Atlético de Madrid, otra primera fase de grupos de la Champions bajo tensión
Los empates en las visitas al Lazio y al Celtic dejan todavía la clasificación para octavos en el aire y bajo el mal recuerdo de la temporada pasada
Diego Pablo Simeone abandonó Celtic Park entre la preocupación y el lamento de no finalizar la primera vuelta de la fase de grupos con la clasificación para los octavos de final más encarrilada. Al preparador argentino no se le va de la cabeza el gol en el descuento del portero lazial Provedel, que supuso el empate en Roma, y la expulsión de De Paul ante el campeón escocés cuando su equipo había logrado empatar por segunda vez el duelo y ejercía el dominio del juego. Por primera vez en todo el partido, ...
Diego Pablo Simeone abandonó Celtic Park entre la preocupación y el lamento de no finalizar la primera vuelta de la fase de grupos con la clasificación para los octavos de final más encarrilada. Al preparador argentino no se le va de la cabeza el gol en el descuento del portero lazial Provedel, que supuso el empate en Roma, y la expulsión de De Paul ante el campeón escocés cuando su equipo había logrado empatar por segunda vez el duelo y ejercía el dominio del juego. Por primera vez en todo el partido, el Atlético había logrado reducir y someter al correoso equipo de Brendan Rodgers, cuando De Paul trató de frenar una contra en campo contrario con una entrada que le costó la segunda amarilla. La primera la vio por protestar airadamente unas posibles manos en el área del Celtic. Con un cuarto de hora por jugarse, al Atlético no le quedó otra que replegarse y defender las tablas. “Ellos iban a empezar fuerte y lo repitieron. No supimos controlarlo en el primer ataque, nos hicieron un lindo gol con una jugada combinativa. En el segundo ataque hicieron un golazo. No jugamos el partido que queríamos en la primera parte. No entramos con la velocidad que el partido pedía y ellos tras combinar bien encontraron en las dos primeras jugadas sus goles. Se nos hizo cuesta arriba la primera mitad”, analizó el técnico rojiblanco.
Segundo, con cinco puntos, uno por debajo del Feyenoord, y uno por encima del Lazio, al Atlético le vale con ganar los dos partidos de casa (Celtic y Lazio) para presentarse en las eliminatorias. Sin embargo, la tensión de las estrecheces para pasar esta primera criba por no rematar ni a italianos ni a escoceses se ha vuelto a instalar en el Atlético. Esto es lo que menos deseaba Simeone, después de la experiencia del curso pasado, en la que el equipo jugó demasiado presionado y terminó por derrumbarse hasta terminar último de un grupo asequible en el que compitió con el Oporto, el Leverkusen y el Brujas. El varapalo hundió al plantel, que también se descolgó de la pelea por la Liga y solo pudo recuperarse tras el parón por el Mundial de Qatar.
En Celtic Park, de nuevo Simeone tuvo que operar al descanso para corregir a un equipo que ya acusó sus deficientes primeros tiempos en los dos partidos anteriores. En Roma (1-1) se puso por delante, pero sufrió y ante el Feyenoord, en el Metropolitano, tuvo que remontar por dos veces para ganar (3-2). “En la segunda jugamos como hay que jugar en Champions, con valentía, jerarquía y personalidad. Tuvimos una jugada de Correa para ganar, pero quedándonos luego con diez, el equipo lo supo resolver para aguantar el empate”, aseveró Simeone. El elogio a la actuación de sus futbolistas en el segundo tiempo llevaba implícito su enfado por el juego desplegado en el primero. Los cambios que introdujo Simeone surgieron efecto. Sentó a Javi Galán y a Saúl para dar entrada a Marcos Llorente y a Riquelme. “Llorente te da un mejor paso ofensivo y el ingreso de Riquelme nos mejoró en la izquierda”, explicó el técnico. La decisión de optar por Javi Galán de inicio la justificó Simeone desde las necesidades defensivas que intuyó. La apuesta no salió bien. “Esperaba de Galán su trabajo como lateral contra un extremo como Maeda, que es rapidísimo. Es un futbolista defensivamente apto para jugar en este tipo partidos en los que hay mucha velocidad. Elegí después a Riquelme para cambiarlo y darle frescura al equipo porque tenía amarilla y que no me pasara como luego me pasó con Barrios y De Paul, que Pablo se me quedó a la puerta por la expulsión”, explicó el Cholo.
“Nos está costando los primeros tiempos, pero los rivales te analizan y también juegan”, admitió Nahuel Molina. “En la segunda parte dimos un cambio. Le hemos dado la vuelta al partido. Ellos tuvieron una gran primera parte en la que nos apretaron arriba con su gente y su estadio. Nos ha costado. Pero en la segunda mitad creo que se vio otro equipo más agresivo, con más jugadas de ataque, más ocasiones. Hay que quedarse con la segunda parte, con esa línea y mantenerla”, apostilló Marcos Llorente.
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