Felipe Massa quiere el título que le ‘birló’ Briatore y que ganó Hamilton en 2008
El expiloto reúne a un grupo de abogados para esclarecer la legalidad del primer Mundial ganado por el británico en la última vuelta del GP de Singapur de hace 15 años
A quien crea que los desenlaces explosivos en la Fórmula 1 los inventaron Liberty Media y Max Verstappen le convendrá recuperar el de 2008, el que sirvió para confirmar ‘de facto’ la magia de Lewis Hamilton, que salió del circuito de Interlagos con la primera corona de las siete que luce su hoja de servicios, la única enfundado en el mono de McLaren. El trauma que le provocó aquel episodio a ...
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A quien crea que los desenlaces explosivos en la Fórmula 1 los inventaron Liberty Media y Max Verstappen le convendrá recuperar el de 2008, el que sirvió para confirmar ‘de facto’ la magia de Lewis Hamilton, que salió del circuito de Interlagos con la primera corona de las siete que luce su hoja de servicios, la única enfundado en el mono de McLaren. El trauma que le provocó aquel episodio a Felipe Massa, el perdedor del duelo con el británico fue tan profundo que, 15 años más tarde, el brasileño todavía se resiste a aceptarlo.
En este tipo de finales, en los que todo se juega a una carta o una carrera, uno sabe que la cosa traerá cola cuando la práctica totalidad de los aficionados retiene antes la imagen del desespero del bando derrotado que la alegría del ganador. El asunto todavía adquiere más teatralidad si el protagonista del recuerdo que permanece ni siquiera es uno de los concursantes, sino alguien del entorno. La fotografía que mejor ilustra el Mundial de aquel año es la de Luís Antonio Massa, padre de Felipe, más desencajado que el bailongo al que le abren las luces de la discoteca a traición mucho antes de lo que esperaba; al darse cuenta de que su hijo acababa de perder un título que en el box de Ferrari ya estaban literalmente celebrando. A Massa no le valió ganar la carrera porque Hamilton superó a Timo Glock en la última vuelta y cruzó la meta el quinto. Que la maniobra de ataque sobre el alemán de Toyota no se viera por la tele fue lo que dio paso al desconcierto absoluto que se apoderó del taller de la ‘Scuderia’.
Pues bien, cuando casi todas las partes implicadas en aquella coreografía ya hace tiempo que pasaron página, Massa aún se resiste a aceptar el resultado: según adelanta Autosport, el paulista ha reunido a un grupo de abogados con la intención de esclarecer si aquel título fue legítimamente ganado por Hamilton. “Hay reglas, y hay muchas cosas que no puedes cambiar 15 años después. Pero tengo la intención de estudiar la situación, aquello que dicen las leyes y el reglamento, para ver qué se puede hacer”, comentaba Massa al medio especializado que dio la noticia.
El embrollo no será fácil de resolver, dado que el foco de las pesquisas recae en un tercero. En este caso, Renault. Las esperanzas del expiloto se concentran en aquel infame ‘Singapur Gate’, en el que Nelsinho Piquet se estrelló adrede contra el muro y facilitó que Fernando Alonso, por entonces su vecino de taller, ganara la prueba. A pesar de que el conflicto se juzgó en su día –Flavio Briatore, director de la estructura francesa, fue expulsado de la F1–, Bernie Ecclestone, por aquel entonces patrón del Gran Circo, abrió la caja de pandora el mes pasado al declarar que el resultado de aquella prueba debería haberse neutralizado, una vez se descubrió la trama orquestada por Briatore. De haberse anulado estadísticamente, el campeón de ese 2008 habría sido Massa en vez de Hamilton. “En aquel entonces regía un principio que dictaba que la clasificación del campeonato no podía alterarse después de la gala de entrega de premios de la Federación Internacional del Automóvil [FIA] de final de año”, desvelaba Ecclestone, el mes pasado, al portal F1 Insider. “Sin embargo”, añade el británico, “de acuerdo con los estatutos, deberíamos haber cancelado la carrera en Singapur, de tal manera que, a efectos contables, no debería haber tenido ninguna incidencia. De ese modo, Felipe habría sido campeón y no Lewis”.
Ni después de haber celebrado su 92 cumpleaños y llevar retirado más de un lustro, Ecclestone puede reprimir su afán intervencionista, ese que le llevó a convertirse en una de las personas más influyentes del mundo del deporte de la segunda mitad del siglo XX.
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