Cuando Sabonis eligió a Domantas
El menor de los hijos varones del mito no olvida su conexión con Málaga pese a jugar en la NBA
El señalado fue Domantas. Los tres hijos varones de Arvydas Sabonis crecieron con una pelota de baloncesto en las manos, pero el mito nombró heredero al más pequeño. Domantas tuvo que espabilar jugando con sus hermanos mayores, Tautvydas y Zygimantas, y eso le concedió el punto de carácter que el gran Sabas identificó como el ingrediente que le permitiría triunfar. Hoy, el pívot de 26 años y 2,11m que tendrá delante España juega en los Sacramento Kings y ha sido all star en la NBA.
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El señalado fue Domantas. Los tres hijos varones de Arvydas Sabonis crecieron con una pelota de baloncesto en las manos, pero el mito nombró heredero al más pequeño. Domantas tuvo que espabilar jugando con sus hermanos mayores, Tautvydas y Zygimantas, y eso le concedió el punto de carácter que el gran Sabas identificó como el ingrediente que le permitiría triunfar. Hoy, el pívot de 26 años y 2,11m que tendrá delante España juega en los Sacramento Kings y ha sido all star en la NBA.
Todo fue un examen para Domantas con ese apellido pesando toneladas en la camiseta. Nacido en Portland (sus hermanos en Valladolid), ingresó en los infantiles del Unicaja de Málaga (la familia tenía una casa en Torremolinos) y ya con 16 años, en septiembre de 2012, debutó con la primera plantilla. En esos inicios había coincidido con Alberto Díaz, base hoy en la selección española, en el Clínicas Rincón, club vinculado al Unicaja. Con el equipo malagueño jugó en la ACB en el curso 2013-14, con Joan Plaza de entrenador, pero sin ficha de profesional. El pequeño de los Sabonis ya tenía pensado hacer las américas y partió el siguiente verano a la Universidad de Gonzaga, trampolín hacia la NBA.
Undécimo en el draft de 2016, elección de Orlando, fue traspasado a Oklahoma y de ahí saltó a Indiana y ahora Sacramento (19 puntos, 12 rebotes y 6 asistencias de media la campaña anterior en 33 minutos por noche).
Convertido en estrella, Domantas no olvida sus años de infancia en Málaga, donde vivía con su madre, Ingrida, y sus hermanos, estudiaba en un colegio bilingüe y jugaba al baloncesto. Hoy habla español con naturalidad y de vez en cuando desanda sus pasos. Este pasado verano estuvo en Fuengirola para participar en un proyecto deportivo y cultural lanzado por José Manuel Calderón y Berni Rodríguez. “Sigue siendo un tipo normal, nada arrogante”, cuenta Manolo Rubia, exdirector deportivo de Unicaja y amigo de la familia Sabonis, que vio de cerca esa progresión del pequeño de la saga. “Como jugador, no hace muchas cosas, pero las que hace son perfectas. Es más cinco que cuatro, es muy buen pasador, una virtud que es herencia del padre. Arvydas era muy exigente con los hermanos. Siendo infantiles, los mataba en los partidillos que montaba en los veranos. Llevábamos a los mejores a jugar con ellos”, recuerda Rubia.
La selección también fue un escenario precoz para Domantas. Debutó con los mayores en 2015 con 19 años y dos meses, el más joven en estrenarse superando el récord de Jonas Valanciunas, actual pareja de baile en la pintura de la absoluta. En el Eurobasket es el tercer mejor pasador de Lituania, con 14 asistencias, tras las 19 de Jokubaitis y las 17 de Grigonis, dos exteriores, y entre los pívots solo le supera en el torneo el polaco Balcerowski (15). Desde la grada, papá Arvydas sigue vigilando a su elegido.
Los cruces en la fase final en Berlín.
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