Xavi, en su primera rueda de prensa tras su despido del Barcelona: “No imaginaba este final”
El entrenador azulgrana dirige su último entrenamiento antes de enfrentar al Sevilla este domingo: “He pasado una montaña rusa de emociones”
Nunca es fácil decir adiós, mucho menos en el Barcelona. Ejemplificado, como casi nunca en su historia, en la segunda etapa de Joan Laporta como máximo responsable de la entidad catalana. Primero fue el caso de su máxima leyenda: Lionel Messi. El presidente pasó de anunciar que la renovación del rosarino la arreglaba “en un asado” a no cumplir el contrato que tenían apalabrado a dos días de su firma. El 10 se marchó entre lágrimas: “Yo hice todo lo posible por quedarme; el club, no sé”. Unos meses más tarde fue el turno de Ronald Koeman despedido en un avión tras caer en Vallecas. “No ha sido un trato muy honesto”, se quejó el neerlandés tiempo después. Este viernes, le tocó a Xavi Hernández. Del triste Messi al enfadado Koeman, le siguió un desorientado Xavi: “No me imaginaba este final, pero puede pasar. Me hubiesen gustado otras circunstancias”.
A diferencia de Messi y de Koeman, Xavi apostó por un adiós conciliador y lejos del conflicto. En definitiva, una despedida fiel a su estilo. “¿La gestión de mi salida?”, dijo el técnico; “no voy a valorar nada. Quiero irme tranquilo y en paz”. Dejó, sin embargo, algunos recados, sobre todo para Laporta: “El presidente me trasladó sus razones de por qué él cree que el club necesita un cambio de entrenador. Aquí el presidente lo decide todo y a mí solo me queda aceptarlo y respetarlo”. Los cambios de opiniones, propios y ajenos, marcaron la etapa de Xavi en el banquillo del Barça. El técnico pasó de renunciar en diferido por “lo cruel y desagradable” que es entrenar el Barcelona a “sentirse con fuerza” para continuar al frente del proyecto. “He pasado una montaña rusa de emociones”, reveló este sábado. El presidente, por su parte, saltó de cuestionarle su falta de experiencia a ficharlo y de celebrar hasta las lágrimas su continuidad a fulminarlo de manera tajante, irritado, según los que lo conocen, por la petición pública del técnico catalán de realizar “cambios” después de haber aceptado, siempre de acuerdo con las mismas fuentes, la plantilla con la que contaba.
“Han decidido esto [su despedida] pensando en el club. Creen que necesitan un cambio de rumbo. Solo me queda aceptarlo y respetarlo”, expuso Xavi. ¿Y las razones de su adiós, un mes después de haberle aceptado continuar en el cargo? “Las tienen que explicar ellos”, resolvió el técnico, en referencia a Laporta y Deco, director deportivo del club, ambos presentes en la reunión que tuvieron este viernes en la ciudad deportiva. “Hasta el día de hoy, seguía motivado, ilusionado y con la ambición intacta”, completó.
Este sábado fue el último día de trabajo de Xavi en la Ciudad Deportiva Joan Gamper. Y saltó de lo que más ha disfrutado a lo que menos: del campo a la sala de prensa. El técnico fue el segundo miembro del staff en comparecer en el Campo Tito Vilanova, centro de trabajo del primer equipo. Allí lo esperaba el vicepresidente deportivo, Rafa Yuste, que había conversado previamente con un miembro de su cuerpo de trabajo. Se dieron un abrazo. “Rafa ha sido un hombre muy especial. Nos ha transmitido confianza hasta el último momento”, explicó Xavi. El cariño de Yuste, único miembro de la comisión de fútbol presente en el entrenamiento, no fue el último gesto de afecto que recibió el entrenador: también tuvo el de los jugadores.
Lo hicieron los críticos con el técnico como Lewandowski, los distantes como Raphinha y los cercanos como Gavi. La mayoría utilizó primero las redes sociales y luego la previa del entrenamiento para despedir al técnico. No fue el caso de Vitor Roque, enfadado con la gestión de vestuario del preparador. Un año extraño para los futbolistas, como también el de Xavi, víctimas todos de un club tan emocional como cambiante. Ocurrió, por ejemplo, que en la reunión en la que se gestó la efímera continuidad de Xavi, Laporta le preguntó al técnico si confiaba en el grupo. “Sí”, resolvió el entrenador. Según el staff, sin embargo, “le había pedido cuatro o cinco refuerzos”. Algo que niegan desde la dirección deportiva. “Creía en la plantilla, podíamos hacer cosas interesantes, cambiando pequeñas cosas”, reivindicó este sábado el técnico antes de su último partido ante el Sevilla en el Sánchez Pizjuán.
Los diferentes criterios entre el cuerpo técnico y la directiva, a la que se le sumaba la de la dirección deportiva, no solo se suscribían a la confección de la plantilla, sino también a los métodos de trabajo y a la gestión de la información. Ya no se resolverán. Sí, en cambio, queda pendiente el asunto de su finiquito. En la reunión de este viernes, según ambas partes, el tema no se abordó. “No vayas por aquí, no habrá problema”, interrumpió Xavi, cuando se le preguntaba por la liquidación de su salario. “Lo que dije, se mantiene”, añadió. Y, cuando le insistieron, remató: “Sois periodistas, no lo repetiré. Lo podéis buscar”. Hace un mes, cuando anunció que cumpliría su contrato, Xavi había revelado: “Si yo no continuaba no iba a cobrar ni un euro. El presidente lo sabe. El dinero de mi contrato era para el siguiente entrenador”.
Fue el único momento incómodo de su comparecencia, en un sitio en el que habitualmente se había mostrado incómodo. “Muchas gracias a todos. Os echaré de menos, aunque no os lo creáis”, remató, entre risas. Eso sí, antes ya había fantaseado con un hasta luego en un club en el que pocos saben decir adiós: “Ojalá se me dé la posibilidad de volver. Me gustaría. Lo he disfrutado, también sufrido”. Un subibaja de emociones hasta el último día, nada nuevo para Xavi ni para el Barcelona de Laporta.
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