Mundial de ajedrez | Gukesh, de 18 años, es el nuevo campeón porque Ding se derrumba en la última partida
El chino logra una posición ventajosa pero renuncia a ganar y luego comete un error letal cuando podía empatar
La fuerza mental ha convertido a Dommaraju Gukesh, de 18 años, en el campeón del mundo más joven de la historia y en el sucesor como ídolo nacional en India del pentacampeón Viswanathan Anand. Su rival, el chino Liren Ding logró una posición claramente ventajosa en la última partida del duelo de Singapur, pero, agarrotado por la tensión, renunció a intentar ganarla y luego se derrumbó. Tras vencer por 7,5 a 6,5, Gukesh cobrará 1,3 millones de euros; Ding, 1,1.
La primera reacción del nuevo rey del tablero fue ejemplar en cuanto a deportividad. Se refirió así a la crisis de salud y de juego que su rival ha sufrido desde que logró el título, en abril de 2023, e incluso antes, durante la pandemia en China: “Todos sabemos quién es Ding, lo mucho que ha tenido que soportar en los últimos años, bajo tremenda presión. Él sigue siendo para mí un verdadero campeón del mundo. Pero está claro que aquí no estaba en su mejor forma. Aun así, ha luchado muchísimo en cada partida. Y eso es lo primero que quiero subrayar”.
A continuación, el indio explicó así por qué es el nuevo campeón: “Es un milagro, y por tanto, se lo debo, sobre todo, a Dios. El hecho de que ganase el Torneo de Candidatos en Toronto [el pasado abril] y lo que he logrado aquí solo puede ocurrir con la ayuda de Dios”.
Previamente, Ding pronunció unas palabras a duras penas antes de abandonar la conferencia de prensa: “Me resulta difícil asumir que no habrá partida mañana. Pero pienso seguir jugando al ajedrez y demostrar que puedo hacerlo mucho mejor que en este duelo”, acertó a balbucear antes de levantarse, estrechar de nuevo la mano del vencedor y reunirse con su madre y su equipo.
La evolución de la partida no permitía predecir lo que ocurrió, sino más bien todo lo contrario. Como siempre, Gukesh entró al escenario a toda velocidad mientras sus seguidores lo vitoreaban, como si llegase tarde (en realidad, eran las 16.52, y las presentaciones protocolarias empiezan a las 16.55). Es una de las consecuencias de su trabajo con el prestigioso psicólogo sudafricano Paddy Upton, de 56 años, famoso por sus éxitos con las selecciones nacionales de críquet de India y Suráfrica, quien atendió a EL PAÍS durante los primeros minutos de la partida.
“Yo no tengo ni idea de ajedrez, pero hay elementos que son comunes a todos los deportes. Y en el ajedrez el control mental es, obviamente, más importante aún que en cualquier otro. Es fundamental que nada rompa la concentración en ningún sentido, ni por exceso de optimismo, como puede ocurrir cuando los fans son muy cariñosos, ni por tristeza, cuando algo sale mal”, explicó.
¿Algún consejo especial cuando el título mundial depende de una sola partida, la última lenta del duelo? “No. Precisamente sería un error, muy frecuente por otro lado, enfatizar lo mucho que se juega hoy. Hicimos un plan psicológico para el duelo entero, de principio a fin, fuera como fuese su evolución. Así se consigue una estabilidad apropiada”.
Precisamente la estabilidad del indio y la que no tiene el chino fueron los factores que explican lo que ocurrió y —justo lo contrario— lo que debería haber ocurrido en buena lógica. Para empezar, porque Gukesh y su entrenador principal, el polaco Grzegorz Gajewski, otros días muy acertados en la elección de la apertura, se equivocaron claramente en el día más crucial: la posición tras solo 12 movimientos encajaba mucho mejor con el estilo del campeón.
Y el aspirante lo confirmó claramente con su movimiento 13: en lugar de buscar un contrajuego agudo, se quedó pasivo. Pero entonces ocurrió algo que pasará a la historia como una de las claves de este Mundial: el plan más lógico de Ding, muy fácil de ver para él, le hubiera dado una clara ventaja, y además a largo plazo, como subrayaron varios grandes maestros que comentaban la partida en directo. Sin embargo, el chino eligió otro, anodino, que daba un importante respiro a su rival. Y por si hubiera alguna duda, su decimonoveno lance expresó claramente que su intención era hacer tablas lo antes posible, a pesar de que todavía disponía de una continuación que le daría pequeña ventaja.
Parecía que el resto iba a ser un rollo patatero, con juego muy técnico. Pero Gukesh empezó a exprimir cada detalle de su ligera superioridad (insuficiente para ganar ante una defensa correcta). Y, al mismo tiempo, el reloj también apretaba al chino.
El gran maestro húngaro Peter Leko, subcampeón del mundo en 2004, ahora comentarista en directo para Chess24 fue el primero en darse cuenta de que el campeón aún vigente corría serio peligro: “¿Por qué demonios Ding se ha mostrado tan vulnerable cuando podía jugar a ganar sin apenas riesgo? Hoy, Gukesh se ha mostrado fuerte, aguantando bien los nervios en una posición inferior. Y Ding débil, no buscando la victoria cuando podía hacerlo”.
Pero, aún así, el resultado lógico era, sin duda alguna, el empate, porque la posición resultaba demasiado simple para que una estrella de la categoría de Ding pudiera perderla. Sin embargo, el chino confesó después que en su cabeza sobrevolaba el recuerdo de una posición de tablas que perdió en la Olimpiada de Ajedrez hace dos meses ante el vietnamita Quang Liem Le.
Ding explicó así el momento en que el mundo se le cayó encima: “Me di cuenta de mi error al ver que Gukesh hacía gestos de gran alegría”. Pero, pocos segundos antes, el indio estuvo muy cerca de hacer otra jugada porque no había visto la ganadora: “De pronto la vi, y ese es el momento más feliz de mi vida”.