Terremoto en el golf: Jon Rahm ficha por LIV, la Liga saudí
El golfista vasco, número tres mundial y ganador de dos grandes, se une al revolucionario proyecto con un contrato récord que puede alcanzar los 500 millones de euros
Terremoto. Bombazo. El titular que casi nadie hubiera imaginado: Jon Rahm ficha por LIV, la Liga saudí de golf. El jugador vasco, de 29 años, número tres del mundo y ganador de dos grandes, ha alcanzado un acuerdo para incorporarse al revolucionario proyecto que desde hace dos cursos ha partido en dos al golf, inmerso en una lucha entre el nuevo actor y los tradicionales circuitos, estadounidense y europeo, un conflicto del que aún no se ve la luz pese al compromiso de paz alcanzado en junio. En pl...
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Terremoto. Bombazo. El titular que casi nadie hubiera imaginado: Jon Rahm ficha por LIV, la Liga saudí de golf. El jugador vasco, de 29 años, número tres del mundo y ganador de dos grandes, ha alcanzado un acuerdo para incorporarse al revolucionario proyecto que desde hace dos cursos ha partido en dos al golf, inmerso en una lucha entre el nuevo actor y los tradicionales circuitos, estadounidense y europeo, un conflicto del que aún no se ve la luz pese al compromiso de paz alcanzado en junio. En plenas negociaciones entre los dos bandos para ir de la mano en la explotación del negocio, el fichaje de Rahm es un movimiento estratégico que refuerza el poder de LIV y a la vez puede conducir más que nunca a un pacto. El circuito americano, PGA Tour, ve alejarse a una estrella mundial pese a que el español se desmarcó muchas veces del nuevo modelo.
El fichaje no impedirá a Rahm, que fue número uno mundial durante 52 semanas, jugar los grandes: puede disputar el Masters de por vida, el US Open hasta 2031, y el Open Británico y el PGA durante cuatro años más. Y está por ver qué pasará con el resto del calendario, en función del acuerdo que suscriban las dos partes (el límite es el 31 de diciembre). En cualquier caso, Rahm se convertirá en el deportista español mejor pagado gracias a un vínculo que puede rondar los 500 millones de euros por su llegada y por los derechos de propiedad del equipo que pasará a capitanear, el mayor pelotazo de LIV. Y atrapa además uno de los mayores contratos en la historia del deporte.
El discurso de Rahm se ha ido suavizando desde un tono muy áspero al inicio del conflicto hasta el aire conciliador de los últimos meses. “Declaro mi lealtad más absoluta al PGA Tour. Creo mucho en el trabajo de Jay Monahan [el comisionado]. No pienso que la Liga saudí sea algo beneficioso para mí. Te lanzan cifras para engatusarte. Yo estoy para hacerme un nombre. Crecí viendo a muchos grandes golfistas jugar grandes torneos y solo busco formar parte de ese legado. Eso tiene mucho más valor que el dinero”, expresó en febrero de 2022. Cuatro meses después, antes de defender la corona del US Open, lanzó un contundente alegato muy elogiado por los rectores del circuito estadounidense por su profundidad y por pronunciarlo en un momento de fuga de estrellas. “Nunca jugué al golf por dinero, compito por amor al deporte. Tres rondas sin corte no es golf y yo quiero jugar contra los mejores del mundo en un formato que se usa desde hace cientos de años. Los premios son excelentes, pero, ¿mi estilo de vida cambiaría si tengo 400 millones? No, ni lo más mínimo. Podría retirarme ahora mismo y tener una vida muy feliz. No me sorprende que muchos se vayan. Cientos de millones son una gran razón. A mí me atrae la historia. Seve, Nicklaus… eso es algo más que el dinero, es ser campeón con la historia detrás. Por eso mi corazón está con el PGA Tour. Para mucha gente tres o cuatro años en la Liga saudí valen la jubilación. Bien, son una maldita razón. La mayor parte de la población se iría”.
Greg Norman, consejero delegado de la Liga saudí, intentó pescarle. “En vez de convencerme con la historia del golf, con lo que amo, me empezó a mandar números, números y números. Mi respuesta fue que hablara con mi mánager. Y a él le dije que eso no me atraía”, contó Rahm meses después. Tampoco funcionaba el gancho de Phil Mickelson, una de las estrellas de LIV y el gran padrino de Rahm en sus inicios en Estados Unidos.
