El Barcelona sale del coma ante el Real Madrid
Los azulgrana, que llegaban en descomposición, vencen gracias al liderazgo de Laprovittola y la muñeca de Vesely: 83-78
El peor Barça en mucho tiempo pudo con el mejor Madrid de la historia. Decía el planillo que el conjunto blanco acumulaba 74 duelos ganados en un año natural, con 33 de 35 triunfos en este curso. Decía el guion, además, que los azulgrana llegaban en descomposición, con un saldo de tres victorias en 10 envites. Pero a veces las pistas llevan a engaño. Porque el Barça recobró el pulso ante el archienemigo; porque Vesely impuso su ley; y porque un c...
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
El peor Barça en mucho tiempo pudo con el mejor Madrid de la historia. Decía el planillo que el conjunto blanco acumulaba 74 duelos ganados en un año natural, con 33 de 35 triunfos en este curso. Decía el guion, además, que los azulgrana llegaban en descomposición, con un saldo de tres victorias en 10 envites. Pero a veces las pistas llevan a engaño. Porque el Barça recobró el pulso ante el archienemigo; porque Vesely impuso su ley; y porque un clásico tiene vida propia.
Eso se advirtió en los aledaños del Palau antes del choque, donde los Dracs —facción azulgrana más animosa del Palau— montaron una buena jarana y gritaron a los cuatro vientos que su condición de hincha no varía en función de si la pelota entra o no. “¡Madridista el que no bote es, es!” fue uno de los cánticos más celebrados. Era, como reza la canción, Un dia de partit, y era de los grandes porque el Madrid volvía a La Galia tras dar buena cuenta de los azulgrana en tres ocasiones en el curso: Supercopa, ACB y Euroliga.
El toque de atención a la plantilla azulgrana por parte de la directiva tras dos palizas sonoras y expresivas, de 20 puntos ante el Unicaja y el Mónaco, y la advertencia del técnico de que antepondría la meritocracia a los galones, hizo mella en los jugadores, de nuevo enérgicos y combativos, al fin gallardos ante las adversidades. Vesely se expresaba con los tiros de media distancia y Kalinic y Parker sumaban desde el perímetro. Poca cosa, sin embargo, para un Madrid que encontró en Musa a su Curry, Allen o Miller porque encestó cuatro de sus cinco primeros triples —13 puntos en el primer cuarto—. Eso, aliñado con las canastas de Ndiaye, bastó para sofocar al Barça. Pero lo que rebajó el Madrid lo agitó el colegiado, que pitó una técnica a Grimau y aceleró el latido del Palau, también de unos jugadores que acabaron los antipasti con hambre (21-25).
Salió entonces Laprovittola, picajoso tras el coscorrón de Grimau al no ponerlo en el quinteto inicial. No solo hizo de anotador y de crupier sino que también fue líder porque le echó una bronca morrocotuda a Parra después de que el equipo encajara varias veces consecutivas en la continuación. Así, a cada ocasión que el Barça se acercaba, el Madrid sacaba el látigo. Ora el Chacho con sus bandejas; ora Poirier con un mate; ora Lull con sus triples... Pero Vesely seguía en sus trece con los tiros de media distancia y Brizuela hizo chof desde su casa sobre la bocina para llegar al entreacto con todo por decidir (45-47).
Un triple de Kalinic puso por delante al Barça en la reanudación, la primera vez que ocurría en el duelo. Replicó Hezonja con otra diana desde el extrarradio, pero los de Grimau ya estaban en llamas con la energía de Parra y la fiabilidad de Vesely, al fin todos a una en el ejercicio defensivo. No quiso ser menos el Madrid y el cuarto se cerró con 15 puntos por bando, un 60-62 antes del último capítulo. Un clásico en el epílogo.
Se mascaba la tensión y Laprovittola destapó la adrenalina del Palau al encararse con el Chacho tras una canasta, de que el blanco sacara el brazo a pasear. No dieron técnica y ardió el pabellón —”¡así, así, así gana el Madrid!”, se cantaba—, al tiempo que el madridista fallaba tres tiros seguidos. No así un Vesely que se hacía el rey bajo los aros, que se convertía en el King Kong de un equipo que recordaba al del inicio de curso, con gazuza y ambición, lejos de la reciente versión de garrafón. A falta de seis minutos, el Barça vencía por 10 (72-62). Y ya no varió el asunto, por más que Causeur protestara de tres o Musa peleara por su MVP. No pudieron con Vesely ni con el Barça, con un equipo que en el clásico salió del coma.
BARCELONA, 83; R. MADRID, 78
Barcelona: Satoransky (2), Kalinic (13), Da Silva (2), Parker (10) y Vesely (27) —quinteto inicial—; Jokubaitis (4), Paulí (0), Laprovittola (14), Willy Hernangómez (6), Parra (2) y Brizuela (3).
Real Madrid: Campazzo (6), Musa (19), Abalde (3), Ndiaye (4) y Tavares (6) —quinteto inicial—; Causeur (2), Hezonja (16), Sergio Rodríguez (7), Poirier (6) y Llull (9).
Parciales: 21-25, 24-22, 15-15 y 23-16.
Árbitros: E. Mogulkoç (Tur), M. Difallah (Fra) y K. Konstantinovs (Let). Sin eliminados.
Palau Blaugrana. 7.596 espectadores.
Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook y X, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.