Carlos Alcaraz, el nuevo imán popular
El tenista murciano, reclamo para las marcas y el aficionado, es el deportista español que más ha disparado su fama: de un 29% a un 72% en solo dos años
Día tras día, un nutrido grupo de aficionados se agrupa ante el vallado que protege la salida de los tenistas tras los entrenamientos en la Caja Mágica. Lo hace con puntualidad británica. A eso de la una, Carlos Alcaraz –6-2 y 7-5 a Grigor Dimitrov, en dirección ya a los octavos– suele enfilar el túnel que le conduce hacia el vestuario y es entonces cuando empiezan las carreras y los remolinos, algún que otro empujón y la picardía de algunos para situarse en prim...
Día tras día, un nutrido grupo de aficionados se agrupa ante el vallado que protege la salida de los tenistas tras los entrenamientos en la Caja Mágica. Lo hace con puntualidad británica. A eso de la una, Carlos Alcaraz –6-2 y 7-5 a Grigor Dimitrov, en dirección ya a los octavos– suele enfilar el túnel que le conduce hacia el vestuario y es entonces cuando empiezan las carreras y los remolinos, algún que otro empujón y la picardía de algunos para situarse en primera línea y lograr así el ansiado objetivo: un autógrafo, una foto, un saludo. Cualquier cosa vale, siempre y cuando lleve adherido el sello personal del murciano, imán para la gente y también para las marcas.
“Es una locura”, agradecen desde la organización del torneo de Madrid, encantados con el enorme tirón que posee el nuevo juguete del circuito. Aquí y allá, Alcaraz es reclamado y señalado, mientras su entorno trata de blindarle al entender que la ola puede llevarse una carrera de oro por delante. “Tiene 19 años”, recuerdan desde su círculo, conscientes del impacto generado en los últimos tiempos por el chico, en lo deportivo y lo comercial, igualmente desde una óptica popular. Hoy por hoy, no es solo el joven con mayor proyección mediática y profesional del tenis, sino uno de los deportistas que mejor conecta con las nuevas generaciones, con esa jugosa masa juvenil que trata de captar todo el mundo.
En solo dos años, Alcaraz ha duplicado su fama entre la población. Así lo establece un estudio compartido con EL PAÍS por la multinacional española Personality Media, especializada en el análisis de personajes públicos. Los datos apuntan que en los dos últimos años, el tenista de El Palmar ha pasado a ser conocido por un 72% de la población de el país, cuando a finales de 2021 apenas alcanzaba un 29%. Su explosión definitiva se produjo en marzo del año pasado, al conquistar el Masters de Miami, y a continuación su perfil fue redimensionándose con las victorias en Barcelona y Madrid; el gran petardazo, no obstante, llegó en Nueva York, donde logró su primer grande y se convirtió en el número uno más joven de la historia.
De la noche a la mañana, Alcaraz –citado el martes con Alexander Zverev– se ha convertido en un atractivo sin igual entre los deportistas españoles para las nuevas audiencias; ninguno, subraya el estudio –efectuado entre mayores de 16 años y que mide hasta 18 atributos de imagen y publicitarios–, ha crecido de forma similar. Eso sí, Rafael Nadal sigue al frente; hasta un 98% de los consultados conoce al campeón de 22 grandes, ausente en Madrid por una lesión en el psoas ilíaco y que apura los días para tratar de llegar a punto a Roland Garros.
El interés por el tenis
“Intento tomármelo con naturalidad. Pese a todo lo que estoy viviendo, trato de ser el mismo Carlitos de siempre”, matiza el protagonista, que estos días acapara casi todas las miradas en Madrid. Sin el balear ni tampoco Novak Djokovic en escena, él es el principal gancho del torneo, como ya sucediera antes en el Godó y también a su paso por Buenos Aires, Río, Indian Wells o Miami. Hoy día, su imagen crece de manera exponencial porque reúne, según Personality Media, los condimentos de una figura “saludable (8,5 de promedio en la calificación), profesional (8,3), y vital (8,3)”, con capacidad de “liderazgo (7,5)” y los valores necesarios para ser un “modelo a seguir (7,6)”.
Su furibunda irrupción en el circuito de la ATP ha venido acompañada de un repunte relevante en el seguimiento de su deporte la temporada pasada. Un 45% de los menores de 30 años consultados declaran su interés por la competición, en un porcentaje sensiblemente superior a los registrados desde 2015 (33%, 36%, 32%...); sucede lo mismo con las personas mayores de 45 años, que alcanzan un pico del 54%, la cifra más elevada hasta la actualidad. Alcaraz, por tanto, ha actuado de revulsivo en un contexto dominado con puño de acero por Nadal (36 años), Federer (41) y Djokovic (35) durante las dos últimas décadas.
“He escuchado esa palabra [Carlosmanía] bastantes veces... Sí, creo que sí puede haberla”, contestó tras sortear a Dimitrov. “Se refleja en los partidos y en los entrenamientos. Noto que hay mucha gente detrás de mí, apoyándome en cada partido y en cada entreno. Me agrada saberlo. Cuesta normalizarlo; cuesta normalizar que haya tanta gente detrás de mí porque hasta hace nada era yo el que veía a los grandes desde las gradas”, se refirió a la asistencia de varios futbolistas del Real Madrid –Rodrygo, Ceballos, Vinicius y Valverde– para verle en acción.
Sigue Alcaraz multiplicándose y engatusando a la grada de la Caja Mágica, donde este domingo logró el pase a los octavos, por primera vez, el mallorquín Jaume Munar (3-6, 6-3 y 6-1 a Matteo Arnaldi); se unió a él de madrugada el malagueño Alejandro Davidovich, superior a Holger Rune en un pulso muy tenso (7-6 (1), 5-7 y 7-6(5). No logró avanzar Roberto Bautista, derrotado por Karen Khachanov (7-5, 4-6 y 6-3). Hoy intervendrán Paula Badosa (no antes de las 16.00, Teledeporte; contra Maria Sakkari) y Bernabé Zapata (hacia las 15.00, Movistar y Tdp; frente a Roman Safiullin).
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