Ancelotti: “Fue un pecado de juventud”
El técnico italiano afirma que el Madrid no manejó bien con el empate un partido marcado por el agitado regreso de Vinicius al Metropolitano
”Perdimos el partido cuando arriesgamos”, lamentó Carlo Ancelotti, que no tuvo pegas para los suyos. “Más no se podía hacer”, valoró el italiano. El problema, a su juicio, fue no saber manejar el duelo cuando su equipo se puso 2-2. “Se trató de un pecado de juventud. Tenemos jóvenes con una calidad extraordinaria que lo intentan y nos permiten ganar partidos. Pero, a veces, forzar una jugada no es necesario. Perdimos balones que nos han castigado. Lo podíamos haber hecho mejor con el empate”, analizó el ...
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
”Perdimos el partido cuando arriesgamos”, lamentó Carlo Ancelotti, que no tuvo pegas para los suyos. “Más no se podía hacer”, valoró el italiano. El problema, a su juicio, fue no saber manejar el duelo cuando su equipo se puso 2-2. “Se trató de un pecado de juventud. Tenemos jóvenes con una calidad extraordinaria que lo intentan y nos permiten ganar partidos. Pero, a veces, forzar una jugada no es necesario. Perdimos balones que nos han castigado. Lo podíamos haber hecho mejor con el empate”, analizó el técnico.
Segunda derrota del curso del Madrid y segunda en el Metropolitano después de 116 días y 21 choques invicto (18 victorias y tres empates). Un duelo de fuego que tuvo a Vinicius bajo la lupa por todo su pasado. El barrio de San Blas no fue Riad para el brasileño. Cuatro días después de su éxtasis en la final de la Supercopa, el extremo se marchó con el morro torcido, protagonista de nuevo de varios encontronazos con el árbitro e incluso con Simeone, y bajo el foco en el tercer gol atlético a punto de llegar a la medianoche.
“No siempre se puede tener la cabeza fría”, comentó de forma concisa Ancelotti sobre sus refriegas. Respecto a su actuación con la pelota, no hubo tachas. “Ha tenido más dificultad en la primera parte, pero en la segunda fue determinante, un peligro constante aunque no haya marcado”, subrayó. Vini solo ha anotado una diana en 13 partidos ante el Atlético.
Hacía 16 meses que Vinicius no pisaba el estadio rojiblanco, un tiempo demasiado accidentado en su relación con la afición del Atlético. Un triste periodo que se resume mejor en un parte policial que por lo ocurrido en el césped. Aquella última tarde suya en el estadio rojiblanco, en septiembre de 2022, escuchó gritos de “eres un mono” que la fiscalía terminó archivando meses después porque, entre otras razones, “duraron unos segundos”. Hace justo un año, con motivo del duelo copero en el Bernabéu, apareció un muñeco con una camiseta suya colgado de un puente de Madrid, un hecho por el que la fiscalía pidió cuatro años de cárcel para cuatro miembros del Frente Atlético. Y el pasado septiembre, en el choque liguero, una niña y su madre, ambas de raza negra, fueron intimidadas en los exteriores del estadio por llevar la menor una camiseta del brasileño, que no disputó ese encuentro por lesión. Así que la noche se presentó inflamada. Se volvieron a escuchar en la previa algunos gritos de “eres un mono”, procedentes de unos pocos aficionados locales, según captó The Athletic.
La gestualidad confirmó que para el atacante no era una jornada más. La forma en la que celebró el 1-1 al borde del descanso, girándose al anfiteatro del fondo sur, evidenció que había acudido con cuentas personales pendientes. Fue un tanto en propia puerta de Oblak, pero lo celebró como si fuera suyo. Un minuto antes, el árbitro le había enseñado amarilla después de dos quejas airadas. Camavinga le tuvo que alejar para contener daños. El carácter indomable del brasileño volvía a brotar. Vini había ido evolucionando por autocombustión, con la pelota y luego también con sus quejas.
Después de un rato de tregua, la noche volvió a agitarse para el atacante. Cuando todo se encaminó a la prórroga, se las tuvo con Simeone. Modric le pasó la mano por la cabeza con más cariño que reprimenda. Y 10 minutos después, ocurrió su acción fatal con Griezmann. Perdió una pelota en el medio que le cayó al francés, al que persiguió sin suerte, fuera de su hábitat, hasta ver cómo el galo se la colaba al palo largo a un Lunin que venía de fallar en el 2-1. El suyo fue, en ese momento, el tercer tanto rojiblanco precedido por errores defensivos o acciones de poco tino de los blancos. “Viene de una pérdida. Estábamos bien y nos ha hecho mucho daño”, admitió Carvajal. Un gol para el que ya tuvo réplica el Madrid.
Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook y X, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.