Ancelotti: “Nos ha faltado acierto, pero hemos dejado la portería a cero”
El técnico del Real Madrid resta importancia a la falta de puntería, con un gol de 19 disparos, y elogia el trabajo defensivo del equipo
No estaba Benzema, y Vinicius y Rodrygo sirvieron otra noche de agitación en ataque, aunque sin demasiada puntería. 19 tiros para un gol, un cabezazo de Militão en un córner. Ancelotti quiso restar importancia a otro partido sin filo, después de los 36 disparos para dos goles al Shakhtar el miércoles en la Champions: “Nos ha faltado acierto, pero en esta etapa de la temporada no pasa nada”, dijo.
Los brasileños agitaron, pero en el caso de Vini el movimiento llegó con un punto de tr...
No estaba Benzema, y Vinicius y Rodrygo sirvieron otra noche de agitación en ataque, aunque sin demasiada puntería. 19 tiros para un gol, un cabezazo de Militão en un córner. Ancelotti quiso restar importancia a otro partido sin filo, después de los 36 disparos para dos goles al Shakhtar el miércoles en la Champions: “Nos ha faltado acierto, pero en esta etapa de la temporada no pasa nada”, dijo.
Los brasileños agitaron, pero en el caso de Vini el movimiento llegó con un punto de tranquilidad desacostumbrado en sus interacciones con el árbitro y los rivales en las últimas fechas. Al poco de comenzar la segunda parte, hizo algo insólito. Se quedó quieto al lado de la pelota, cerca de la línea de banda. Un segundo, dos segundos, tres segundos. No fue una estampa para la galería de lo imborrable, como aquellas pausas de Butragueño en el área, pero resulta notable en un tipo que ha vivido a la carrera, atolondrado incluso en sus primeros tiempos, en ebullición en los últimos. Pero el brasileño ha incorporado ritmos y variantes a su voracidad regateadora.
Antes de su instante estatua, había tirado un sombrero, un control a la carrera que convirtió en un caño a Djené, dos centros con el exterior y un recorrido sobre la línea que terminó con Milla derribándole dentro del área, y Mateu señalando con parsimonia ceremonial el punto de penalti. Su trayecto sobre la cal discurrió tan al límite, que en el cuartito del VAR tuvieron que tirar líneas y dar la vuelta a las cámaras, hasta terminar decidiendo que el balón no había dejado sombra sobre la raya.
Por entonces, ya le habían tirado al suelo un par de veces más, pero Vini en el Coliseum había optado por el camino estoico. Ni un aspaviento al caer de cara sobre la hierba en el área, ni al saber que el penalti se había evaporado con el soplido del VAR. Vini estaba en Getafe para saborear la paz, y el sorbo definitivo fueron esos desconcertantes segundos de pausa en los que la defensa no supo qué hacer, y sus compañeros también dudaron, hasta que puso la pelota de nuevo a rodar.
La revisión borró la secuencia de regates más dañina de Vini, y tiempo después, el gol que durante unos segundos coronaba otra noche muy sólida de Rodrygo. Sin Benzema, descansando lejos del banquillo, los dos brasileños volvieron a agitar el ataque, sin apenas poder recoger frutos.
Ancelotti puso el foco en algo que es tan raro esta temporada como la estatua de Vini: fue la primera vez que dejaban la portería a cero en la Liga: “Es muy importante. El éxito del año pasado fue porque el aspecto defensivo fue muy bueno”, dijo. “Es un momento en el que controlamos muy bien los partidos, pero no estamos tan finos, tan acertados delante como antes. Pero estoy satisfecho. El equipo ha sido mucho más sólido”.
Dani Carvajal también subrayó el valor del trabajo defensivo: “Nosotros queremos marcar dos o tres, pero en este caso la victoria nos la dio mantener la portería a cero. Da mucho más valor a no encajar. Ojalá podamos mantener la portería a cero muchos partidos”.
En el otro banquillo, Quique Sánchez Flores se fijó en lo mismo: “Es un equipo que concede muy poco. Se habla muy poco de lo bien que defiende. Te vigilan las transiciones. Ahí están ellos con su físico y su posición”, dijo. “La hoja que te llega antes de los partidos de las velocidades medias, del volumen de kilómetros que hacen... Son parámetros de supercracks. Te ganan en la carrera corta, en la carrera media, son chicos que vuelan por el campo”. Aunque no solo le llamó la atención lo físico. También la calidad y el aplomo: “Tienen 18 años y parece que tienen 32 por cómo juegan”. Vinicius tiene 22. Rodrygo, 21. Faltó Benzema, que tiene 34, pero la amenaza fue igualmente intensa.
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