El Sevilla se come al United
El equipo andaluz vive otra noche histórica en su competición preferida para golear a un fallón equipo inglés y colarse por séptima vez en las semifinales, donde le espera la Juventus
El fútbol, tan maravilloso, elevó al Sevilla en su competición más querida. El seis veces campeón de la Liga Europa se comió a un gigante del fútbol mundial, el Manchester United, en un partido enorme, para colarse con toda justicia en las semifinales del torneo. Será la séptima para un equipo que se sobrepuso a una temporada discreta con un partidazo en una noche histórica y memorable, que su afición disfrutó de lo lindo....
El fútbol, tan maravilloso, elevó al Sevilla en su competición más querida. El seis veces campeón de la Liga Europa se comió a un gigante del fútbol mundial, el Manchester United, en un partido enorme, para colarse con toda justicia en las semifinales del torneo. Será la séptima para un equipo que se sobrepuso a una temporada discreta con un partidazo en una noche histórica y memorable, que su afición disfrutó de lo lindo. El United, uno de los ricos del fútbol mundial, fue apabullado por un Sevilla que cuajó el mejor partido de la temporada. Un derroche de intensidad, fútbol, presión y corazón para pasar por encima del United, tan presuntamente bueno como indolente.
Los ingleses habían eliminado previamente al Barcelona y al Betis. No pudieron con el corazón de este Sevilla rehabilitado por un técnico humilde, José Luis Mendilibar, que también vivió su jornada más gloriosa. Un Sevilla que recordó al de las mejores noches europeas para escribir una página más y brillante en su idilio con la competición en la que su mística se agiganta hasta límites insospechados. El Sevilla, enorme, por fin disfrutó este curso. Y que siga. En semifinales le espera, nada más y nada menos, que la Juventus. Y qué.
Toda una enciclopedia se podría escribir en torno a la relación del Sevilla con la Liga Europa. Como el Madrid en la Champions, el equipo andaluz florece cada mes de abril ofreciendo partidos deslumbrantes en la competición de la que es seis veces campeón, más que nadie. Y Nervión, su gente, huele las señales como nadie. Por eso cantó a la puerta de la casa de Antonio Puerta, cercana al estadio, héroe de los títulos de 2006 y 2007. Y ese ambiente de Nervión se transmite a los jugadores. Es el espíritu de Puerta, que transforma los poros de la piel de cada aficionado y de los jugadores que visten la camiseta del Sevilla. Por eso, y más allá de lo que pasara al final de la eliminatoria, cuando se conjuran Nervión y su gente todo puede ocurrir. Una simbiosis que supera cualquier debate futbolístico, puesto que una galaxia separa en fútbol al Sevilla del United, pero...
El primer tiempo del Sevilla fue primoroso. Un equipo hambriento de gloria que superó de principio a fin a un gigante inglés que, a pesar de sus ausencias, presentó un gran once inicial ante el equipo andaluz. El Sevilla, intenso y muy valiente, realizó una presión asfixiante a un United que no supo leer el partido. A los ocho minutos, Maguire, el capitán inglés, al que su propia afición dedica cánticos en su contra, perdió un balón ante el acoso de Lamela. La pelota le llegó a En-Nesyri, que superó con un suave disparo a De Gea, batido desde la entrada del internacional marroquí en el área con demasiada ventaja.
El Pizjuán estalló, engalanado de blanco, disfrutando de la astucia de Fernando, el poderío de Ocampos y el sentido que le dio al juego Rakitic. El United, tocado, no podía detener el aluvión de juego de un Sevilla nuevo, juvenil, con una vitalidad sorprendente ante lo que había mostrado durante toda la temporada. Con Eriksen fuera de foco, solo Casemiro, gracias a su enorme oficio, mantenía en pie al United. En el Sevilla, todo eran buenas noticias, salvo la lesión de Marcao, sustituido a los 27 minutos por Suso. Gudelj pasó a la defensa y Rakitic se dispuso a jugar de pivote.
El Sevilla incluso mejoró, siendo muy superior al conjunto inglés. A los 40 minutos, Ocampos hizo el segundo tanto, pero Acuña estaba ligeramente adelantado y el VAR anuló el gol. Todavía Casemiro sacó un gran disparo de Rakitic que se colaba. El Sevilla, dueño y señor, llegaba muy vivo a la segunda mitad. Ten Hag metió a Rashford en el campo, sin importarle que su estrella no estuviera totalmente recuperada de su lesión. Se encontró con otro gol del Sevilla en su primer acercamiento a la meta de De Gea. Un córner muy bien sacado por Rakitic —memorable partido el suyo— fue rematado por Badé con el hombro para colarse por la escuadra de la meta del portero español. Nervión estalló de felicidad. Badé, que había marcado en Valencia en la Liga, volvía a hacerlo ahora en los cuartos de la Liga Europa.
El Sevilla se sintió seguro con el 2-0, sin bajar un ápice su intensidad para ir navegando sin excesivos sobresaltos en busca del final del encuentro. Ten Hag, tirando de chequera, metió a Weghorst y Fred. Dio igual, el Sevilla siguió a lo suyo, derrochando energía y aprovechando los regalos de un rival desquiciado. De Gea hizo una de las suyas y falló en el control de un pelotazo. El balón le quedó muerto a En-Nesyri, que anotó el tercer gol para certificar el fantástico pase del Sevilla a las semifinales de su competición. Será la séptima de su historia. Siempre llegó a la final y la acabó ganando. Así se se mueve este equipo cuando huele la gloria. Las lágrimas de emoción y alegría inundaron el Sánchez Pizjuán.
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