Daniela Guillén y Gabriela Seisdedos, unas campeonas del mundo de motocross surgidas de la nada
El joven combinado femenino escribe una nueva página de la historia del motociclismo español al ganar por primera vez la competición por equipos en Talavera de la Reina
El último fin de semana ha sido una verdadera montaña rusa de emociones para Daniela Guillén y Gabriela Seisdedos, las dos pilotos de la selección femenina de motocross que acaban de proclamarse campeonas del mundo por equipos por primera vez en la historia de la disciplina en España. Practicantes de un deporte minoritario y sin mujer alguna com...
El último fin de semana ha sido una verdadera montaña rusa de emociones para Daniela Guillén y Gabriela Seisdedos, las dos pilotos de la selección femenina de motocross que acaban de proclamarse campeonas del mundo por equipos por primera vez en la historia de la disciplina en España. Practicantes de un deporte minoritario y sin mujer alguna como referente, su título pone de relieve la esperanza que traen las nuevas generaciones en esta y otras esferas de nuestra sociedad. La primera ha vivido ya una cara más amable del deporte, cada vez más abierto a la participación femenina, aunque todavía lejos de la normalización absoluta. La segunda, por el contrario, tuvo que aguantar las faltas de respeto e improperios del público y gran parte del mundillo. “¡Vete a fregar, anda!”, recuerda que le decían en conversación con EL PAÍS. También se escuchaban de fondo a los padres, histéricos con sus hijos: “¡Que te gana la niña, que te gana una niña!”.
El éxito mundial cosechado el pasado fin de semana en Talavera de la Reina, la catedral nacional del motocross, llega tras muchos años de lucha y después del nacimiento de un talento sin parangón en nuestro país. El desbordante nivel de Guillén (Blanes, 2006) salió a relucir desde bien pequeña, donde se acostumbró a derrotar a todos sus rivales masculinos hasta que decidió buscar nuevos retos más allá de los Pirineos. Un equipo de primera categoría en Francia, a través de unos amigos de la familia, se fijó en ella y le ofreció correr un par de temporadas en el campeonato infantil galo, que ganó en dos ocasiones. Los franceses llegaron a ofrecerle entonces la nacionalidad, pero eso alertó a varios estamentos del motociclismo español, que reaccionaron a tiempo para ofrecerle un plan de desarrollo cerca de casa y becado.
La hazaña ha llegado en el segundo año de proyecto junto a la Real Federación Motociclista Española (RFME), institución que decidió financiar la temporada completa de ambas -tanto a nivel privado como de selecciones- y rodear a las pilotos de profesionales de primera talla en colaboración con el CSD, la agencia Last Lap y KTM, implicada a través de su director general en España, el dakariano Marc Coma. El éxito cosechado puede ayudar a atraer interés y patrocinadores, ya que por ahora la continuidad del proyecto no está asegurada ante una falta de apoyo generalizado de la industria. “Somos buenas y competitivas. El motocross femenino es tan deporte como el masculino, es un mensaje que debe calar en los seleccionadores, presidentes, jurados y promotores de turno”, dice Seisdedos, la joven veterana del tándem, que a sus 27 años cuenta con 9 títulos de campeona de España.
Nacida en el seno de una familia motera en Madrid (1994), su papel en el combinado que ha hecho historia ha sido el de acompañar el apabullante talento de Guillén, una década más joven. “Contar con Gabriela me ha ayudado mucho, ya que ella conoce bien a todas las rivales y lleva muchos más años en esto”, asegura la piloto catalana. Fernando de Portugal, CEO de la agencia Last Lap y uno de los impulsores del proyecto, observa en el seno del equipo una preciosa historia de superación y cambio a nivel generacional. “Gabriela tuvo muchos problemas por meterse en este deporte, y Daniela ya es de una generación donde todo el mundo entiende que ella puede competir y estar con los mejores. Hasta los chicos aceptan que Daniela les gane, lo ven como algo normal”, explica.
Las expectativas depositadas en Guillén son muy elevadas, pero ella, a sus 16 años, se muestra determinada: “Mi gran objetivo es ganar la Copa del Mundo Femenina, y creo que el próximo año podré luchar por ello”. En el Motocross de las Naciones de este fin de semana, se llevó por un amplio margen las dos mangas disputadas, venciendo a las teóricas favoritas de los Países Bajos y Dinamarca, las selecciones que luego completaron el podio y que además compiten con mujeres mucho más experimentadas y adultas. La singularidad de esta deportista ha hecho que en el CAR de Sant Cugat vayan a tientas a la hora de ordenar su preparación física y mental. Nunca había residido en sus instalaciones un talento tan joven de la disciplina, pero ella asegura sentirse bien arropada tanto por su familia como los profesionales del centro. Recién llegada en AVE este lunes tras celebrar su título en Madrid, le esperaban en su escritorio en la residencia los deberes de primero de bachillerato.
El papel de Seisdedos no fue menor, y con una sexta plaza a pesar de los dolores que arrastraba en los brazos y las manos por culpa de una lesión, aseguró los puntos necesarios para lograr un triunfo histórico. Aunque de generaciones distintas, el origen de la pasión por las motos de ambas compañeras es el mismo: un regalo. La madrileña empezó a los 8 años con una moto que su padre le regaló a su hermana mayor, y el vínculo fue creciendo desde entonces. “Desde pequeña me dijeron que no era normal lo nuestro”, recuerda ahora. Su gusto por la competición nació tras pasear en varias ocasiones cerca de un circuito y sentirse atraída por las carreras. En la familia no pusieron pegas: “Hemos compartido un espacio muy valioso, somos cuatro hermanas y un hermano y todos hemos montado”. Tiraron de ahorros y el sudor del trabajo para costearse sus incursiones en el Mundial con las mejores, y de por medio le ha dado tiempo a sacarse un grado en Criminología y dos másteres.
En el caso de la joya catalana, que ha vivido desde pequeña en Lloret de Mar, también fue el padre quien compró una moto a los cuatro hermanos. Ella, con tres, ya se subió y se enamoró de las sensaciones, y con seis años ganó su primera carrera: “Me encantó desde el primer momento, y desde entonces he pensado en dedicarme a esto”. Guillén, el futuro de esta disciplina en España, entrena desde hace mucho tiempo con chavales uno o dos años más grandes, bajo la tutela de Xevi Colomer, uno de los pilotos nacionales más destacados de todos los tiempos. Además de proclamarse campeona del mundo, su principal deseo, que también comparte con Seisdedos, es poder vivir a tiempo completo de lo que más le gusta. “Espero poder conseguirlo. Están cambiando mucho las cosas y yo voy a seguir persiguiendo mi sueño. Vamos a ir a por todas”, zanja con una madurez que destila su madera de campeona. El título en el Motocross de las Naciones del domingo, para empezar, coloca otra piedra importante en el avance de las mujeres en la disciplina y, también, en el mundo del deporte.
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