Un Athletic sólido golpea al Atlético
Los de Valverde, que jugaron un partido muy inteligente, aprovechan un error de Reinildo y el posterior penalti de este para cobrar ventaja ante los rojiblancos, que tendrán que tirar de épica en San Mamés
Un Athletic sobrio, con el partido que tenía que jugar bien atornillado, se llevó el primer asalto de la semifinal copera ante un Atlético que encontró pocos resquicios. Valverde salió ganador de su duelo con Simeone. En el descuento, el VAR anuló un penalti cometido por Yerai sobre Morata que pudo haber establecido un empate que hubiera hecho justicia al empuje local en el segundo tiempo. La renta es corta y San Mamés decidirá. El Atlético está obliga...
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Un Athletic sobrio, con el partido que tenía que jugar bien atornillado, se llevó el primer asalto de la semifinal copera ante un Atlético que encontró pocos resquicios. Valverde salió ganador de su duelo con Simeone. En el descuento, el VAR anuló un penalti cometido por Yerai sobre Morata que pudo haber establecido un empate que hubiera hecho justicia al empuje local en el segundo tiempo. La renta es corta y San Mamés decidirá. El Atlético está obligado a la épica en un escenario que estará tan inflamado como anoche el Metropolitano.
Había mucha expectación por ver cómo resolvían los dos entrenadores sus alineaciones. Simeone tuvo que tomar decisiones escabrosas. Sentó a Hermoso y a Morata, dos de los futbolistas que mayor rendimiento le han ofrecido en lo que va de curso. El puesto del primero lo ocupó el impactante Reinildo, que había vuelto pletórico de casi un año de baja por la grave lesión de rodilla que padeció. La pérdida que generó por arriesgar más de la cuenta en el área y el penalti inmediato que cometió descolgaron el cartel de anti Williams con el que se había presentado al partido. A Morata le aparcó que jugara Memphis. El máximo goleador del equipo con 19 tantos, sentado por la racha goleadora del neerlandés. También por el firme convencimiento de Simeone de que es más asociativo.
El foco en la alineación de Valverde estaba en Nico Williams, cuyo paso adelante este curso tiene que ver con el incremento de su condición de futbolista decisivo. No entró ni en la convocatoria. Berenguer fue la opción del técnico extremeño. Los dos entrenadores habían anunciado un partido largo, pero comenzó con el ritmo y la salpimienta de un duelo copero. A los pocos segundos, Lino rodaba por los suelos y rascaba una falta lateral. Witsel no acertó a dirigir bien su cabezazo después de varios rechaces. El Athletic vivió en sus carnes esa versión de los rojiblancos que se entrega más que nunca a la pelota. Ligó varias circulaciones bajo presión de área a área.
El Athletic no se descompuso ante ese arranque mandón del Atlético. Y a la mínima que pudo mostró el colmillo. Su primera dentellada fue un punterazo de Vivian. La segunda fue una jugada muy temida. Sancet le ganó la espalda a Koke y corrió a campo despejado. No acabó en gran cosa la arrancada, pero al Atlético le hizo temblar las rodillas.
No hubo bajada de revoluciones en ningún momento, con los dos equipos muy pendientes de no destaparse, pero el juego sí empezó a cobrar forma de partido largo, más para los centrocampistas que para los delanteros. Las pocas veces que Griezmann y Memphis pudieron activarse se encontraron con Vivian y Paredes. La contundencia y la exuberancia física, sobre todo del primero, anularon a la pareja escogida por Simeone.
No escatimaban Atlético y Athletic un gramo de sudor para mantenerse sólidos. El partido terminó por adquirir ese aire de que solo un error podía desmadejarlo. Y lo cometió Reinildo por hacer lo que menos domina. Primero protagonizó una conducción temeraria hacia Oblak con Iñaki Williams soplándole el cogote. El mozambiqueño se sacó la pelota como pudo, pero esta volvió a la frontal del área con un pase filtrado a Prados. Fuera de punto, Reinildo tiró una tarascada precipitada con los tacos por delante. Penalti y amarilla, pero la roja tampoco hubiera desentonado. Berenguer aguantó y cuando Oblak se venció golpeó al lado contrario. Se encontró el Atlético con ese primer golpe y también con un equipo bien encastillado. Cerró el equipo de Valverde los costados de Molina y Lino, socorridos Lekue y Yuri por Berenguer y Williams. Y por el medio, Ruiz de Galarreta, Beñat Prados y Sancet también contribuyeron al orden y al destajo gremial para que ni De Paul, ni Barrios, ni Griezmann, cuando se retrasaba, rompieran el cerco. Los mediocentros del Athletic estuvieron soberbios para tapar. Ruiz de Galarreta, con la belleza de su fútbol fácil y fino. Con esa sensación de no poder hincarle el diente a su rival se fue el Atlético al descanso.
Simeone revocó en la caseta la decisión de prescindir de Hermoso. La amarilla de Reinildo y el temor a que el error le afectara condenaron al mozambiqueño. Dispuesto a igualar el duelo, el Atlético salió más vivo, dispuesto a jugar a la carrera. No le dio rédito y Simeone tiró de Morata y Llorente por Molina y Memphis. Respondió Valverde con Villalibre, Sancet y Guruzeta.
Solo las escaramuzas de Lino inquietaron al Athletic. Una rosca cruzada del brasileño silbó el palo. Valverde volvió a refrescar el equipo con Ander Herrera por un exhausto Prados. Resistió el Athletic el último zafarrancho rojiblanco, con Correa y Riquelme como última bala. Agirrezabala le ganó un mano a mano escorado a Griezmann. Morata remató picudo un centro de Lino antes de que De Paul tuviera que derribar a Williams cuando se disponía a pisar área. Con Vesga y Yeray Valverde quiso cerrar el partido. Yerai estuvo a punto de chafar el plan con ese penalti que luego el VAR anuló.
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