Tadej Pogacar, una contrarreloj de 68 días hasta el Tour: “Son cosas que pasan”
El esloveno, con el escafoides roto en la Lieja y operado de urgencia por un cirujano belga, asume el accidente y busca una rápida recuperación en la que también confía su equipo para llegar a la ‘Grande Boucle’: “Hay tiempo, hay tiempo”
Louis Vervaeke, un ciclista que pasaba por ahí, habla de una puerta al infierno bordeada con pintura fosforescente, un boquete de un metro en el asfalto de las Ardenas que Remco Evenepoel libra ágilmente y en el que cae de pleno Mikkel Honoré, el danés del EF, y los dos neumáticos tubeless, sin cámara, de sus ruedas, tan rápidos, tan ligeros, tan frágiles, revientan con una explosión. El pelotón descendía. 70 por hora. “Oí un ruido horrib...
Louis Vervaeke, un ciclista que pasaba por ahí, habla de una puerta al infierno bordeada con pintura fosforescente, un boquete de un metro en el asfalto de las Ardenas que Remco Evenepoel libra ágilmente y en el que cae de pleno Mikkel Honoré, el danés del EF, y los dos neumáticos tubeless, sin cámara, de sus ruedas, tan rápidos, tan ligeros, tan frágiles, revientan con una explosión. El pelotón descendía. 70 por hora. “Oí un ruido horrible”, dice Remco Evenepoel, que pudo volverse y ver también en el suelo al rival, a Tadej Pogacar, una rueda reventada también, caído detrás del danés. En los 18 días que compitió el esloveno este año había ganado 12 carreras, incluido el Tour de Flandes. En el 19 se rompió. Antes de que la Lieja-Bastogne-Lieja entrara en harina, el duelo más esperado, la pelea entre los dos nuevos Eddy Merckx en el terreno que mejor les va ambos, se desvaneció. El belga, campeón del mundo, gana sin apenas competencia. “Qué mala suerte, qué lástima que él no pudiera terminar la carrera, pero así es esto. Todo el mundo puede caerse. Yo también he tenido una caída grave… Son cosas que pasan”.
Evenepoel se cayó por un puente el 15 de agosto de 2020 durante el Lombardía, se rompió la cadera y varios huesos más y no volvió a ponerse un dorsal hasta el Giro del 21, en mayo, nueve meses más tarde. Pogacar se ha caído el 23 de abril y se ha roto dos de los ocho huesecillos de la muñeca izquierda, el escafoides y el semilunar. Se ha retirado. Es la primera vez en su carrera que una caída le obliga a retirarse de una carrera. Puede casi contar sin necesidad de calculadora los días que faltan para que el 1 de julio comience el Tour en Bilbao, su objetivo número uno: 68 días.
“Son cosas que pasan”, dice también Pogacar en el primer post que publica en Instagram el lunes por la mañana, recién llegado a su Mónaco en vuelo desde Bruselas. A las frases les acompaña una foto, el ciclista sentado en una furgoneta con una risa espléndida –los dientes, intactos, no se vieron afectados por la caída, al menos—exhibiendo un brazo izquierdo escayolado hasta el codo, los cinco dedos libres, el pulgar rojísimo, y parece un niño que se acaba de romper el brazo y está feliz porque en su escayola va a firmar media clase y a dibujar chorradas, y va a ser el rey de lugar. “He tenido suerte. La caída fue tremenda y solo me he roto la muñeca. Enhorabuena a Remco, la pelea tendrá que esperar”.
Inmediatamente tras la caída, el médico del UAE, su equipo, Adrian Rotunno, habla con un colega que le recomienda que le opere el doctor Joris Duerinckx, un cirujano especialista en mano y muñeca que justamente trabaja en un hospital de Genk, a 50 minutos de Lieja. No ha anochecido el domingo aún cuando el equipo publica las primeras fotos y lanza un comunicado: “La operación ha sido un éxito”. “Tadej sufría una fractura conminuta [en varios fragmentos] del hueso escafoides cuya reparación requirió una osteosíntesis con un tornillito canulado, sin cabeza, introducido enteramente para realinear los trocitos y el hueso queda estable”, explica después Rotunno. “Se calcula un periodo de recuperación de seis semanas, aunque comenzará inmediatamente con el proceso de rehabilitación y a hacer rodillo”. La recuperación la hará dirigido por el especialista valenciano Víctor Moreno.