La última versión era la de un golfista dispuesto a tender puentes, sensible sobre todo con el caso de Sergio García, excluido de la Ryder por su marcha a LIV y su salida del circuito europeo. “Me gustaría que se encontrase un modelo en que pudieran coexistir los circuitos, que se sienten a hablar. No me parece bien que el PGA y el European Tour les den la espalda a los jugadores que se han ido. Simplemente se van a una nueva oportunidad. Lo que tengo claro es que LIV Golf ha venido para quedarse, no se van a ir. Ojalá tengamos cierta paz”, afirmó en el British del curso pasado. Y lamentó el castigo a García: “Es estúpido no contar con él. Me jode que no esté en la Ryder. Que por tonterías no pueda jugar me cabrea más. Sergio ha dedicado su vida al circuito europeo y le dan la espalda. Me da pena que la política se haya metido por medio”.
El volante acabó de girar cuando en junio de 2023 se anunció la creación de una entidad única para gestionar el golf mundial y el supuesto fin de la guerra. Los jugadores no fueron informados de las negociaciones cuando algunos, como en el caso de Rahm, habían abanderado la causa del PGA frente a LIV. Ese pacto secreto irritó al jugador vasco: “Mucha gente se siente traicionada, ese no es el consenso. Entiendo el secretismo pero no es fácil, como jugador que ha estado involucrado, despertar un día y ver esta bomba. Es una incertidumbre que no nos gusta”.
Rahm ha coronado en 2023 el mejor año de su carrera en cuanto a resultados: cuatro victorias individuales, entre ellas el Masters de Augusta, además de la Ryder Cup en que ejerció de gran líder europeo. Se estrenó el 8 de enero en el Sentry Tournament of Champions (2,7 millones de dólares de bote), el 22 de ese mes repitió bingo en el American Express (1,4 millones) y el 19 de febrero en el Genesis Invitational (3,6). Y el 9 de abril, la chaqueta verde del Masters (3,2 millones), su segundo grande tras el US Open de 2021. Fue décimo en el Abierto estadounidense y segundo en el Open Británico en el Grand Slam esta campaña. En 22 citas, el vasco coleccionó cuatro triunfos, 12 puestos entre los 10 mejores y solo un corte fallado, en el Travelers, además de una retirada por enfermedad en The Players. Su cuenta corriente engordó con 17 millones en el circuito americano (el número uno mundial, Scheffler, escaló hasta los 21), su curso más jugoso, un subidón en premios en el PGA Tour derivado de la competencia con la Liga saudí y la consideración de unos torneos como elevated. Desde que se hizo profesional en 2016, Rahm ha ganado 51 millones de dólares por sus resultados en la élite. Este ejercicio además se benefició de un bonus de otros nueve millones por su valor como imagen del circuito, por los 15 de Rory McIlroy y los 12 de Tiger Woods.
Entre medias del curso finalizado y antes del siguiente, Rahm ha renunciado a defender el título del American Express (18-21 de enero) y a participar en la Liga de Tiger, un espectáculo que mezcla golf real y virtual y programado durante 15 lunes del año, finalmente aplazado hasta 2025. “Ahora mismo requiere un nivel de compromiso que no puedo ofrecer”, argumentó. También dejó de lado la opción de sustituir a McIlroy como miembro de la junta de gobierno del PGA Tour, por la cantidad de reuniones y llamadas que debería asumir: “No estoy aquí para eso”. Se cocinaba ya el gran terremoto.
El cuarto español tras Sergio García, Chacarra y David Puig
La Liga saudí ha anunciado para su tercera temporada un calendario que contempla 12 paradas entre el 2 de febrero y el 18 de agosto de 2024: Mayakoba, Las Vegas, Arabia Saudí, Hong Kong, una cita en EE UU con sede por confirmar, Adelaida, Singapur, Houston, Nashville, Valderrama (del 12 al 14 de julio), Rocester y Greenbrier, a las que añadir una final individual y otra por equipos sin asignar aún en el calendario.
Tres golfistas españoles, Sergio García, Eugenio López-Chacarra y David Puig, comparten equipo con el mexicano Abraham Ancer, los Fireballs, y se alistan en LIV junto a pesos pesados como Phil Mickelson, Dustin Johnson, Bryson DeChambeau, Cameron Smith (fichado cuando era número dos mundial y ganador del 150º Open Británico en Saint Andrews) y Koepka (el único que ha conquistado un grande, el PGA de 2023, desde su marcha al proyecto saudí). Rahm es la joya de la corona.
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