El adiós de Miguel Cabrera, leyenda viva del béisbol
El pelotero venezolano ha sido ovacionado en todos los parques de la Major League de Estados Unidos, donde acumuló números históricos
Después de 20 años de asombrosa carrera profesional, el beisbolista venezolano Miguel Cabrera se retira de Major League Béisbol (la NBA del béisbol estadounidense) bajo una ovación general en Comérica Park, la sede de los Tigres de Detroit. Cabrera también fue homenajeado en los estadios de las ciudades estadounidenses por cada uno de los equipos que pertenecen a la mejor liga de béisbol del mundo en sus últimas semanas de jugador ac...
Después de 20 años de asombrosa carrera profesional, el beisbolista venezolano Miguel Cabrera se retira de Major League Béisbol (la NBA del béisbol estadounidense) bajo una ovación general en Comérica Park, la sede de los Tigres de Detroit. Cabrera también fue homenajeado en los estadios de las ciudades estadounidenses por cada uno de los equipos que pertenecen a la mejor liga de béisbol del mundo en sus últimas semanas de jugador activo. Con 40 años, había declarado que este sería su último de jugador profesional. Uno de los peloteros mejor pagados de MLB, “cuelga los spikes” dejando tras de sí una inusual y asombrosa cosecha de lauros en el sector ofensivo, que lo han convertido en uno de los mejores bateadores de la historia de la liga, de más de un siglo de existencia, y en una leyenda viva de este deporte.
Sus números, en un disciplina en el cual las estadísticas tienen un peso interpretativo fundamental en el desempeño de un jugador, son asombrosos: una triple corona de bateo (únicamente alcanzada por diez peloteros en más de un siglo, la primera en 55 años y la primera que logra un latinoamericano); 3.000 hits y 500 jonrones vitalicios (tercer jugador de béisbol que lo logra en 150 años); cuatro campeonatos de bateo y 11 series finales de campeonato; dos premios al Más Valioso o MVP; 12 veces seleccionado para el Juego de Estrellas de MLB; cuatro veces campeón de jonrones de la Liga Americana.
Cabrera es el segundo latinoamericano con más sencillos conectados en la historia del béisbol estadounidense, detrás del dominicano Albert Pujol. Sus números personales en otras variables del bateo (dobletes, triples, carreras anotadas e impulsadas) ocupan los primeros puestos de todos los tiempos en la historia de MLB, una liga tutelar en el mundo del béisbol, con muchos peloteros importados latinoamericanos, canadienses, japoneses y coreanos, que es muy popular también en países como la República Dominicana, Cuba, Panamá, Venezuela, Nicaragua, Puerto Rico, Canadá, México, Taiwán, y en menor medida, Colombia, Australia y las Antillas Holandesas.
Son muchos los que dan por descontado el ingreso de Cabrera al Salón de la Fama del Béisbol, en Cooperstown, para lo que será elegible cinco años después de su retiro, en vista de la rotundidad de sus números y su buen desempeño extradeportivo. En algunas notas informativas, Cabrera es presentado ya como “próximo integrante del Salón de la Fama del MBL”. Sería el segundo venezolano en lograrlo, después de Luis Aparicio, en 1984.
El único detractor de Cabrera ha resultado ser Juan Vené, también venezolano, un veterano periodista muy conocido en el mundo del béisbol en los Estados Unidos, integrante de la élite especializada que emite los votos para evaluar a los grandes peloteros retirados de todos los tiempos en Cooperstown, quien hizo algunas objeciones al jugador en lo defensivo, y que ha afirmado que aún “no sabe” si le dará el voto en las papeletas, lo que ha desatado una tormenta. La postura de Vené ha generado indignación en las redes sociales y en los seguidores locales.
Nacido en la ciudad de Maracay, en el centro norte del país, en 1983, Cabrera – un pelotero de 1,90 metros y enorme corpulencia- debutó como profesional en 2003 con los Tigres de Aragua –el equipo de la ciudad, club donde también es venerado, y al cual ayudó a obtener varios campeonatos de la liga local- y casi inmediatamente tuvo un ascenso meteórico y muy poco común a la MLB, de la cual se iba a convertir en uno de sus símbolos globales, recibiendo ese mismo año un contrato para debutar con los Marlins de Florida.
Jugador de la primera y la tercera base, a la defensiva, en ocasiones en el jardín derecho o el jardín izquierdo en los outfildes, después de jugar cuatro años en Florida, Cabrera fue adquirido en 2008 por los Tigres de Detroit, uno de los más antiguos de la liga, donde cosechó la mayoría de sus logros, convirtiéndose a partir de entonces en un ídolo y un patrimonio de la ciudad.
“Ha sido increíble ver a Cabrera superando a tantos nombres, tantos récords, en las listas de jugadores de todos los tiempos. Pero más impresionante ha sido cómo ha manejado la atención tras bastidores”, apuntó el viernes Scott Harris, presidente de operaciones de Detroit, al comentar su conducta fuera del terreno. “Estoy honrado de tenerlo como parte de nuestra gerencia y sé que continuará haciendo mejores a los Tigres en su nuevo rol”.
El retiro de Cabrera ha sido noticia en todos los medios de Estados Unidos, además de festejado de manera unánime y recibido con enorme orgullo por prácticamente toda la sociedad venezolana, país en el cual el béisbol sigue siendo el deporte más popular y practicado en todas sus capas sociales. Cabrera viajará a su país a finales de este año para ser homenajeado por la Liga Venezolana de Beisbol Profesional.
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