Cuando el cirujano le explica el procedimiento a Rotunno lo hace como si fuera un orfebre describiendo un trabajo minuciosísimo para alinear y engarzar pequeñas piezas, casi el puzzle de un huesecito semicircular, en forma de barco, de 3 por 1,5 centímetros. Un trabajo delicado en una zona muy complicada para una síntesis de la fractura que permite rehabilitación temprana al estabilizar los fragmentos.“Y esto, el que fuera una fractura múltiple, nos obliga a extremar las precauciones”, dice Mauro Gianetti, el dueño del UAE. “Hasta dentro de 10 o 15 días no podrá hacer rodillo y no más de dos horas al día”, dice Gianetti. “Pero hay tiempo para el Tour, hay tiempo. Tenemos confianza en que habrá tiempo”.
Después del posoperatorio inmediato Pogacar llevará dos o tres semanas una férula de muñeca de antebrazo, con el primer dedo inmovilizado. “Un par de semanas de precaución y fuera. A partir de ahí, tira para adelante”, dice González Lago, traumatólogo del Baskonia. “Un tenista, a la semana está jugando al tenis con escafoides y tornillos canulados. Los tornillos intraóseos estabilizan muy bien las fracturas”.
“El mayor riesgo con la fractura del escafoides y el semilunar, que está al lado, y es rarísimo que se rompan los dos, es que deje de irrigar la arteria que pasa por allí. Por eso se deben operar y no esperar a ver qué pasa. En un deportista élite no te la puedes jugar”, añade González Lago, que ha operado los huesos rotos de muchos ciclistas. “Y el semilunar también tiene mucho riesgo de necrosis. Los dos huesos son huesos de riesgo. Uno, porque la fractura no consolida el escafoides, y otro porque se necrosa el hueso. Y, seguramente, también habrán tenido que suturarle el ligamento escafolunar, muy importante porque da estabilidad a toda la muñeca, y su cicatrización requiere dos semanas mínimo”.
La gente de su equipo repite el mensaje, lo corrige y lo aumenta. “Ha sido una suerte que solo se rompiera la muñeca y que la caída haya sido el día que ha sido, justo cuando, pasada la Lieja, iba a comenzar una semana de descanso, sin bici”, dice Andrea Agostini, uno de los responsables del UAE. En vez de pasar esta semana en Washington, donde el embajador de Francia en Estados Unidos le había invitado a pasar unos días y el viernes iba a lanzar la primera bola en el partido de béisbol entre los Nationals y los Piratas de Pittsburgh, Pogacar la pasará tranquilo y reposado en Mónaco arrullado por su novia, Urska Zigart, ciclista también, y guitarrista. “Estamos convencidos de que la fractura no afectará apenas a su preparación para el Tour ni pondrá en peligro su participación en el Tour de Eslovenia a mediados de junio. Lo que sí que obligará será, quizás, a rediseñar la concentración prevista en Sierra Nevada”.
Dentro de cinco semanas, la primera de junio, Pogacar volverá a salir a la carretera en bici. O antes, porque a él, más que a ninguno, se le aplica la regla de lo diferentes que son de los humanos los mejores deportistas, y cinco semanas pueden ser tres o dos. “Es cuestión de memoria celular”, dice Pedro Celaya, médico deportivo. “Con un parón de tres-cuatro semanas perderá forma, pero tiene tan buena genética y confianza que la recuperará mucho antes. Los supertalentos recuperan más rápido, la naturaleza también les ha bendecido con eso. El bueno es bueno en todo”.
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