El Athletic remonta dos goles ante el Betis antes del descanso
Willian José e Isco adelantaron a los béticos antes de los 10 minutos, pero reaccionaron los rojiblancos para vencer
El último día de la Aste Nagusia, mientras Marijaia bajaba los brazos y los últimos recalcitrantes remoloneaban sin querer marcharse de las txoznas, San Mamés vivió una locura en la primera parte que jugaron el Athletic y el Betis. Un tobogán de emociones para los seguidores rojblancos y la nutrida parroquia bética que acudió a la Catedral.
Para los diez minutos, los bilbaínos estaban en depresión y los visitantes eufóricos con dos goles verdiblancos en un ejercicio de claridad atacante y calidad de sus futb...
El último día de la Aste Nagusia, mientras Marijaia bajaba los brazos y los últimos recalcitrantes remoloneaban sin querer marcharse de las txoznas, San Mamés vivió una locura en la primera parte que jugaron el Athletic y el Betis. Un tobogán de emociones para los seguidores rojblancos y la nutrida parroquia bética que acudió a la Catedral.
Para los diez minutos, los bilbaínos estaban en depresión y los visitantes eufóricos con dos goles verdiblancos en un ejercicio de claridad atacante y calidad de sus futbolistas Willian José primero, retrató a los centrales; Isco después, la colocó en la escuadra tras una carrera de Ruibal por la derecha. A la media hora, Valverde ya empezaba a pensar en un triple cambio para el descanso, como el día del Madrid. Pero entonces cambió todo.
Una caída de Nico Williams frente a Rui Silva, que parecía fuera de juego y después piscinazo, no fue ni una cosa ni otra, sino penalti, según el árbitro, que lo miró en el VAR. Vesga recortó diferencias con su lanzamiento y empató en el 45, también desde los once metros. Otra vez cayó Nico en el área por un pisotón de Guido. Todo lo que había construido el Betis se desmoronaba en el último cuarto de hora. Y lo que podía ir mal, fue peor todavía para los sevillanos, que se quedaron pasmados en el área cuando Vesga quiso completar la faena, su intento de regate golpeó un rival, la pelota le cayó a Iñaki Williams y su centro duro lo empujó Guruzeta a la red.
El Betis pasó de la euforia a un estado catatónico, sin conseguir reaccionar en la segunda parte, en la que cedió la pelota al Athletic y aflojó la presión. El efecto Isco llevaba muchos minutos sin tener consecuencias ante la portería rojiblanca y ni la salida de Borja Iglesias, recibida con aplausos de la grada, se sustanció en nada positivo para su equipo, que encajó el cuarto en un contragolpe de Iñaki Williams que culminó Unai Gómez.
Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.