El Barcelona funde al Sevilla en un acto de afirmación azulgrana
Los de Xavi distancian en ocho puntos al Madrid después de golear a los hispalenses (3-0) en una jornada marcada por el himno azulgrana tras la muerte de uno de sus autores, Espinàs
Hay jornadas que ayudan a medir la ambición de un equipo y también hay partidos que sirven para calibrar la sensibilidad de un club, muy pocas en las que ambas coincidan, como ocurrió en el Camp Nou ante la visita del Sevilla. La noche invitaba a un acto de afirmación barcelonista por la derrota del Madrid en Mallorca y por ...
Hay jornadas que ayudan a medir la ambición de un equipo y también hay partidos que sirven para calibrar la sensibilidad de un club, muy pocas en las que ambas coincidan, como ocurrió en el Camp Nou ante la visita del Sevilla. La noche invitaba a un acto de afirmación barcelonista por la derrota del Madrid en Mallorca y por la muerte de Josep Maria Espinàs, coautor con Jaume Picas del Cant del Barça, el himno del FC Barcelona desde 1974, con música de Manuel Valls. La respuesta fue inequívoca: ganó el Barça con autoridad en el campo y en la grada se guardó un sentido y también demasiado corto minuto de silencio por Espinàs.
El himno azulgrana está alejado de la épica y del belicismo y por el contrario abraza a la solidaridad y a la serenidad desde un ritmo conmovedor y agradecido para una acústica como la del Camp Nou. Los jugadores siguieron el tempo de Espinàs para golear a un equipo rácano como el Sevilla. Aunque el partido parecía difícil, y más después de perder a Busquets, los barcelonistas perseveraron hasta cantar tres goles y distanciar en ocho puntos al Madrid. Nada se supo del Sevilla, que ya lleva 20 años sin ganar en el estadio del Barça, nuevamente entregado y derrotado en una contienda alumbrada por Raphinha.
El partido se disputó en la cancha del Sevilla. Sampaoli no reparó en la alineación azulgrana ni tampoco le condicionó la lesión de Busquets. El técnico dispuso una línea de cinco defensas y cinco centrocampistas para negar cualquier espacio al Barça. La consigna era tapar la portería de Bono, un meta fiable, y tirar la transición en cada robo de balón para intentar sorprender a un adversario destemplado por la caída de su capitán, que fue sustituido nada más empezar el partido después de que se le doblara el tobillo en una entrada con En-Nesyri.
Al equipo azulgrana, en cualquier caso, no le costó demasiado alcanzar posiciones de remate ni forzar una serie de saques de esquina que encumbraron a Araujo. La cabeza del central amenazó tanto a Bono como los remates de Lewandowski. El portero respondió estupendamente a los dos disparos del delantero centro, muy activo mientras que al uruguayo se le escapó por poco un cabezazo que salió a la derecha del arco del meta del Sevilla. Hasta Gudelj estuvo a punto de sorprender a su compañero Bono. A la ofensiva del Barça le faltaba precisión y desequilibrio por la timidez de Raphinha en ausencia de Dembélé.
Aunque hubo un buen rato de fútbol, sobre todo por la intensidad, el Barça perdió poco a poco fluidez porque Kessié no es precisamente Busquets. Pedri se juntó con De Jong en el ombligo del campo mientras Gavi barría el frente de ataque desde la izquierda hasta el punto de penalti en un equipo desplegado a partir de tres centrales (3-4-3). La contienda se fue apagando por las limitaciones barcelonistas y por el plan de contención del Sevilla. Al Barça, dominador y perseverante, le faltaba un pasador y puede que también un delantero diferente para descerrajar al empequeñecido Sevilla.
No había desborde en el equipo de Xavi, tampoco acababa de aparecer Pedri y había muchas dudas sobre el papel de Kessié. El técnico azulgrana, sin embargo, no tocó nada al descanso, porque la presión era continua y el ritmo sostenido de manera que el Sevilla no podía salir de su área a pesar de que había ganado velocidad con los cambios de Sampaoli.
El gol llegó de la manera más sorprendente por el giro y el toque de Kessié en el área después de recibir de Raphinha. Al volante no se le suponía un gesto técnico propio de Pedri que habilitó el zurdazo cruzado de Alba a la izquierda de Bono. La jugada obligó a cambiar al Sevilla. Nadie supo muy bien qué pretendía Sampaoli ni tampoco Jordan. El volante se pasó un buen rato intentando descifrar la chuleta que le había pasado Ocampos de parte del entrenador del Sevilla. El desconcierto sevillista culminó con el 2-0. Koundé profundizó para la carrera de Raphinha y el brasileño cruzó para la llegada de Gavi.
Raphinha fue decisivo en el 1-0, asistente en el 2-0 y autor del 3-0. Frenkie de Jong tocó para Jordi Alba y el centro del lateral fue rematado por el brasileño, que ha asumido la responsabilidad ofensiva después de la lesión de Dembélé. No hubo concesiones defensivas por parte azulgrana que permitieran dar fe de vida de un asustado Sevilla. Los andaluces intentan escapar de la cola mientras el Barça se encarama a la cima con un fútbol compacto y solvente en el inicio de la segunda vuelta de La Liga. La jornada demandaba un triunfo por la derrota del Madrid y por el adiós de Espinàs y el Barça respondió con grandeza y gratitud en el Camp Nou.
Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.