La urgencia del Barcelona contra la costumbre del Real Madrid
Xavi busca su primer título como entrenador del club blaugrana en la final de la Supercopa de España ante un conjunto blanco del que teme la fortaleza mental de su rutina de disputar y ganar finales
A la cuarta, la nueva Supercopa de España tiene esta noche una final Real Madrid-Barcelona (20.00, Movistar), a 5.000 kilómetros de España y bajo el escrutinio de la Fiscalía Anticorrupción por las negociaciones que llevaron el fútbol a Arabia y 40 millones de euros al año a la Federación y cuatro a Kosmos, la empresa de Gerard Piqué...
A la cuarta, la nueva Supercopa de España tiene esta noche una final Real Madrid-Barcelona (20.00, Movistar), a 5.000 kilómetros de España y bajo el escrutinio de la Fiscalía Anticorrupción por las negociaciones que llevaron el fútbol a Arabia y 40 millones de euros al año a la Federación y cuatro a Kosmos, la empresa de Gerard Piqué. Y pese a todo, se trata de un clásico trascendental, en particular para el proyecto de Xavi Hernández, que lleva 14 meses en el banquillo sin levantar un título, y a quien el año pasado su presidente, Joan Laporta, le alabó el empeño pese a perder en semifinales contra el Madrid.
El equipo parecía empezar a coger cuerpo, pero a ese cuerpo todavía le faltan copas, y en la plantilla cada vez quedan menos jugadores que hayan levantado títulos con el Barça, como recordó ayer el técnico: “Lo veo como una ventaja, una gran oportunidad”, dijo ayer. En sus comparecencias de estos días en Riad, Xavi ha dejado traslucir dos preocupaciones sobre su equipo: que no consiguen cerrar partidos que empiezan controlando bien y que los futbolistas de los que dispone ya no tienen la costumbre de ganar que tenía su generación.
Para el técnico azulgrana, este punto tiene una relevancia especial esta noche, porque enfrente estará el Madrid: “El aspecto psicológico es fundamental. Tienen un punto de ventaja porque han jugado más finales. A nosotros nos tiene que ayudar la ilusión. Tenemos que creérnoslo. Mentalmente estar preparados y fríos, controlar nuestras emociones contra un Madrid fuerte”.
En el otro banquillo, Ancelotti se mueve más sereno, como antes de la final de la Champions de París, cuando contó que miraba a aquellos jugadores con tantos partidos así, y entonces se tranquilizaba. También porque, como dijo ayer, considera que sus futbolistas no tienen la barriga colmada: “Nunca se va a llenar”. Y apuntó a la misma ventaja competitiva que teme Xavi: “Tienen una calidad mental muy alta. Y estamos en un club que es muy exigente. No te permite pensar que tienes la barriga llena”.
La seguridad que le da la consistencia mental de su equipo no le evita seguir señalando lo que le preocupa: “El aspecto principal que estamos considerando en este momento es defender mejor”, insistió.
El clásico de esta noche es una prueba definitiva para las inquietudes y fortalezas de ambos, en una competición que el año pasado marcó el devenir del resto del curso.
Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.