiones internas en el vestuario y en el club.

El Cholo aspiraba al futbolista que se vio el lunes en Getafe, conectado al partido en defensa y en ataque, independientemente de que tocara más o menos balones. João Félix clamaba por la libertad que tiene ahora para desenvolverse por la parte del frente de ataque que crea conveniente. Dio tres asistencias y no coronó su actuación con un gol porque David Soria le ganó un mano a mano con el pecho para evitar la intencionada picadita que probó. “Se le ve más maduro y más fuerte, lo demostró en las 14 finales de la temporada pasada. Está creciendo y tiene una madurez con peso. Se vio en el primer gol y en el segundo con sus pases. Está en el mejor momento de su carrera”, aseveró Simeone en la sala de prensa del Coliseo Alfonso Pérez. La gran satisfacción del técnico es comprobar que João Félix ha absorbido la necesidad de tratar de ser eficaz en cada acción sin necesidad de estar en contacto permanente con el balón.

El peso de su fútbol también ha calado en el respeto de sus compañeros, convencidos, ahora sí, de que debe ser una parte fundamental en la ofensiva del equipo. No es un líder en la caseta, pero en el campo nadie le discute su rango como jugador desequilibrante. “Tiene talento, ve más que los demás, tiene gol y ojalá pueda sostener todo lo que se está diciendo de él sobre el campo”, abundó el técnico, prudente sobre si este puede ser el año en el que João Félix firme una temporada redonda: “No hay que forzar nada. Las cosas salen naturalmente y él ha trabajado para llegar a esta situación”, advirtió Simeone.

El gran temor del entrenador, del club y de sus compañeros es el juego brusco que, a veces, padece el luso. Hay una consigna interna para que el grupo reclame de forma coral a los colegiados que no corten el exceso de vigor en las marcas que reciba. Sobre todo en las entradas que expongan su tobillo y su empeine derechos, tras los problemas que sufrió en ambas zonas por un edema.

También João Félix está sobreavisado por su entrenador para que, cuando baje al centro del campo y reciba de espaldas, descargue el pase rápido. Para evitar que no se descuelgue demasiado al centro del campo, el Cholo también ha diseñado algunos movimientos para que reciba en largo de los centrales. Hay una protección orquestada y mancomunada para que la estrella del equipo encuentre un ecosistema que le permita explotar sus virtudes. Por primera vez pueden ir encolumnados lo que supone ser la inversión más cara de la historia del club (126 millones de euros) con la apuesta del entrenador por el jugador y el acople del mismo a lo que se le exige individual y colectivamente.

Griezmann, suplente

La ascendencia de João Félix ahora mismo sobre el juego del equipo es tal que en el inicio de curso en el que la competencia en la delantera es más feroz, se ha ganado ser el más incontestable junto a Morata. En Getafe se quedaron en el banquillo Griezmann, Correa y Cunha. A este último lo visualizaba Simeone como el nueve del equipo para esta temporada, pero la actitud y el momento de forma de Morata le han relegado. La sociedad que ha montado el atacante madrileño con el portugués se ha desenvuelto con tanta contundencia que Griezmann, uno de los ojitos derechos del técnico, compite ahora más con Lemar por ser el tercer centrocampista que con João Félix por ejercer de segundo delantero. Griezmann siempre ha defendido que juega mejor por detrás de un nueve de referencia [Giroud, en Francia] como Morata, pero ese puesto, por el momento, ahora es para el portugués. Aunque Simeone sabe que habrá un tramo de la temporada en la que el francés irrumpirá en el once para quedarse.

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